Category Archives: La Iglesia Doméstica

Celebremos el Tiempo de Pascua en Familia

El domingo después de la Pascua de Resurrección celebramos el Domingo de la Divina Misericordia. Los invitamos durante los 50 días del Tiempo de Pascua meditar sobre la misericordia y perdón en la familia.

La Doctora Dora Tobar comparte su reflexión en nuestro blog El Poder del Perdón.

Otros artículos que podrían ayudarlos a reflexionar sobre la misericordia: Me Perdono, me perdonas y te perdono, El Perdón en la pareja sí es posible, y Espiritualidad del matrimonio.

El tiempo de Pascua nos recuerda que la verdadera felicidad no se encuentra en bonitos sentimientos, sino de unir nuestro sufrimiento a Cristo para compartir en su resurrección. “Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito” (Spe Salvi 37). ¿Cómo se aplica al matrimonio? El matrimonio implica trabajo y superar los desafíos juntos. Lee más en el artículo La felicidad, el sufrimiento y el sentido de la Pascua.

Lee la historia inspiradora de una pareja que superó un tiempo difícil agarrados de la mano del Señor. “Los esposos que logran reconocer que ‘el amor que no puede sufrir no es digno de llevar ese nombre’ (Santa Clara de Asís), sabrán que superar los obstáculos, con la gracia de Dios, los ayudará en el crecimiento del amor mutuo y hacia Dios”. Cómo salvamos nuestro matrimonio

Cuidemos nuestra casa común

El 22 de abril celebramos el Día Internacional de la Madre Tierra. Como católicos, nos comprometemos a responder al llamado del Papa Francisco a cuidar la creación de Dios. Aquí compartimos sobre cómo pueden unirse como pareja y como familia a este esfuerzo y compromiso de cuidar nuestra casa común.

Crecer en santidad siguiendo los consejos del Papa Francisco

¿Quiere unas ideas cómo crecer en santidad, junto con su cónyuge? ¡Intenten seguir algunos consejos del Papa! En sus homilías y discursos, el Papa Francisco ha hablado muy directamente sobre cómo deben tratarse el marido y la mujer, sobre la oración dentro de la familia y otras formas en que la familia vive su identidad como una “Iglesia doméstica”. Entonces, esta Cuaresma, ¿por qué no comprometerse con su cónyuge a probar una de las siguientes resoluciones cuaresmales, basadas en las palabras del Santo Padre?

 

  1. Usar la cortesía con su cónyuge.

Use peticiones gentiles: “¿Puedo, permiso?” Por ejemplo, “¿Te gusta si hacemos así?” y “¿Quieres que salgamos esta noche?”

“Pedir permiso significa saber entrar con cortesía en la vida de los demás. …El amor auténtico no se impone con dureza y agresividad.” (Discurso a las parejas de novios, Roma, 14 de febrero de 2014.)

 

  1. Decirle “gracias” a su cónyuge.

“Parece fácil pronunciar esta palabra, pero sabemos que no es así. ¡Pero es importante! … es importante tener viva la conciencia de que la otra persona es un don de Dios, y a los dones de Dios se dice ¡gracias!” (Discurso a las parejas de novios, Roma, 14 de febrero de 2014)

 

  1. Pedirle perdón a su cónyuge.

Diga: “Perdón”.

“Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir perdón. ‘Perdona si hoy levanté la voz’; ‘perdona si pasé sin saludar’; ‘perdona si llegué tarde'”.  (Discurso a las parejas de novios, Roma, 14 de febrero de 2014)

“No terminar jamás una jornada sin hacer las paces. ¡Jamás, jamás, jamás!” (Discurso a las parejas de novios, Roma, 14 de febrero de 2014)

Es importante “tener el valor de pedir perdón cuando nos equivocamos en la familia”. (Discurso a los participantes en la peregrinación de las familias, Roma, 26 de octubre de 2013)

 

  1. Orar junto con su cónyuge y familia.

“Rezar juntos el ‘Padrenuestro’, alrededor de la mesa, no es algo extraordinario: es fácil. Y rezar juntos el Rosario, en familia, es muy bello, da mucha fuerza. Y rezar también el uno por el otro: el marido por la esposa, la esposa por el marido, los dos por los hijos, los hijos por los padres, por los abuelos… Rezar el uno por el otro. Esto es rezar en familia, y esto hace fuerte la familia: la oración”. (Homilía en el día de la familia, Roma, 27 de octubre de 2013)

Pedir al Señor que multiplique su amor y se lo dé fresco y bueno cada día. Oren juntos: “Señor, danos hoy nuestro amor de cada día”. (Discurso a las parejas de novios, Roma, 14 de febrero de 2014)

 

  1. Visitar a los ancianos, especialmente a sus abuelos.

“Los abuelos son la sabiduría de la familia, son la sabiduría de un pueblo. …  ¡Escuchar a los abuelos!” (Discurso a los participantes en la peregrinación de las familias, Roma, 26 de octubre de 2013)

“Qué importantes son [los abuelos] en la vida de la familia para comunicar ese patrimonio de humanidad y de fe que es esencial para toda sociedad”. (Ángelus en la Jornada Mundial de la Juventud, Río de Janeiro, 26 de julio de 2013)

 

  1. Compartir la fe con los demás.

“Las familias cristianas son familias misioneras. …  Son misioneras también en la vida de cada día, haciendo las cosas de todos los días, poniendo en todo la sal y la levadura de la fe”. (Homilía en el día de la familia, Roma, 27 de octubre de 2013)

 

 

Fuente
Este artículo fue traducido de For Your Marriage https://www.foryourmarriage.org/lenten-resolutions-for-married-couples-inspired-by-pope-francis/

Fue escrito en inglés por Bethany Meola.

