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El Amor es una Decisión más que un Sentimiento

Por Silvio Cuellar

Este mes celebramos el día del amor y amistad, y ya desde los primeros días de enero las tiendas se cubrían de rojo, con flores, chocolates para la enamorada o el enamorado. La realidad es que más de la mitad de los matrimonios hoy terminan en divorcios.

Quisiera compartir con nuestros lectores algunas estrategias que he aprendido en 20 años de estudio sobre temas familiares y casi 28 años de vida matrimonial.

  1. El primer paso para un matrimonio duradero, y exitoso es obviamente tener una buena Preparación Matrimonial. Lamentablemente muchas parejas de novios ponen más énfasis en la fiesta, el viaje que en conocerse lo suficiente y planificar las cosas importantes que determinarán el éxito o no de la pareja, como las metas personales y planes de pareja, las finanzas, la cantidad de hijos, la educación de ellos, y la fe. Dice una experta en relaciones que para que una pareja se conozca lo suficiente y su amor sea probado antes de casarse debe pasar por lo menos por cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. En otras palabras, la relación de noviazgo debe como mínimo durar un año o más.
  2. El segundo paso es que la pareja comparta la Fe. Cuando de novios no se le da mucha importancia en muchos casos a la práctica de la religión y la vivencia de la Fe, pero cuando llegan los niños y las madres comienzan a ponerlos en el catecismo y llegar más frecuente a la Iglesia; frecuentemente el esposo se queda en casa y eso va acumulando tensión y hasta resentimiento que puede llevar al enfriamiento de la relación. Los barcos comienzan a viajar en direcciones opuestas, y obviamente en algún momento llegarán a destinos diferentes.
  3. El tercer paso o estrategia, es tener una comunicación activa. Quiere decir que los esposos aprendan a dialogar y expresar sus sentimientos sin ofenderse, expresar sus ideas y buscar un punto de encuentro o de acuerdo sin tratar siempre de imponerse sino más bien aprender a negociar y llegar a un acuerdo que no necesariamente será lo que yo quiera o lo que mi cónyuge quiera, sino que podrá ser una tercera opción.
  4. El cuarto paso es reconocer que necesitamos dejar que Dios nos cambie a nosotros mismos y adaptarnos a nuestra pareja para llegar a tener unidad y santidad. Cada uno de nosotros traemos cualidades y defectos que hemos ido heredando de generación en generación (bendiciones y maldiciones), entonces debemos reconocer nuestras debilidades para corregir nuestros defectos e identificar nuestras fortalezas para desarrollar nuestras virtudes y no quedarnos en la mediocridad. Personas que dicen “Así soy yo y así me tienen que aguantar”, normalmente llevan al fracaso de su familia.
  5. Un quinto paso es reconocer cuando me he equivocado y pedir perdón. Recientemente tuve un día de frustración y en la mañana al desayunar traté rudamente a mi esposa frente a uno de mis hijos adolescentes y me fui sin despedirme. Me sentí bastante mal después porque herí los sentimientos de mi esposa por algo que tal vez podríamos haber dialogado calmadamente. La llamé más tarde para pedirle perdón y reconocí mi error. Ella con mucha paciencia y sabiduría me dijo: “¿Cómo te sentirías después si hubiera tenido un accidente y el Señor me hubiera llamado y lo último que me dijiste fue un reproche?”. Y aún peor, “¿Qué clase de lección le estás dejando a nuestro hijo sobre cómo un esposo debe tratar a su esposa?”

Esas palabras de mucha sabiduría me hicieron recapacitar mucho y recordar que siempre estamos enseñando a nuestros hijos, más con nuestras acciones que con nuestras palabras y que ese día no fui un buen maestro. Lo triste es que muchas parejas se comportan de esta manera, todos los días y nunca piden perdón o dialogan sin ofenderse, entonces se van distanciando y los hijos también aprenden a comportarse de la misma manera. Recordemos, el amor es una decisión diaria, más que un sentimiento.

 

Silvio Cuéllar es músico pastoral, compositor, periodista y conferencista en temas de liturgia, vida y familia. Sirve como coordinador diocesano de la Oficina del Ministerio Hispano de la Diócesis de Providence, Rhode Island, Editor Asociado del periódico El Católico de Rhode Island y director de música en la parroquia Holy Spirit en Central Falls, RI, donde dirige coros en inglés y español.

 

Usado con permiso, este artículo fue publicado en El Católico de Rhode Island en febrero del 2022.

 

Lecturas del Evangelio para la liturgia nupcial

Las lecturas en la liturgia de una boda católica son una proclamación de la Palabra de Dios y de la fe de la Iglesia sobre el matrimonio. Por esta razón, se limitan a lecturas de la Sagrada Escritura (la Biblia). Hay diez opciones para el Evangelio.

Puede resultarles útil reflexionar en oración sobre cada lectura y elegir las que hablan de sus esperanzas y sueños para su matrimonio cristiano. A continuación se encuentran cada lectura en su totalidad, así como un comentario para proporcionar algo de contexto y destacar los temas clave de cada lectura.

