Celebrando Matrimonios Mixtos
Por Cynthia Psencik
Cuando hablamos de matrimonios mixtos, nos referimos a parejas que nacieron en diferentes países como también parejas de razas, etnicidades y culturas distintas. Se reporta que los matrimonios mixtos han aumentado continuamente desde el 1967 cuando fueron legalizados en los Estados Unidos. Para el 2015, una de cada seis parejas recién casadas están casadas con una persona de una raza o etnicidad diferente. La pareja mixta más común incluye hispanos y blancos (Pew Research Center). Es asombroso pensar que antes de los años 1967, los matrimonios mixtos eran prohibidos en ciertas partes de los Estados Unidos, y que hubiera alguna ley impidiendo que yo me casara con mi esposo.
Mi esposo no solo es de una etnicidad diferente a la mía, sino también nació y creció en un estado diferente que yo – él es de Texas y yo de Nueva York. Llevamos casados siete años, y cada día aprendemos algo nuevo, ya sea de nuestras culturas, o de donde crecimos. Al principio de nuestro noviazgo dialogamos bastante acerca de lo diferente que fue nuestra crianza, yo como mujer hispana de padres dominicanos, y él como hombre blanco. Le asombraba la manera en que me comportaba con mi mamá, con la cual hablaba todos los días por casi una hora. O la manera en que mi mamá se comportaba conmigo, todavía queriendo cuidarme hasta después de estar casada. Mi esposo, sin embargo, creció bien independiente. Poco a poco se fue acostumbrando y aprendiendo que estas cosas eran importante para mi, como yo también fui aprendiendo de las cosas que eran importante para él, por ejemplo, el amor a los deportes profesionales.
Durante nuestro retiro de preparación para el matrimonio tuvimos la oportunidad de dialogar y describir costumbres de cada una de nuestras culturas que podrían impactar más adelante nuestro matrimonio. Las diferencias en culturas a veces aparecen de maneras sutiles en el matrimonio, y pueden crear dificultades si no existe comunicación entre la pareja. Es importante tener una disposición abierta para abrazar las costumbres y las expectativas que son importantes para cada pareja.
Reconocer y hablar de las diferencias
Durante su noviazgo, tomen tiempo para hablar acerca de su niñez y no dejar por desapercibido la importancia de ciertas costumbres y experiencias que pueden influenciar sus comportamientos. En una conversación con mi amiga, ella me comentó que durante su noviazgo, ella y su esposo que es de una etnicidad diferente, hablaron mucho acerca de su experiencia con el racismo, una experiencia muy lejana para su esposo. Fue importante para ella poder ser vulnerable y que existiera una apertura de parte de él para recibir lo que ella le presentaba, y de no minimizar sus experiencias. Esta conversación ayudó mucho a su esposo a comprenderla y ayudarla a navegar sus emociones, y responder adecuadamente.
Ser pacientes y seguir aprendiendo
Darse oportunidad para conocerse y crecer juntos es importante durante el noviazgo y su vida de casados. Ser paciente con uno mismo y con su pareja cuando resaltan cosas únicas a su cultura, ayuda a crear una atmósfera abierta para usted y su pareja. Yo vengo de una familia vibrante y animada, especialmente cuando se reúnen todos los familiares a la misma vez. Mi esposo no vino de una familia grande, y a veces pensaba que estábamos peleando cuando nos escuchaba hablar.
No todo va a tener sentido al principio, y hasta podemos criticar ciertas cosas de nuestra pareja y de su familia. Por eso es importante observar y hacer preguntas cuando no comprendes algo, aunque sea incómodo. Esto demuestra un sentido de curiosidad como también interés en aprender más acerca de los antecedentes familiares y las costumbres que nos influyen.