 

Limitando el uso de la tecnología en la Cuaresma

Por Silvio Cuellar

En esta Cuaresma quisiera lanzar un desafío a nuestros lectores sobre limitar el tiempo que pasamos usando la tecnología en nuestras familias, hogares, y en nuestra vida personal, dedicando más tiempo a la oración, ayuno y al compartir generosamente con los necesitados de nuestro tiempo, talento y tesoro.

La tecnología ciertamente es muy útil, pero si dejamos que ella domine todos los aspectos de nuestra vida puede tornarse en detrimento de una buena comunicación y relaciones familiares en nuestro hogar.

 

¿A qué me refiero por tecnología?

 

Bueno, para empezar la televisión, el uso del Internet a través de nuestras computadoras, nuestros teléfonos inteligentes, iPads, iPods, tabletas y juegos electrónicos que hoy vienen también con conexiones al Internet.

Ciertamente yo no estoy en contra del uso de la tecnología porque con cierta moderación y supervisión puede ser algo muy útil para nuestras vidas.

Recuerdo hace unos 10 años atrás que andaba en mis reuniones con un beeper en la cintura, una libreta de notas, un calendario, una biblia en mano, un afinador para la guitarra, una cámara fotográfica, y un grabador digital para hacer entrevistas. Hoy puedo hacer todo eso y mucho más con mi teléfono inteligente que tiene las funciones de básicamente una computadora.

Sin embargo, he notado que en muchos hogares y yo me incluyo por supuesto, a veces podemos caer en la tentación de que cada miembro de la familia está con un teléfono, un iPad, una computadora, en fin; cada uno en su propio mundo, en su propia actividad y todos desconectados unos de otros.

 

La tecnología puede ser adictiva

 

Ciertamente los juegos electrónicos tienen una propiedad muy adictiva que puede hacer que nuestros jóvenes o porque no, adultos también, se dediquen a estar simplemente jugando usando una gran cantidad de horas que de lo contrario podrían dedicarlo a hacer una actividad constructiva, educativa, o divertida entre los miembros del núcleo familiar como aprender la guitarra o artes.

Imagínese usted a Jesús, llegando a una casa abre la puerta, entra y el niño chiquito está viendo una película, otro viendo un juego animado en otro televisor, los muchachos adolescentes uno con su iPad, el otro jugando juegos electrónicos, la mamá con su teléfono inteligente, El papá en la computadora y todos están desconectados unos de otros en su propio mundo.

Ese es el peligro que corre la familia moderna.

 

¿Qué podemos hacer?

 

Reconociendo esta realidad mi esposa Becky y yo, decidimos establecer ciertos límites en nuestro hogar. De hecho, ya habíamos compartido que hace más de siete años que cortamos el servicio del cable de la televisión. Después pusimos en la computadora y en los teléfonos y dos iPads que tenemos en la casa, controles y filtros que bloquean todo contenido pornográfico, música y películas con contenido indecentes.

Y finalmente decidimos limitar considerablemente el tiempo en que usamos la tecnología en nuestro hogar. Primeramente, nosotros como padres teníamos que limitar el tiempo que nosotros pasamos con los teléfonos y no usarlos frente a ellos pues les estamos dejando un mal ejemplo, y más arrastra el ejemplo que los sermones.

Entonces decidimos que cuando yo regrese del trabajo iba poner mi teléfono a cargar e íbamos a pasar un tiempo en familia desconectados de los teléfonos y otros medios que tienen conexión a internet.

Esto puede ser bien difícil de llevarse a cabo cuando se han creado fuertes hábitos en nuestro uso de la tecnología y poco a poco podemos ponernos a dieta y escoger ciertos horarios y ciertos momentos para usarlos y al mismo tiempo tener un tiempo sagrado de familia en que dejemos fuera de todas estas influencias de la tecnología, y así alrededor de la mesa cada uno comparte una cosa que le pasó ese día a o algo que está pasando en sus vidas, recuperando el tiempo de comer, orar y dialogar en familia.

 

¿Qué hacer con el tiempo que el ayuno de tecnología nos ofrecerá?

 

  1. Primero buscar oportunidades para orar más en familia. Recuperar la cena en familia y comenzar con una oración antes de comer. Luego ir alrededor de la mesa y cada uno comparte algo por lo que están agradecidos y algo que está pasando en sus vidas.
  2. Segundo crear oportunidades para hacer cosas divertidas como juegos de mesa o deportes. Con 3 de mis hijos estamos yendo al gimnasio todos los jueves a jugar raquetball, algo que es muy divertido y nos proporciona actividad física. Pero, no se necesita gastar dinero, pueden también ir a un parque y hacer un picnic y caminar apreciando la naturaleza.
  3. Tercero, porque no, hacer un Rosario en familia especialmente orando por nuestras necesidades, nuestra comunidad y la paz del mundo. En nuestra casa hacemos el Rosario casi todas las noches, y nos turnamos cada uno incluyendo los niños, dirigiendo una década del Rosario y cada uno al comenzar comparte una intención.
  4. Cuarto buscar cómo compartir de nuestro tiempo, talento y tesoro para ayudar a otros en necesidad. Parte de nuestra obligación como católicos es darle a Dios nuestra ofrenda, nuestra primera cosecha y lo hacemos haciendo una ofrenda de sacrificio a nuestra parroquia, campaña anual diocesana y otras caridades que podamos ayudar en la comunidad como Catholic Relief Services, y su campaña Plato de Arroz que ayudan en los lugares donde hay crisis desastres naturales y guerras.