Evangelios

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó.
Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles y les dijo:
“Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran,
porque serán consolados.
Dichosos los sufridos,
porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados.
Dichosos los misericordiosos,
porque obtendrán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón,
porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz,
porque se les llamará hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”.

Palabra de Dios.


 Comentario:

El día de la boda, innumerables personas desearán a los recién casados un “feliz matrimonio” o alguna otra expresión de felicidad. En este pasaje tan querido, conocido como las Bienaventuranzas, la palabra “bendito” también puede traducirse como “feliz” o “afortunado”. Este pasaje, el más reconocible del evangelio de Mateo, admite que la verdadera felicidad no es una fantasía de alegría perpetua, sino que se encuentra en la mezcla ordinaria de amargura y dulzura de la vida. Todos los matrimonios pasan por momentos buenos y malos. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a considerar las dimensiones espirituales o la bendición de toda la actividad de la vida.

Lo que hace que esta sea una opción digna para la celebración del matrimonio es que este pasaje establece claramente los fundamentos de la vida cristiana. No hace ninguna referencia al matrimonio, pero es el primer discurso importante de todos los Evangelios en el que Jesús describe cómo será la vida de sus seguidores. Existe un paralelismo entre el inicio del ministerio de la enseñanza de Jesús y el inicio de la vida matrimonial de las parejas. De forma similar a este pasaje, la bendición nupcial en el rito del matrimonio concluye con la esperanza de la realización eterna al rezar: “y…alcancen la felicidad de los justos en el Reino de los cielos”. Ambos subrayan que el matrimonio tiene una dimensión cósmica, pues su realización está en el cielo.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes son la sal de la tierra.
Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolve­rá el sabor?
Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo.
No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte;
y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla,
sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres,
para que viendo las buenas obras que ustedes hacen,
den gloria a su Padre, que está en los cielos.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Este pasaje, al igual que los anteriores y posteriores, forma parte del Sermón de Jesús en la Montaña, que ocupa tres capítulos completos del Evangelio de Mateo. Pertenece a las enseñanzas fundamentales de Jesús para todos los que buscan seguirle. Obviamente, no se incluye aquí una referencia particular al matrimonio. Lo que sí afirma es que la vida cristiana es como una luz que ilumina un mundo oscurecido por la penumbra del pecado. La insistencia en el carácter exterior de la vida cristiana es una imagen muy útil para los matrimonios. El amor mutuo no debe limitarse a sí mismos. Debe tratar de derramarse por los demás. Al igual que las marcas de una persona íntegra de fe, las marcas de un matrimonio fuerte son cuando los demás se ven afectados positivamente y se benefician de la unión de una pareja. El amor auténtico se traduce en buenas acciones y en gloria para Dios.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“No todo el que me diga: ‘¡Señor, Señor!’, entrará en el Reino de los cielos,
sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica,
se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca.
Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa;
pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica,
se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena.
Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos,
dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente’’.
Cuando Jesús terminó de hablar, la gente quedó asombrada de su doctrina,
porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.

Palabra de Dios.

O bien: Forma breve:

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“No todo el que me diga: ‘¡Señor, Señor!’, entrará en el Reino de los cielos,
sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica,
se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca.
Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa;
pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca”.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Este pasaje concluye el extenso discurso de apertura del Evangelio según san Mateo en relación con una imagen general del discipulado. Por eso la versión más larga del pasaje concluye con la nota de que Jesús termina estas palabras y la multitud se asombra de su enseñanza. Desde las Bienaventuranzas hasta este punto, Jesús ha dedicado mucho tiempo a instruir, y lo concluye diciendo a sus interesados seguidores que deben poner en práctica esas enseñanzas. La reacción de la multitud es de asombro. El discipulado consiste tanto en hacer como en creer. El discípulo debe escuchar primero y luego actuar (vs. 24) sobre la Palabra de Dios.

Todas las parejas que se casan tienen la mirada puesta en el futuro; san Mateo también. Al igual que la declaración inicial de este pasaje, san Mateo frecuentemente retrata a Jesús describiendo las acciones que un discípulo debe emprender para entrar en el Reino de los Cielos. Muchas parejas de novios harán planes para un nuevo hogar juntos. Este pasaje invita a considerar un hogar espiritual y eterno. Comenzar su matrimonio en la Iglesia es el punto de partida de una base sólida. Las parejas sabias continuarán alimentando su relación con una vida de fe activa y un compromiso con la comunidad parroquial.

