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Por Tu Matrimonio

El respeto: el agua que riega el jardín del amor conyugal

Siempre doy gracias a Dios por la bendición del regalo de mi esposo, Ricardo, en mi vida.  Un hombre íntegro y fiel a Dios que me ama profundamente.  Pero sé en mi corazón que la virtud de mi esposo que más ha alimentado nuestro amor, es el profundo respeto con el que me trata en todo momento.  Esta vivencia me muestra que el respeto es como el agua que riega el jardín del amor conyugal.  Y no me sorprende pues el amor conyugal verdadero, el que viene de Dios, tiene que basarse en el respeto a la dignidad del ser amado, dignidad que Dios ha regalado a cada una de sus creaturas, y el respeto que Dios mismo tiene por cada uno de nosotros.

¿Cómo entonces irrespetar la dignidad del ser amado, tanto de palabra como de obra?  ¿Cómo mancillar la esencia del ser amado con ofensas verbales y agresiones físicas?  La falta de respeto a nuestra pareja, no solo es un veneno que acaba con el amor, sino que ofende profundamente al corazón de Dios.  De igual manera, un hombre y una mujer que se respetan ofenden su propia dignidad y ser cuando irrespetan y ofenden la dignidad de su pareja. ¿No dice la misma Escritura que el hombre y la mujer serán una sola carne?

Esposos, amemos y respetemos a nuestro cónyuge como Dios nos ama y nos respeta.

 

Por Lucía Luzondo