 

Finalmente ir a la Misa dominical fielmente y en familia. Recordemos el lema de la Cuaresma de Orar, Ayunar y Dar. Orar diariamente en familia. Ayunar no solo de alimentos sino también de tecnología y medios sociales. Y dar generosamente, compartiendo de nuestras bendiciones con nuestro tiempo, talentos y tesoro.

 

Silvio Cuéllar es músico pastoral, compositor, periodista y conferencista en temas de liturgia, vida y familia. Sirve como coordinador diocesano de la Oficina del Ministerio Hispano de la Diócesis de Providence, Rhode Island, Editor Asociado del periódico El Católico de Rhode Island y director de música en la parroquia Holy Spirit en Central Falls, RI, donde dirige coros en inglés y español.

Ecos de la Palabra

Ecos de la Palabra es una breve reflexión para la comunidad hispana/latina en los Estados Unidos sobre las lecturas del día y cómo aplicarlas a la vida cotidiana con nuestras familias. Edwin Ferrera compartirá esta reflexión cada miércoles en vivo a las 6pm Hora Pacífico (9pm Hora del Este) en la página de Facebook de Por Tu Matrimonio.

Edwin se desempeña como director para el Ministerio Hispano en la Arquidiócesis de Seattle, rol que asumió después de servir como director Pastoral Juvenil de la misma Arquidiócesis. Edwin posee una amplia experiencia pastoral en distintos contextos de más de 25 años. El recibió licenciaturas en filosofía y en literatura del Seminario de Monte Ángel en Oregon, una M.A. en Consejería Pastoral de la Universidad de Seattle (donde tuvo un enfoque en consejería matrimonial) y actualmente cursa estudios doctorales en teología pastoral. Originario del El Salvador, se mudó a vivir en Los Ángeles, California a la edad de 15 años. Edwin y su esposa Katia (de la Ciudad de México) son orgullosos padres de sus tres hijos, con quienes disfrutan pasar tiempo juntos explorando la belleza natural del Noroeste del Estado de Washington. Edwin puede ser contactado por email y se encuentra en LinkedIn @Edwin Ferrera. Edwin también se encuentra en las redes sociales de Facebook, en Twitter @ferreraed e Instagram @familiayfe.

Recursos Recomendados por Edwin:

Los siete principios para hacer que el matrimonio funcione por John M. Gottman, fundador de The Gottman Institute

Abrázame fuerte por la doctora Sue Johnson

La Cuaresma en Familia

Orar | Ayunar | Dar

 

Celebrando el tiempo litúrgico de Cuaresma con su pareja y con sus hijos

 

El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días obligatorios de ayuno y abstinencia para los católicos. Además, los viernes durante la Cuaresma son días obligatorios de abstinencia. Para ver más detalles visiten esta página y una reflexión sobre el ayuno cuaresmal. Abajo pueden encontrar más ideas sobre otras maneras de ayunar durante la Cuaresma. 

 

Tiempo de preparación

 

Mientras nos preparamos para la Pascua es el momento perfecto para reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos y hermanas. Como nos recuerda el Papa Francisco:

“Queridos hermanos y hermanas: La Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado. Para nuestro camino cuaresmal de 2022 nos hará bien reflexionar sobre la exhortación de san Pablo a los gálatas: ‘No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad (kairós), hagamos el bien a todos’ (Ga 6,9-10a)”. (Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2022)

El Regalo de Dios del Perdón: Exhortación Pastoral sobre el Sacramento de la Penitencia y Reconciliación de la USCCB

Penitencia: Reconciliados con la relación correcta, llamados a curar y restaurar – Mediante el sacramento de la Penitencia, Dios ofrece misericordia y perdón. En respuesta a este regalo, estamos llamados a ser vehículos del amor de Cristo, enmendando faltas y restableciendo la justicia y los lazos que se han roto. Curados y perdonados, somos enviados a trabajar por la paz, la justicia y el amor en nuestras comunidades y el mundo. Este recursos tiene varias ideas y preguntas de reflexión.

Preguntas complementarias para examinar la conciencia a la luz de la enseñanza social católica

“La oración, caridad y ayuno pueden cambiar la historia”. (Papa Francisco en su homilía de Miércoles de Ceniza de 2022

 

Las prácticas tradicionales para vivir más intensamente la Cuaresma son: orar, ayunar y dar. La oración es esencial para la vida cristiana y la Cuaresma en un buen momento para evaluar nuestra vida de oración. El ayuno es un recuerdo tangible de acercarnos más a Cristo. La oración y el ayuno nos llevan a ser más generosos a través de obras de caridad y justicia y de compartir nuestro dinero.

Aquí están algunos recursos para hacer estas prácticas en familia:

ORAR

Desafío de Oración Familiar: ¿No rezan juntos en familia? ¡Los invitamos a usted y a su familia a unirse al Desafío de Oración! El Papa Francisco ha escrito a menudo sobre la importancia de la familia y ¡este desafío de oración nos da una gran oportunidad para celebrar y orar con y para las familias de nuestra parroquia!

Los invitamos a unirse al desafío de rezar juntos en familia, especialmente durante la Cuaresma. En el kit de herramientas Amor familiar: Una vocación y un camino a la santidad publicado por la Asociación Católica de Vida Familiar (CFLA, antes conocido como NACFLM), en la página 6 tienen 30 ideas de cómo rezar en familia. También provee gráficas que pueden compartir en redes sociales e ideas para los líderes parroquiales de cómo invitar a todas las familias de su parroquia a unirse al desafío.