La forma breve termina el pasaje con la fuerte imagen de poner la casa sobre la roca. Se omite la imagen de la casa construida sobre la incertidumbre de la arena.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y, para ponerle una trampa, le preguntaron:
“¿Le está permitido al hombre divorciarse de su esposa por cualquier motivo?”
Jesús les respondió: “¿No han leído que el Creador, desde un principio los hizo hombre y mujer, y dijo:
‘Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer, y serán los dos una sola carne?’
De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Así pues, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Como es habitual en los Evangelios, Jesús no responde directamente ni “sí” ni “no” a una pregunta mordaz lanzada por los fariseos. Al fin y al cabo, estaban tratando de hacerlo tropezar. En lugar de una simple respuesta de una palabra, Jesús les devuelve la pregunta. Los fariseos eran expertos en la ley, y deberían haber conocido fácilmente el pasaje del Génesis 2 que Jesús cita. Los primeros cinco capítulos de la Biblia, conocidos como el Pentateuco, eran el núcleo de la vida judía durante la vida de Jesús. Jesús no comenta la legalidad del divorcio, al menos no en términos civiles. Más bien, al demostrar un elemento central de su misión, Jesús eleva la postura a una realidad divina y espiritual. Dice que “lo que Dios ha unido” en la tierra no debe separarse. El matrimonio es una participación en el ordenamiento divino de las actividades terrenales.

Este pasaje es la expresión más clara del matrimonio en los Evangelios (una lectura paralela se encuentra en Marcos 10, 2-9). Es el fundamento firme de la enseñanza de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio. Si se elige para el rito nupcial, ayudará a resaltar los votos de la pareja que han de durar todos los días de su vida.

Lectura del santo Evangelio según San Mateo

En aquel tiempo, un fariseo que era doctor de la ley, le preguntó a Jesús, para ponerlo a prueba:
“Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?”
Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
Éste es el más grande y el primero de los mandamientos.
Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas”.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Los fariseos son retratados a menudo en los evangelios como personas que controlaban de forma excesiva a la ley. Había literalmente cientos de leyes que regulaban casi todos los aspectos de la vida. Entonces, un doctor de la ley se acerca a Jesús y lo llama maestro, pero el fariseo pretende ponerlo a prueba. Jesús cita primero Deuteronomio 6,5, el mandamiento de amar a Dios. No se detiene ahí, ya que a continuación recita Levítico 19,18 sobre el amor al prójimo. Amar a los demás es como amar a Dios. De hecho, amar a los demás es una forma de demostrar nuestro profundo amor a Dios. Ambas cosas están muy vinculadas gracias a esta enseñanza magistral de Jesús.

En el bautismo, se pregunta a los padres si están preparados y dispuestos a aceptar las responsabilidades de educar al niño como Cristo nos ha enseñado, a amar a Dios y al prójimo. La proclamación de este Evangelio en la liturgia nupcial subrayará la misión básica de un cristiano: dedicar todo el corazón, la mente y el alma a amar a Dios, y buscar amar a todos los demás. Hará una sutil conexión entre el bautismo como primer sacramento y este sacramento del matrimonio. El matrimonio no se señala explícitamente en este pasaje, pero la conexión es natural. Las parejas con un compromiso genuino de mejorar su comunidad y el bienestar de los demás resonarán especialmente con este pasaje.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, Jesús dijo:
desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer.
Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre
y se unirá a su esposa y serán los dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre”.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, contienen muchas de las mismas historias, sólo que ligeramente recontadas desde su propia perspectiva. Esta breve lectura de Marcos es la misma que la opción nº 4 de san Mateo en las lecturas de la boda. Jesús reitera la escritura hebrea de Génesis 1,27 y 2,24, señalando que Dios es la fuente de la creación, haciendo hombres y mujeres que están diseñados para convertirse en una sola carne. El texto del Génesis habla de la unión del hombre con su mujer, pero los comentarios finales de Jesús hacen hincapié en que la intención es que ambos estén juntos de forma inseparable.

Este pasaje refleja el sello distintivo de cualquier sacramento: son experiencias particulares de la Divinidad. Dios hace la unión y ningún ser humano debe separarla. Esta frase final se escuchará de nuevo directamente después de que los novios hayan intercambiado su consentimiento y sus votos, cuando el sacerdote rece: “Que nadie separe lo que Dios ha unido”.

Lectura del santo Evangelio según San Juan

En aquel tiempo, hubo una boda en Caná de Galilea, a la cual asistió la madre de Jesús.
Éste y sus discípulos también fueron invitados.
Como llegara a faltar el vino, María le dijo a Jesús: “Ya no tienen vino”.
Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no llega mi hora”.
Pero ella dijo a los que servían: “Hagan lo que él les diga”.
Había allí seis tinajas de piedra, de unos cien litros cada una, que ser­vían para las purificaciones de los judíos.
Jesús dijo a los que ser­vían: “Llenen de agua esas tinajas”.
Y las llenaron hasta el borde.
Entonces les dijo: “Saquen ahora un poco y llévenselo al encargado de la fiesta”.
Así lo hicieron, y en cuanto el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino,
sin saber su procedencia, porque sólo los sirvientes la sabían, llamó al novio y le dijo:
“Todo el mundo sirve primero el vino mejor, y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve el corriente.
Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora”.
Esto que hizo Jesús en Caná de Galilea fue el primero de sus signos.
Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Este pasaje se llama tradicionalmente “Las bodas de Caná”. Está claro que se celebra una boda, y no sólo está Jesús, sino también su madre, María. Esto lo hace atractivo para muchas parejas. Sin embargo, ocurre algo más. Es como si la escena de la boda tuviera lugar en el fondo. En primer plano hay una conversación entre María, los meseros y Jesús, quién revela un poder tremendamente transformador.