No hagan suposiciones
En la celebración del Día de Acción de Gracias durante nuestro primer año de casados, invitamos a mi familia a celebrar con nosotros. Teníamos música alta tocando de fondo, como era de costumbre en mi familia, mientras preparamos el pavo y la cena. De vez en cuando mi esposo entraba a la cocina, pero luego se iba un poco molesto. Mientras, yo seguía cantando y bailando con mi prima, mi hermana y mi mamá. Después de la celebración le pregunté a mi esposo qué le pasaba, y él me respondió que usualmente en su hogar, él era quien preparaba la cena para su familia, y se sintió molesto de que no le dimos esa oportunidad. Obviamente, no sabía lo importante que era para él tomar parte de las preparaciones, pues crecí entre las normas culturales donde las mujeres eran las que preparaban la comida, y yo asumí que no le interesaba.
Instruir a sus familiares cuando sea necesario
El Papa Francisco en Amoris Laetitia nos comenta: “Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentan mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores (113). Yo crecí en un ambiente donde no faltaba el gentío que venía a nuestro hogar a celebrar algún acontecimiento. De esta forma me acostumbré a siempre estar rodeada de personas, algo que es común en las personas extrovertidas. Mi esposo es introvertido. Me costó tiempo realizar que a veces cuando estamos en reuniones familiares él necesita receso para poder recargarse. Mi familia notaba esto, y pensaba que no les caía bien, y a veces hacían comentarios acerca de su comportamiento. Tuve que explicarles que no era algo en contra de ellos, y fue un momento de aprendizaje para ellos también. Para ayudarnos, mi esposo y yo creamos un plan donde nos señalamos cuando el necesitaba un tiempo de receso durante una visita familiar.
Ser razonables con sus expectativas
Lo más seguro es que su pareja no hable español, o no tiene ritmo para bailar su música. Podemos entrar en el error de que “si me ama, hará el esfuerzo”. Pero la realidad es que aprender un lenguaje nuevo como adulto es un don, y no es tan fácil poder pensar y hablar en un lenguaje diferente al lenguaje nativo. Me enojaba bastante al principio porque estaba centrada en que mi esposo aprendiera español para que se comunicase mejor con mi familia, pero no era por falta de esfuerzo. Me dediqué entonces a darme cuenta de las diferentes maneras que él intentaba comunicarse y relacionarse con mi familia. De esta manera, aprendí a valorar la manera en que él y su familia pasan tiempo juntos viendo deportes profesionales.
Compartir y celebrar los dones que trae cada cultura
Una de las cosas más bellas de una pareja mixta es poder compartir sus tradiciones. Durante la planificación de nuestra boda, incluimos elementos de cada una de nuestras culturas. La ceremonia fue bilingüe, y durante la recepción, incluimos comidas, música y bailes de cada una de nuestras culturas. Esto brindó la oportunidad de que ambas familias aprendieran y celebraran elementos de cada una de nuestras culturas. Fue super divertido ver como su familia y amistades disfrutaron aprendiendo a bailar merengue y mi familia la música country.
Crear nuevas tradiciones
Es bello poder unir elementos de cada cultura en la relación. En vez de solamente enfocarse en uno u otro elemento de cada cultura, intenten crear una unión de ambas culturas, y formar sus propias tradiciones. Ya sea comida, música, tradiciones…, es importante que existan elementos de las dos tradiciones que acomoden ambas culturas adecuadamente. Al final del día, las diferencias que pueden existir crean momentos para seguir aprendiendo y creciendo juntos. Durante nuestro noviazgo, Evan y yo creamos una lista de canciones en Spotify con música romántica de cada género, y así él aprendió a disfrutar de la música en español, y yo de la música country.
Ante todo, ser amigos y construir una vida en conjunto. El Papa Francisco nos recuerda en Amoris Laetitia lo importante que es la amistad en el amor conyugal. El nos dice: “Después del amor que nos une a Dios, el amor conyugal es la máxima amistad. Es una unión que tiene todas las características de una buena amistad: búsqueda del bien del otro, reciprocidad, intimidad, ternura, estabilidad, y una semejanza entre los amigos que se va construyendo con la vida compartida” (Amoris Laetitia, 123). Por último, no dejen a un lado el divertirse mientras se acomodan y continúan aprendiendo el uno al otro.