Vía Crucis para los niños de Loyola Press

Vía Crucis Bíblico de la Campaña Católica para el Desarrollo Humano (Justicia, Paz y Desarrollo Humano de la USCCB)

Los Vía Crucis del Vaticano: Meditaciones, fotos y videos de la celebración de los Vía Crucis con el papa desde 1991.

Reflexión del Papa Francisco en el Vía Crucis con los Jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá en 2019.

Ecos de la Palabra en vivo por Facebook los miércoles a las 9pm ET

Guías “Familias en Misión” para la Cuaresma 2023: Vuelvan a Mí: Camino de Sanación. Ver, discernir y actuar esta Cuaresma con Maryknoll. 

AYUNAR

Camino al Pie de la Cruz: 10 Cosas que Debemos Recordar durante la Cuaresma

Prácticas penitenciales para los católicos de hoy

Limitando el uso de la tecnología en la Cuaresma

Crecer en santidad siguiendo los consejos del Papa Francisco

DAR

Recursos para la Cuaresma de CRS: Podemos compartir con los más necesitados con la ayuda de Catholic Relief Services. La familia, como iglesia doméstica, se fortalece al estar atenta a las necesidades de nuestros hermanos en todo el mundo y al vivir las prácticas tradicionales de la oración, el ayuno y la limosna con un espíritu misionero.

 

“Queridos hermanos y hermanas, que el Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestra escalada con Jesús, para que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe, prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones”. (Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2023)

La bendición sorprendente de educar en casa

Escuela en Casa durante Covid-19

Por Verónica López Salgado

Hablar de la familia como iglesia doméstica significa proclamar que el hogar es “la primera escuela de vida cristiana”.[1] Y aunque invariablemente me fascinaba esta expresión – iglesia doméstica – y sé que, como padres de familia somos los principales educadores de nuestro hijo, ¡jamás imaginé que literalmente sería la maestra de mi hijo no solo en la fe, pero también en la escuela secundaria!

La pandemia motivó algunas transiciones drásticas para mi familia: uno de esos cambios fue el comenzar homeschooling – como se conoce en inglés – o educación en el hogar con nuestro hijo Santiago. Después de varios meses de discernimiento, a principios de septiembre de 2020 decidimos darlo de baja de su escuela y comenzar la educación en casa. Nuestro hijo actualmente tiene 13 años y está por terminar el 8vo grado.

Nos dimos a la tarea de empezar una exhaustiva investigación sobre los recursos para la educación en casa, los métodos de enseñanza y aprendizaje y los requisitos que el estado solicita a los padres para poder educar a sus hijos en casa. Finalmente, cuando nos decidimos por un programa escolar a distancia y plan de estudios, debíamos completar cada uno de los requisitos del estado donde vivimos el año pasado – cabe mencionar que cada estado tiene sus exigencias particulares.

Al haber completado todos los pasos necesarios, nos sentimos totalmente preparados para la aventura. ¡O al menos eso creímos! Pues resulta que no alcanzamos a inscribirnos a tiempo y pagar la colegiatura porque aproximadamente 2.500 estudiantes ya se habían inscrito y no había más cupo para nuestro hijo. Aun así, elegimos el currículo de la escuela que más nos agradó: Madre de la Divina Gracia (Mother of Divine Grace por su nombre oficial en inglés) y decidimos que sería yo quien implementaría el programa de estudios, sin apoyo de los maestros o asesores escolares que al habernos inscrito hubiéramos tenido. Sin embargo, algo que sí tuve y agradezco demasiado es haber buscado los consejos de madres con extensa experiencia en homeschooling. Eso me ayudó a saber cómo podía personalizar el programa de estudios de mi hijo de acuerdo con sus necesidades de aprendizaje. Así elegimos complementar el plan de estudios con otros recursos y sustituir algunas clases.

A finales de septiembre, después de haber ordenado los libros necesarios y armar lo que parecía un horario escolar adecuado, comenzamos la escuela en casa/educación en el hogar. Si dijera que todo empezó estupendo y sin complicaciones, estaría mintiendo puesto que el camino no ha sido fácil. Nuestro trayecto no ha estado libre de obstáculos, inhibiciones y un sinfín de cambios en la rutina. Hoy, después de ocho meses y aún con trabajo escolar por completar, puedo decir con total franqueza que la experiencia de enseñar a mi hijo en casa ha merecido la pena en TODO momento. Él, por su parte, piensa lo mismo porque, aunque frecuentemente me pide hacer algo fuera de lo común en nuestro día de escuela, hemos aprendido juntos que la disciplina desde el amor siempre trae buenos resultados.

Para terminar, me gustaría incluir sugerencias, recursos y estrategias que me han servido a mi como maestra de mi hijo durante este año escolar. No sin antes subrayar una frase de san Juan Pablo II que me parece de suma importancia. Existen innumerables estudios afirmando que “ninguna influencia es más formativa de la identidad de las personas que su socialización primaria”.[2] Esta primera socialización sucede precisamente en la esencia de una familia, a la cual san Juan Pablo II nombró “pequeña sociedad” y afirmó, que “la familia es en sí misma una pequeña sociedad, y la existencia de todas las grandes sociedades (nación, estado, Iglesia) depende de ello”.[3] Por esta razón, querido lector, si tú también haces escuela en casa con tus hijos – de cualquier edad –  lo hiciste al principio de la pandemia, o has optado por la educación en casa por un período de tiempo más largo, espero que al leer este artículo comprendas la labor tan fundamental que forjas, realizaste y continuarás haciendo durante la vida de tus hijos que serán parte de la gran sociedad que tú estás formando en tu hogar.