La historia incluye la fuerza de la fe: María anima a los servidores a hacer todo lo que Jesús les ordena, y termina con los discípulos creyendo en él. Al igual que los servidores, los que demuestran su fe en Jesús experimentarán cosas buenas, gloriosas y abundantes en esta vida y especialmente en la siguiente. Este texto aparece al principio del evangelio de san Juan y es el comienzo de los muchos signos de Jesús. Ofrece una visión del cielo que muestra la gloria de un mundo venidero. Las jarras de vino fino que rebosan generosamente son un símbolo de lo que Jesús mismo nos ofrece.

Las parejas que han experimentado el poder transformador de la fe y la abundante presencia de Jesús en sus vidas disfrutarán de este pasaje. Las anima a ser como vasos de barro – abiertos a la transformación divina por la que sus vidas son cambiadas para imitar más claramente los caminos de Cristo.

Lectura del santo Evangelio según San Juan

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor;
lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena.
Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado’’.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Cuando la familia y los amigos se reúnen para la ceremonia de la boda, pueden sentir que la iglesia y el entorno rebosan de amor. Hay una gran emoción y sobreabundancia de buena voluntad y de buenos deseos para la pareja. Este pasaje del Evangelio de san Juan se basa en el amor presente, ya que insta a la pareja y a la comunidad a permanecer en el amor.

Este pasaje forma parte de unas palabras de despedida de Jesús a sus discípulos. Expresa su amor por ellos antes de su regreso al Padre. El Padre ha amado al Hijo, quién a su vez ha amado al pueblo. Ahora, el pueblo debe mantener vivo ese amor imitándolo en sus comunidades. Este tipo de amor es particular. Es el amor expresado por el Dios Trino. “Como el Padre me ama, así los amo yo” (v. 9). Dios Padre ama a Dios Hijo sin límites, sin cálculos, condiciones o discusiones, y de forma absolutamente gratuita. El amor del Padre al Hijo es una expresión pura de desinterés liberador.

Las parejas que están alegremente enamoradas y ven a Dios como la fuente de ese amor se sentirán atraídas por este pasaje. Este amor no es una emoción o un sentimiento siempre pasajero, sino que es un amor permanente que brota de la plenitud del ser. Seguir el mandamiento del Dios Trino de amar de forma desinteresada conduce a una alegría duradera. A medida que las parejas se esfuerzan por retener y permanecer enamorados, aportan alegría a Dios. El amor conyugal comprometido y mutuo completa la alegría divina.

Lectura del santo Evangelio según san Juan

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado.
Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos.
Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando.
Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo;
a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido
y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca,
de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre’’.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Este pasaje es una continuación de las palabras de despedida de la selección anterior. Jesús está en la Última Cena, y se prepara para apartarse de sus discípulos. Aunque esté ausente físicamente, su presencia permanecerá, especialmente en las expresiones de amor desinteresado que imitan sus acciones. El amor sacrificado de los matrimonios es como un espejo del modo desinteresado en que Cristo amó a sus amigos. Por eso el matrimonio es un sacramento y es un camino de salvación, porque los dos participan en una acción de Jesucristo.

Muchas parejas abrazarán la imagen de dar la vida por el otro cónyuge. Es duro, y refuerza el hecho de que el amor conyugal debe perdurar hasta la muerte. Esta es la acción de los esposos, y también la acción central de la verdadera amistad.

La vocación de todos los cristianos es ser atraídos por la amistad divina. Cuando los creyentes viven como Amigos de Dios, sus vidas lo mostrarán (darán fruto) y se animarán a confiar en esa amistad de manera favorable, pues “el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre” (v. 16). El fruto de la pareja casada incluirá probablemente hijos que también serán formados para amar y seguir desinteresadamente los caminos de Cristo. Y la familia unida invocará a Dios en su necesidad.

Lectura del santo Evangelio según San Juan

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo:
“Padre, no sólo te pido por mis discípulos, sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos,
para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti somos uno,
a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno.
Yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta
y así el mundo conozca que tú me has enviado y que los amas, como me amas a mí.
Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado,
para que contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero yo sí te conozco y éstos han conocido que tú me enviaste.
Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer,
para que el amor con que me amas esté en ellos y yo también en ellos’’.

Palabra de Dios.


O bien: Forma breve:

Lectura el santo Evangelio según san Juan

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: “Padre, no sólo te pido por mis discípulos,
sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos,
para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti somos uno,
a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno.
Yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta
y así el mundo conozca que tú me has enviado y que los amas, como me amas a mí’’.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Justo antes de entrar en su pasión y muerte, Jesús reza esta oración por el amor y la unidad. Mira al cielo y desea que la gloria del cielo se manifieste en la tierra. Su oración se inspira en la profunda unidad de la Trinidad, en la que Dios Padre ama perfecta y plenamente a Dios Hijo y ambos habitan en el amor mutuo.