Tres consejos sobre la escuela en casa

  1. Si como yo, la escuela en casa fue una decisión motivada debido a la situación con el Covid-19, ¡ánimo! no estás solo y el mundo entero tuvo que aprender a navegar esta realidad. Si ya tus hijos han regresado a la escuela de ladrillo y cemento, ¡felicidades! por haber hecho tu mejor esfuerzo por enseñar a tus hijos en casa el tiempo que lo hayas hecho. Si tus hijos continúan la escuela en casa no por decisión propia, ¡adelante!, existe una plétora de recursos para ayudarte a seguir. Y si has optado por la escuela en casa por un período de tiempo más largo o permanentemente, ¡enhorabuena!, seguramente has elegido lo que es mejor para tus hijos y familia.
  2. Los padres de familia con amplia experiencia sobre la educación en casa me dijeron que por lo general – sin Covid – el primer año es el más difícil. ¡Ama más, no seas tan duro contigo mismo o con tus hijos! Pues cualquiera que sea tu situación actual, recuerda que la familia es la célula primera y vital que también tiene una función social y política: tus hijos serán en la sociedad el reflejo de lo que viven en casa.
  3. Pide apoyo SIEMPRE que lo necesites, haz preguntas y tómate el tiempo de investigar. Es esencial que tengas una lista integral de otros padres, amigos y familiares que pueden ayudarte o aconsejarte. Únete a un grupo de ayuda para padres en tu ciudad o en redes sociales. Mi papá, por ejemplo – ingeniero químico – es el tutor de álgebra de mi hijo.

Tres sugerencias concretas para la escuela en casa

  1. Asegúrate de conocer cuáles son las expectativas sobre la educación en el hogar del estado en donde vives. Cuál es la ley, requerimientos, etc. Por ejemplo, yo aprendí que los requisitos del estado de Carolina del Norte son mucho más estrictos que los del estado de Mississippi.
  2. Ahorra tiempo en la planeación y compra únicamente los materiales escolares que necesites, imprime lo que sea posible, y organiza todo en carpetas por materia.
  3. Lee con anticipación el material que tus hijos aprenderán o que les ensenarás, esto te ayudará a tener una visión más clara de cómo presentárselos.

Recursos para la escuela en casa

  1. Nosotros escogimos la escuela Madre de la Divina Gracia, que es un programa de educación a distancia que ayuda a los padres a implementar una educación clásica católica en su hogar. Encuentra más información aquí: Mother of Divine Grace School.
  2. Nosotros quisimos un programa y plan de estudio católico, sin embargo, también hay una gran cantidad de programas no católicos que puedes elegir. Hoy en día hay un sinnúmero de información sobre todos estos programas en línea. Encuentra más información aquí: Lista bilingüe de programas católicos.
  3. Aprende sobre las diferentes filosofías y métodos de aprendizaje, así podrás saber cuál es el más adecuado para tus hijos: Lista (no exhaustiva) sobre los métodos de aprendizaje.
  4. Actualmente hay varios programas de matemáticas para la escuela en casa. Nosotros elegimos el programa Teaching Textbooks. Antes de decidirnos por este programa, utilizamos su versión gratis. Encuéntralo aquí: Clase de matemáticas.
  5. Lista de libros de la historia medieval y poesía, entre otros: Aquí puedes encontrar una lista de libros que puedes ordenar. Escoge las edades que les correspondan a tus hijos en la barra dorada Librería Madre de la Divina Gracia.
  6. En casa, también decidimos continuar con la formación en la fe utilizando un programa desarrollado por las Hermanas Dominicas de Santa Cecilia. El programa se enfoca en el aprendizaje de las virtudes para niños en los grados prekínder a secundaria (Middle School): Virtudes en práctica.

Tres estrategias prácticas para la escuela en casa

  1. Diseña un horario y establece una rutina escolar. Revisa este horario y rutina cada mes y haz las adaptaciones o cambios necesarios para tu familia.
  2. Otorga un espacio especial y determinado para la escuela en casa, organiza ahí todos los materiales escolares y asegúrate de que sea un lugar ameno para ti y tus hijos.
  3. Dos ventajas de la escuela en el hogar o la educación en casa son a) la flexibilidad y libertad que otorga, y b) el hecho de que tus hijos y tú, eligen el ritmo de trabajo con que llevan el plan de estudios (o syllabus en inglés). Por lo tanto, si vas a salir de viaje, tienes un cambio inesperado en tu día, o simplemente quieres cambiar de “aula de clases”, lleva contigo siempre el programa de estudios (de preferencia impreso) y cumple con el horario y la rutina diaria en la medida de lo posible.

 

Verónica López Salgado, M.A.
Feliz esposa y mamá/Teóloga, traductora, consultora e instructora independiente
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[1] 1 “La Iglesia Doméstica,” Catecismo de la Iglesia Católica, (consultado el 9 de mayo de 2021) §1657, en la Santa Sede. http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s2c3a7_sp.html

[2] Groome, Thomas H. Will There Be Faith? A New Vision for Educating and Growing Disciples. (New York: Harper One, 2011) 205, Kindle Edition.

[3] Karol Wojtyla, Love and Responsibility (San Francisco: Ignatius Press, 1993), 217.

Las Familias Tienen una Misión Única

Por el Diácono Leonel Yoque

 

¿Cómo sería nuestra Iglesia y nuestra sociedad si cada familia encontrara su misión?

La pandemia nos ha desafiado a todos pues ha quedado al descubierto nuestra vulnerabilidad. De una manera u otra nos ha tocado lidiar con muchas pérdidas. Pérdida de salud, de trabajo, de un ser querido, de reunirnos en persona, de celebrar juntos, etc. Sin embargo, debido al confinamiento en casa hemos aprendido a compartir más tiempo con nuestra familia inmediata, y sobre todo, hemos experimentado y valorado nuevamente el significado de una Iglesia doméstica. Las familias de hoy tenemos la misión de ver la realidad que estamos viviendo con el corazón, de tomarnos el tiempo para reflexionar y dialogar sobre los desafíos a la luz de la fe, y de comprometernos con acciones concretas que edifican la construcción del Reino de Dios aquí y ahora.

Ver la realidad con el corazón: Estamos viviendo una crisis enorme pues con la pandemia se han agravado muchos de los desafíos de un mundo postmoderno con los que ya estábamos lidiando anteriormente.  Hoy más que nunca, las familias tenemos que detenernos para ver la realidad de una manera diferente. El Papa Francisco nos ha recordado que, “de una crisis no se sale igual: o salimos mejores o salimos peores” (Videomensaje con ocasión de la 75 asamblea general de las Naciones Unidas, 25 de septiembre de 2020). Como familias, ¿cómo queremos salir de esta crisis? Para esta reflexión surge la necesidad de ver la realidad con los ojos de una fe que brota desde lo más profundo de nuestro corazón.

La unidad familiar es crucial no sólo para superar la crisis, sino para salir de la crisis como mejores esposos, padres de familia, hijos e hijas, hermanos y hermanas. En Amoris Laetitia (AL) – La Alegría del Amor (Exhortación apostólica postsinodal sobre el amor en la familia) el Papa Francisco nos recuerda que “la Iglesia es un bien para la familia y la familia es un bien para la Iglesia. El amor vivido en las familias es una fuerza constante para la vida de la Iglesia. En este amor celebran sus momentos felices y se apoyan en los episodios difíciles de su historia de vida” (AL 87-88). Para ver la realidad con el corazón es necesario que las familias nos reencontremos con el amor. Así como los metales son puestos a prueba a través del fuego, así también el amor familiar es puesto a prueba ante las adversidades. Viendo la realidad con los ojos de la fe cristiana nos ayudará a salir de la crisis como mejores familias. Y por qué no decirlo, como mejores cristianos.

Reflexionar y dialogar en los desafíos a la luz de la fe: ¿Has considerado tu hogar como un lugar de misión? Es importante que las familias de hoy tengamos un espacio de reflexión y diálogo y así poder identificar la misión que el Señor quiere para cada una de las familias de hoy. La Sagrada Familia de Nazaret cumplió con su misión. “La alianza de amor y fidelidad, de la cual vive la Sagrada Familia de Nazaret, ilumina el principio que da forma a cada familia, y la hace capaz de afrontar mejor las vicisitudes de la vida y de la historia. Sobre esta base, cada familia, a pesar de su debilidad, puede llegar a ser una luz en la oscuridad del mundo” (AL 66).  Para identificar nuestra misión en familia debemos seguir el ejemplo y misión de la Sagrada Familia – José, María y su Hijo Jesús – quienes encontrándose en situaciones difíciles en sus vidas se dejaron guiar por Dios y llevaron a cabo el plan salvífico del Padre.

Como católicos pertenecemos a una Iglesia Universal – pero también somos una Iglesia Doméstica.  San Juan Pablo II decía que las familias son como “Iglesias en miniatura”. Imagínate que vas entrando a tu hogar y piensa que estás entrando en el templo donde celebramos nuestra fe cada domingo. ¿Cómo sería nuestra vida familiar si nuestro hogar lo consideráramos un lugar sagrado? O inclusive, ¿cómo nos trataríamos unos a otros en la familia?

Imaginemos a la familia como el primer lugar donde se experimenta el amor de Dios. En familia reflexionen y dialoguen sobre cómo están compartiendo ese primer amor. Amor de papás, de hijas e hijos, de hermanas y hermanos. ¿De qué manera nos estamos cuidando y respetando unos a otros?

Compartir el amor de Dios con otros: Los espacios y lugares para compartir el amor no se limitan a la familia. Una vez se va experimentado el amor en la familia, la tendencia es que compartimos ese amor con nuestras familias extendidas, familiares, amigos, vecinos y comunidades de fe. Experimentamos que el amor de Dios no tiene límites porque el amor de Dios es como una fuente inagotable que nos lanza hacia las “periferias”, es decir, a los lugares donde Jesús nos invita a experimentar un encuentro para compartir su amor con los más desamparados de la sociedad.

Las familias cristianas están llamadas a dar frutos para la Iglesia Universal y la sociedad y para esto es necesario una pastoral desde y con las familias. “Las familias cristianas, por la gracia del sacramento nupcial, son los principales sujetos de la pastoral familiar, sobre todo aportando ‘el testimonio gozoso de los cónyuges y de las familias, iglesias domésticas’. Se trata de hacer experimentar que el Evangelio de la familia es alegría que ‘llena el corazón y la vida entera’, porque en Cristo somos ‘liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento’” (AL 200). La misión de las familias de hoy es alcanzar juntos la plenitud.

Ser familia misionera: En la familia, por excelencia, descubrimos nuestra vocación de vida, es allí donde descubrimos, valoramos y desarrollamos nuestros dones y talentos; y los ponemos al servicio de la Iglesia, de nuestra sociedad y del mundo entero. Encontrar tu vocación de vida es encontrar tu misión. En palabras del Papa Francisco: “Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo” (Evangelii Gaudium 273). Una familia discípula es una familia misionera. Reflexionen y dialoguen constantemente sobre cómo pueden ser una familia misionera que comparte el Evangelio de la alegría en su familia, comunidad de fe y en la sociedad.