En ocasiones, la Trinidad ha sido descrita en nuestra tradición de esta manera: Las tres personas de la Divinidad son como el Amante, el Amado y el Amor entre ellos – correspondiendo a Dios Padre, que ama a Dios Hijo, y a Dios Espíritu Santo que es el amor compartido entre ellos. La unidad sin fisuras del Padre y el Hijo (el Amante y el Amado), es una metáfora de la unidad que se desea a través de un matrimonio sacramental.

Así como Jesús visualiza místicamente la gloria celestial, así desea que todos en su rebaño compartan el cielo con él. Los matrimonios se embarcan en un viaje que ha de culminar en el cielo. Caminan uno al lado del otro en su vida terrenal, y una parte indispensable de la vida incluye una vida espiritual y una dimensión eterna.

Este pasaje podría ser favorecido por las parejas que desean un vínculo intenso, incluyendo una fuerte unidad espiritual en su relación que sólo puede provenir de confiar en el Espíritu Santo. También, aquellos que han luchado por reconciliar las diferencias entre ellos, sus familias o dentro de su comunidad de fe, podrían encontrar este pasaje útil. Jesús desea para ellos la misma unidad, cuya plenitud no se realizará hasta que irrumpa en la eternidad.

A menos que el homilista se inspire en la frase “antes de la creación del mundo”, no se perderá mucho con la forma breve. Conserva la imagen trinitaria de la unidad, y preserva la visión de que la comunidad de creyentes debe ser perfectamente una.

 

Sobre el autor de los comentarios

Estos comentarios han sido escritos por el Reverendo Darren M. Henson, sacerdote de la archidiócesis de Kansas City, en Kansas. El Padre Henson es licenciado en teología sagrada por la Universidad de Santa María del Lago. Ha sido profesor de la Universidad de Loyola en Chicago y profesor adjunto del Benedictine College, Atchison, KS, enseñando liturgia y sacramentos. Los comentarios fueron traducidos por Verónica López Salgado.

 

Opciones para las lecturas de una Boda Católica:

Lecturas del Antiguo Testamento

Salmos Responsoriales

Lecturas del Nuevo Testamento

Lecturas de los Evangelios

Lecturas del Nuevo Testamento para la liturgia nupcial

Las lecturas en la liturgia de una boda católica son una proclamación de la Palabra de Dios y de la fe de la Iglesia sobre el matrimonio. Por esta razón, se limitan a lecturas de la Sagrada Escritura (la Biblia). Hay catorce opciones para la segunda lectura del Nuevo Testamento.

Puede resultarles útil reflexionar en oración sobre cada lectura y elegir las que hablan de sus esperanzas y sueños para su matrimonio cristiano. A continuación se encuentran cada lectura en su totalidad, así como un comentario para proporcionar algo de contexto y destacar los temas clave de cada lectura.

Nuevo Testamento

Lectura de la Carta del apóstol San Pablo a los Romanos

Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra?
El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo?
¿Quién acusará a los elegidos de Dios?
Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene?
¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros?
¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo?
¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado;
pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios,
ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo,
ni creatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.


   Comentario:

Esta lectura concluye una larga sección inicial de la carta de Pablo a la comunidad cristiana que vive en Roma. Predica que el Evangelio anuncia la salvación para todos los pueblos, sean judíos o gentiles. Después, él ofrece reflexiones sobre nuestra justificación ante Dios. Así, las preguntas de este pasaje suenan un poco como una discusión de ida y vuelta. Es Cristo cuya muerte y resurrección nos ha justificado y ahora intercede por nosotros ante Dios (vs. 34). El amor que Cristo demuestra al morir por todos nosotros es un vínculo de amor que no puede romperse por nada – terrenal, sobrenatural o de otro tipo – (vs. 38-39).

La Iglesia ofrece un matrimonio sacramental, algo diferente y adicional al matrimonio civil. Los sacramentos son un encuentro y una participación en la vida de Jesucristo. Las parejas que se casan en la Iglesia Católica enraízan su relación en esta visión inspiradora del amor de Cristo. Es un amor que une y un amor inquebrantable. Los esposos que comparten esta fuerza de amor pueden tener la misma confianza que San Pablo, sabiendo que cuando surjan dificultades y sufrimientos, su amor les ayudará a salir adelante. Ninguna dificultad del cielo o de la tierra, de las criaturas, de los gobernantes o de los ángeles puede destruir su vínculo matrimonial. El amor de Cristo fue victorioso, y cualquier amor que lo imite compartirá el mismo don.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos

Hermanos: Por la misericordia que Dios les ha manifestado,
los exhorto a que se ofrezcan ustedes mismos como una ofrenda viva, santa y agradable a Dios,
porque en esto consiste el verdadero culto.
No se dejen transformar por los criterios de este mundo;
sino dejen que una nueva manera de pensar los transforme internamente,
para que sepan distinguir cuál es la voluntad de Dios,
es decir, lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Que el amor de ustedes sea sincero.
Aborrezcan el mal y practiquen el bien;
ámense cordialmente los unos a los otros, como buenos hermanos;
que cada uno estime a los otros más que a sí mismo.
En el cumplimiento de su deber, no sean negligentes y mantengan un espíritu fervoroso al servicio del Señor.
Que la esperanza los mantenga alegres; sean constantes en la tribulación y perseverantes en la oración.
Ayuden a los hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad.
Bendigan a los que los persiguen; bendíganlos, no los maldigan.
Alégrense con los que se alegran; lloren con los que lloran.
Que reine la concordia entre ustedes.
No sean, pues, altivos; más bien pónganse al nivel de los humildes.
A nadie devuelvan mal por mal.
Esfuércense en hacer el bien delante de todos los hombres.
En cuanto de ustedes depende, hagan lo posible por vivir en paz con todo el mundo.

Palabra de Dios.


  O bien: Forma breve:

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos

Hermanos: Por la misericordia que Dios les ha manifestado,
los exhorto a que se ofrezcan ustedes mismos como una ofrenda viva, santa y agradable a Dios,
porque en esto consiste el verdadero culto.
No se dejen transformar por los criterios de este mundo,
sino dejen que una nueva manera de pensar los transforme internamente,
para que sepan distinguir cuál es la voluntad de Dios,
es decir, lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Que el amor de ustedes sea sincero.
Aborrezcan el mal y practiquen el bien;
ámense cordialmente los unos a los otros, como buenos hermanos;
que cada uno estime a los otros más que a sí mismo.
En el cumplimiento de su deber, no sean negligentes y mantengan un espíritu fervoroso al servicio del Señor.
Que la esperanza los mantenga alegres; sean constantes en la tribulación y perseverantes en la oración.
Ayuden a los hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad.

Palabra de Dios.


   Comentario:

Cuando San Pablo habla de un sacrificio vivo, la gente pensaría inicialmente que se trata de una contradicción imposible. Los sacrificios implicaban la sangre de un animal ofrecida en el templo. Esto se hacía para expresar la vida moral, para compensar las propias faltas y para agradar a Dios. No obstante, San Pablo predica después de que la sangre de Jesús fuera derramada en la cruz. Ese sacrificio de su propia vida fue el cumplimiento de todos los sacrificios.

El Apóstol sugiere que los que siguen a Cristo deben ofrecer sus cuerpos como sacrificios vivos. Esta es la paradoja de la fe: el sacrificio, sobre todo el de la cruz, da la vida y evita la muerte. En otras palabras, San Pablo está diciendo que algo completamente nuevo tiene lugar por la muerte de Cristo en la cruz y su resurrección. La vida de los creyentes cristianos ha de ser diferente, y han de adoptar una nueva forma de vivir en el mundo a causa de las creencias que tienen.

Los maridos y las esposas deben comprometerse. Un compromiso exitoso implica el sacrificio de ambos. Los votos matrimoniales establecen que cada uno está dispuesto a sacrificarse amorosamente por el otro, cueste lo que cueste. La segunda parte de esta lectura delinea una serie de acciones externas y visibles que podemos hacer para reflejar un amor sacrificado que beneficie a los demás y al mismo tiempo agrade a Dios. Esta lista de altos ideales inspirará a muchas parejas, pero pretende ser una señal para todos los creyentes.

Las parejas que elijan la forma breve de esta lectura se perderán algunos pasajes maravillosos: “lloren con los que lloran”, “Que reine la concordia entre ustedes”, “A nadie devuelvan mal por mal”, “En cuanto de ustedes depende, hagan lo posible por vivir en paz con todo el mundo”. Estas imágenes expresan las esperanzas de muchas parejas, y deberían ser los ideales de todas. Proclamarlas aumentará la alegría de la celebración.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos

Hermanos: nosotros, si realmente somos fuertes,
debemos cargar con la debilidad de quienes no tienen esa fuerza
y no buscar nuestro propio agrado.
Que cada uno busque lo que agrada a su prójimo, ayudándole a crecer en el bien.
El mismo Cristo no hizo lo que le agradaba.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a ustedes vivir en perfecta armonía unos con otros,
conforme al espíritu de Cristo Jesús, para que, con un solo corazón y una sola voz
alaben a Dios, Padre de nuestro señor Jesucristo.
Por lo tanto, acójanse los unos a los otros como Cristo los acogió a ustedes, para gloria de Dios.
Que el Dios de toda esperanza los colme de gozo y paz en el camino de la fe
y haga crecer en ustedes la esperanza por el poder del espíritu santo.

Palabra de Dios.


   Comentario:

Esta lectura subraya la firme esperanza de San Pablo de que la comunidad cristiana de Roma pueda vivir en armonía. Hoy en día, en nuestra sociedad global, se habla mucho de vivir en paz con todos. Usamos frases como “estamos de acuerdo en no estar de acuerdo”; “nos respetamos unos a otros”; o “toleramos las cosas que no nos gustan”. Algunos matrimonios encuentran que estas frases pueden equilibrar las diferencias en su relación. Sin embargo, San Pablo pide una expresión particular de armonía, basada en la imitación de Cristo.