Empezar por los papás: Desde las primeras comunidades cristianas, el testimonio ha sido una vía eficaz de evangelización y misión. Por excelencia los padres de familia damos testimonio con el ejemplo de buenos cristianos en nuestra vida diaria. Si queremos hijos e hijas misioneros tendremos que ser buenos discípulos misioneros nosotros primero. “Los hijos que crecen en familias misioneras a menudo se vuelven misioneros, si los padres saben vivir esta tarea de tal modo que los demás les sientan cercanos y amigables, de manera que los hijos crezcan en ese modo de relacionarse con el mundo, sin renunciar a su fe y a sus convicciones” (AL 289). Papá y mamá esta es específicamente nuestra misión, aquí y ahora.

 

Acciones concretas para construir familias misioneras:

  • Comprométanse a utilizar palabras como: “por favor”, “permiso”, “gracias”, “perdón”, “sugiero”, etc. en su comunicación familiar de forma cotidiana hasta que sea parte de un hábito interno. A menudo pensamos que para criar buenos hijos e hijas tenemos que hacer grandes cosas, sin embargo, con pequeños gestos y palabras podemos edificar grandes valores en la familia (cf. AL 264-266).
  • Sirvan en la comunidad: Una vez identificados nuestros valores, dones y talentos en la familia, ahora los ponemos al servicio de nuestra comunidad. Invitemos constantemente a nuestras hijas e hijos a servir como voluntarios. En nuestras parroquias y organizaciones comunitarias hay muchas maneras en las que podemos hacerlo. Por ejemplo: Caridades Católicas, San Vicente de Paul, etc.  Cantando, leyendo, enseñando, dando la bienvenida, como voluntarios en ministerios de justicia y servicio social, etc. Empiecen de a poco, quizás donando una hora a la semana de su tiempo y después compartan en familia cómo se sintieron al dar este servicio a los demás.
  • Salgan a las periferias: Promover en las familias su natural vocación misionera (cf. AL 230). El amor no tiene límites y es como una fuente inagotable, pues el Espíritu Santo nos lanza hacia los más necesitados. Identifiquen en familia a las personas más necesitadas cercanas y lejanas y comprométanse en una acción concreta para tener encuentro con Dios en las periferias.
  • Ver y compartir los recursos del Año “Familia Amoris Laetitia” (March 19, 2021 to June 26, 2022): Sitio web del Vaticano, sitio web de la USCCB y muchas diócesis tienen sitios web con información local.

El Diácono Leonel Yoque nació y creció en Guatemala y ha vivido en California por 30 años. Está casado y tiene tres hijos. Leonel es diácono permanente de la Arquidiócesis de Los Ángeles, asignado a la Parroquia Santa Cruz. Al mismo tiempo, Leonel lidera el equipo de educación y animación misionera Hispana/Latina con los Padres y Hermanos Maryknoll. Leonel obtuvo una maestría en Teología Pastoral en Loyola Marymount University, Los Angeles.

Esposos y Padres como San José

Por José Juan Valdez, MA.

Hola ¿qué tal? Me dirijo a todos los esposos y padres que siguen esta página web y sus excelentes contenidos. En esta ocasión es para compartirles sobre mi devoción a San José, esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús. El Papa Francisco tuvo a bien llamar a toda la Iglesia el pasado 8 de diciembre a dedicar, celebrar y reflexionar la vida de San José a propósito del 150 Aniversario de que el Beato Pio IX lo declarara como patrono de la Iglesia Católica.

Tengo que confesarles que esta noticia me llenó de alegría como devoto de un santo tan impresionante como lo es San José. ¿Cómo nació mi devoción? Comienzo haciendo una confesión de la que inicialmente no me siento orgulloso. El nombre que me dieron mis padres es José Juan y bueno para serles honestos no me gustó por un tiempo (debió ser cuando tenía entre 10-13 años), porque, para empezar, al menos del pueblo del que soy originario, Romita, Guanajuato, México, estos son los dos nombres más comunes. Solía pensar y decir que la mitad de mi pueblo se llamaban JOSÉ y la otra mitad JUAN. Así que, tenía la impresión de que en realidad mis padres no se habían complicado en absoluto y tomando estos dos, los pusieron juntos y listo… no me gustaba por lo común.

A los 15 años ingresé al seminario. Quería ser sacerdote y fue ahí donde me di cuenta de la importancia de nuestro(s) nombre(s) y como en la vida cristiana, el nombre a menudo representa al santo del día en que naciste. Y, además, representa al amparo y cuidado del nombre del santo que recibes, o si no coincide con la fecha, pues se escoge el nombre en honor y consagración al santo al que quedas encomendado. JOSÉ JUAN: San José (19 de marzo) y San Juan Bautista (24 de junio) ¡qué bendición más grande había heredado de mis padres! Tremendos pilares en el cielo interceden por mí. Desde este descubrimiento me siento muy honrado del nombre que llevo, sin mencionar que el primer nombre de mi papá (que en paz descanse) a quien tanto quiero, extraño y admiro, es José también. Desde aquel entonces, en los inicios de mi formación en el seminario, comenzó mi devoción al señor San José y al Precursor de nuestro Señor Jesucristo, San Juan Bautista.

Con el llamado a celebrar al señor San José durante todo este año desde el 8 de diciembre del 2020, el Papa Francisco tuvo a bien escribir una Carta Apostólica Patris Corde (Con Corazón de Padre) en la que nos invita a voltear a ver las virtudes del padre de Jesús y esposo de María. Les recomiendo como lectura espiritual leer cada una de las siete cualidades que nos presenta en el documento y preguntarnos cómo puedo yo como esposo y/o como padre imitar o vivir estas las virtudes san José.

Estuve 11 años en el seminario: 7 en México y 4 en Estados Unidos. Casi terminaba mis estudios eclesiásticos cuando tuve una crisis vocacional. Surgió después de haber participado en las nupcias de mi hermano mayor Sabino, a quien admiro y quiero mucho, con quien es su esposa, María Graciela. Como dicen en México, “me movió el tapete”. Pero bastaron algunos meses para que se me pasara de alguna manera y me volviera a enfocar en mi preparación hacia el orden sacerdotal. Un año antes de tomar la decisión de suspender mi preparación, mi hermano mayor y su esposa tuvieron a su primogénito, Jesús “Chuy”. Al ver la ternura con la que mi hermano miraba y cargaba a su hijo y la felicidad que proyectaba, fue la estocada final a mi crisis vocacional. A partir de ese momento en mi oración le decía a Dios que Él sabía que yo quería entregar mi vida, que yo quería servirle en su pueblo, pero que no sabía si iba a ser capaz de hacerlo sin eso que tenía mi hermano mayor: UNA FAMILIA.

Fue muy duro, muy difícil, porque no fue que me desencanté del anhelo de ser sacerdote, la cuestión es que quería tener una familia como la de mi hermano. Después de un año de darle vueltas y cuando me acercaba a la recta final de mi vida en el seminario, decidí que no podía continuar. Decidí que le serviría a Dios el resto de mi vida pero que quería hacerlo desde el seno de una familia. Decidí no ser sacerdote, sino esposo y papá, y luchando cada día por ser el mejor, alcanzar la santidad a la que todos hemos sido llamados. La figura de San José tomó entonces más fuerza en mi vida y mi devoción se acrecentó.

 

Ahora tengo 15 años de casado con mi esposa Alba Iris, casi ya 16. Dios en su misericordia y su providencia nos ha concedido la dicha de tener 3 hijos (1 niña y 2 niños).  Dios nos ha bendecido de manera impresionante, ha caminado con nosotros a cada instante. Pero ha habido momentos difíciles en el trayecto, momentos que por nuestras limitaciones y algunas circunstancias externas la tormenta ha dado fuerte contra nuestra casa y ha amenazado con destruirla. En esos momentos, en los más difíciles me he vuelto a Dios y de manera particular también he volteado a ver a San José y he implorado su intercesión. San José se mantuvo fiel a su llamado de ser esposo y padre, de cuidar, defender, custodiar, educar, pero sobre todo amar a los que Dios puso bajo su encargo. Le pedía que intercediera por mí y he sentido su respuesta.

¿A qué les invito, una vez más, a los que son esposos y padres, a los que Dios les ha confiado este don y esta responsabilidad? A que acudamos a San José de dos maneras:

  1. Imitando sus virtudes de, con valentía y desde la humildad, decirle sí al llamado de Dios. Y luego vivirlo desde el silencio en fidelidad profunda, protegiendo a su familia. Hoy ante tantas ideologías y distorsiones, ante tantas situaciones contrarias a la familia y la estabilidad de esta, que sepamos como San José custodiar y cuidar a nuestra esposa e hijos.  Que en las responsabilidades sencillas y que a menudo pasan desapercibidas de cada día sepamos ser como San José. Y que, por nuestra entrega y nuestro ejemplo, nuestros hijos vayan “creciendo en sabiduría y en gracia delante de Dios y de los hombres” (Lc 2, 52).
  2. Cuando la tormenta llegue, la dificultad, la debilidad, el desánimo o cualquier cosa que se interponga y quiera destruir lo que Dios ha ido levantando con nosotros, cuando los recursos humanos y las fuerzas no alcancen, voltear a ver a San José y pedirle por su intercesión que Dios nos conceda lo que necesitamos.

Tengo claro que cuando salí del seminario, mi camino hacia la santidad había cambiado. Ahora sería a través de ser el mejor esposo y papá, a ejemplo de San José. Pido a Dios que nos conceda vivir nuestro llamado como San José para un día llegar al cielo y que como lo hizo con él, nos diga: “siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor” (Cf. Mt. 24, 14-30).

Concluyo este compartir/reflexión con la oración de la Carta Apostólica Patris Corde para que así sea con nosotros también, que sepamos ser como San José, reflejo “sombra” del Amor del Padre a los que Él nos ha confiado:

Salve, custodio del redentor y esposo de la Virgen María.

A ti, Dios, confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos la gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amen.

~ Papa Francisco, Patris Corde, 2020

 

José Juan Valdez es autor de varios libros, junto con su esposa Alba Iris son los fundadores y directores de diferentes esfuerzos de evangelización y formación, tales como: Ministerio Nazareth de Sanación y Desarrollo Integral de las Familias; Familia Hispana Magazine una revista de formación y valores para las familias hispanas en USA; y Paulus Media una plataforma con recursos para la Evangelización y la Formación en la Fe.

Guías de Reflexión: San José, Hombre de Familia

Los miércoles son tradicionalmente dedicados a San José.  Los invitamos a reflexionar en pareja o en familia cada miércoles sobre una de las cinco angustias de San José. 

Para descargar el paquete completo de las reflexiones sobre las 5 angustias de San José, haga clic aquí: San José Hombre de Familia-Reflexiones Completas.

 

Estructura para cada semana:

 

Primera Angustia

Segunda Angustia

Tercera Angustia

Cuarta Angustia

Quinta Angustia

 

Para aprender más sobre el Año de San José y cómo celebrarlo en su hogar, visite: portumatrimonio.org/sanjose