Esta lectura recordará claramente a los novios que el éxito de su matrimonio llegará cuando pierdan de vista su propio yo y centren sus energías en su cónyuge. Los esfuerzos que se hagan por el bien del otro construirán el matrimonio. Cristo nos ha aceptado e incluso acogido con todos nuestros defectos y faltas. La pareja que se ama procurará que su amor vaya más allá de sí mismos, hacia los amigos, la familia e incluso los desconocidos. Las parejas con convicciones de mejorar su sociedad y su comunidad de fe querrán considerar esta lectura. Los matrimonios más jóvenes que esperan largos años de matrimonio también apreciarán la oración por la resistencia, el ánimo, la alegría y la paz.

Lectura de la Primera Carta del apóstol San Pablo a los Corintios

Hermanos: El cuerpo no es para fornicar, sino para servir al Señor; y el Señor, para santificar el cuerpo.
Dios resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros con su poder.
¿No saben ustedes que sus cuerpos son miembros de Cristo?
Y el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él.
Huyan, por lo tanto, de la fornicación.
Cualquier otro pecado que cometa una persona, queda fuera de su cuerpo;
pero el que fornica, peca contra su propio cuerpo.
¿O es que no saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo,
que han recibido de Dios y habita en ustedes?
No son ustedes sus propios dueños, porque Dios los ha comprado a un precio muy caro.
Glorifiquen, pues, a Dios con el cuerpo.

Palabra de Dios.


   Comentario:

El apóstol Pablo escribe algunos de sus pensamientos más extensos a los corintios. En estas cartas responde a varios problemas que ocurren en Corinto. Algunos de ellos no difieren tanto de la sociedad actual, como las obligaciones matrimoniales y la inmoralidad sexual. Cuando esta lectura se proclama ante una asamblea reunida para una boda, todos sabrán que la inmoralidad a la que se refiere la frase inicial es de naturaleza sexual. Cuando se lee en la boda, esta lectura no tiene por qué sentirse severa ni como regaño. Por el contrario, defiende la belleza sobrenatural escondida el cuerpo humano.

Este pasaje de la Escritura apoya la enseñanza católica de abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio, precisamente por la dignidad que se otorga a cada cuerpo humano. Las relaciones sexuales afectan tanto al individuo como al cuerpo colectivo cristiano: la comunidad. Así como las acciones corporales pueden causar daño a otros y derribar el reino de Dios, también pueden utilizarse para glorificar a Dios (vs. 20). Pablo afirma que el cuerpo debe conformarse con el Señor. Se refiere al Señor resucitado (vs. 14) porque el cuerpo resucitado de Jesús es radiante y glorifica a Dios – una imagen de lo que nuestros cuerpos pueden ser. Además, nuestros cuerpos son un lugar apropiado para el Espíritu Santo (vs. 19). Cuando se considera que tiene el potencial de glorificar a Dios, las parejas pueden llegar a ver su intimidad sexual como un signo de lo sagrado.

Lectura de la Primera Carta del apóstol San Pablo a los Corintios

Hermanos: Aspiren a los dones de Dios más excelentes.
Voy a mostrarles el camino mejor de todos.
Aunque yo hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles,
si no tengo amor, no soy más que una campana que resuena o unos platillos que aturden.
Aunque yo tuviera el don de profecía y penetrara todos los misterios,
aunque yo poseyera en grado sublime el don de ciencia y mi fe fuera tan grande como para cambiar de sitio las montañas,
si no tengo amor, nada soy.
Aunque yo repartiera en limosnas todos mis bienes y aunque me dejara quemar vivo,
si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia;
el amor no es presumido ni se envanece; no es grosero ni egoísta;
no se irrita ni guarda rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad.
El amor disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites.
El amor dura por siempre.

Palabra de Dios.


   Comentario:

Este pasaje es conocido como el himno del amor. Es muy popular entre los católicos y otros cristianos, y toca cada fibra sensible del corazón de los novios en cuanto echan un vistazo a las opciones. La mayoría no se da cuenta inicialmente de que San Pablo no se dirige directamente a los esposos. Él está abordando muchas preocupaciones dentro de la comunidad cristiana de Corinto y busca fortalecer su unidad general. La comunidad parece haber perdido parte de la visión de la vida evangélica. Por eso, el apóstol ofrece estos pensamientos.

Ésta audaz visión cristiana del amor demuestra claramente que no puede reducirse a una emoción romántica. El amor se parece a algo. Aquí, San Pablo lo describe con detalle poético. Dice lo que es el amor – paciente, bondadoso, duradero – así como lo que no es – envidioso, arrogante, presumido, grosero, ni se irrita fácilmente. La lectura también predice lo que ocurre cuando el amor está ausente. Sin él, las vidas y las relaciones son como un gong ruidoso (un instrumento de percusión musical del este y sudeste asiático). Podemos acumular cosas, recibir una lluvia de regalos, e incluso regalar cosas, pero sin amor, todo es inútil. En realidad, lo que Pablo está describiendo, es un amor que se parece a Cristo, el que es el Amor encarnado.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1-6

Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor,
los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido.
Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor;
esfuércense en mantenerse unidos en el Espíritu con el vínculo de la paz. Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu,
como también una sola es la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido.
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos,
que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.

Palabra de Dios.


   Comentario:

En la primera parte de esta lectura, San Pablo da algunos atributos necesarios para vivir en la vida matrimonial: humildad, mansedumbre, paciencia, unidad y caridad. Son necesarios para vivir el “llamamiento que han recibido”, que es una gran responsabilidad en la vida de la Iglesia. El sacramento del matrimonio da muchas gracias a los cónyuges, especialmente cuando se establece la rutina y surgen las dificultades; estas gracias ayudan a los matrimonios a vivir con alegría su vocación.

La idea de unidad impregna la Misa Nupcial. Los dos esposos cristianos se unen primero a Jesucristo y a la Iglesia por medio del Bautismo. En la recepción de la Eucaristía, se les da una participación más íntima en la vida divina y se les introduce más profundamente en el Cuerpo de Cristo. Y en el mismo sacramento del matrimonio, los cónyuges se administran mutuamente el sacramento y se realiza una alianza indisoluble.

Los matrimonios están llamados a ser verdaderamente uno: un solo hogar, una sola familia, una sola carne, un solo corazón, una sola mente. Pero esta unidad no anula la personalidad individual. Más bien, la unidad matrimonial ayuda a cada persona a ser más ella misma. En el matrimonio, habrá momentos de desacuerdo y conflicto, pero la unidad de la pareja casada siempre será más fuerte. En última instancia, Dios mismo mantiene esta unidad y la fortalece. Con la gracia de Dios, cualquier división entre los cónyuges puede ser superada.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Efesios

Hermanos: Vivan amando, como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros.
Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo:
que las mujeres respeten a sus maridos, como si se tratara del Señor,
porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza y salvador de la Iglesia, que es su cuerpo.
Por lo tanto, así como la Iglesia es dócil a Cristo, así también las mujeres sean dóciles a sus maridos en todo.
Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella
para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, pues él quería presentársela a sí mismo toda resplandeciente,
sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e inmaculada.
Así los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son.
El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie jamás ha odiado a su propio cuerpo,
sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
Éste es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
En una palabra, que cada uno de ustedes ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.

Palabra de Dios.


  O bien: Forma breve:
Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Efesios

Hermanos: Vivan amando, como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros.
Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella
para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, pues él quería presentársela a sí mismo toda resplandeciente,
sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e inmaculada.
Así los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son.
El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie jamás ha odiado a su propio cuerpo, sino que le da alimento y calor,
como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
Éste es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Las parejas que buscan una imagen clara y fuerte del matrimonio sacramental gravitarán hacia este pasaje. Es el pasaje más expresivo del Nuevo Testamento sobre el matrimonio. También es complejo. Algunas parejas lo descartarán por considerarlo objetable para una perspectiva contemporánea del amor conyugal. El lenguaje de la lectura puede plantear desafíos pastorales. Sin embargo, las parejas que oran con este pasaje podrían cambiar sus objeciones iniciales por un abrazo animado de la visión del matrimonio que se ofrece aquí.

El autor hace una extensa meditación sobre el segundo relato de la creación y lo cita directamente (Génesis 2:18-24, 2ª opción del Antiguo Testamento). El autor está muy familiarizado con el Evangelio de Jesucristo, crucificado y resucitado. Las acciones de Cristo de sufrir, morir y resucitar marcan toda la diferencia del mundo, incluso para los esposos. El versículo inicial (2) indica cómo interpretar este pasaje: “Hermanos: Vivan amando, como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros”. Cristo lo hizo por la Iglesia, el cuerpo vivo de los creyentes. Los matrimonios constituyen la Iglesia doméstica. Su amor mutuo debe reflejar el amor que demostró Cristo. No se espera que den su vida por todo el mundo, pero sí que ofrezcan su vida por su cónyuge, al que aman. Es un amor que se ofrece y se da por el otro, o como dice el autor, “Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo” (vs. 21).

Algunos creen que este pasaje trata injustamente a las mujeres. El pasaje utiliza diferentes verbos – subordinar/respetar/ser dócil y amar – para describir las acciones de las esposas y los esposos, pero la intención es la misma. Ambos deben darse mutuamente y amar libremente al otro por el bien y la unidad de su familia.

El autor destaca la unidad presente en toda la creación. Cuando los esposos se dan y se aman mutuamente a imitación de Cristo, contribuyen a reforzar la unidad de la sociedad. Todo está conectado, y esta exhortación a los cónyuges a vivir como Cristo forma parte de su misión más amplia de “llevando su proyecto salvador a su plenitud al constituir a Cristo en cabeza de todas las cosas, las del cielo y las de la tierra” (1:10).

La forma breve elimina las dos referencias más evidentes a las esposas subordinadas. Esta podría ser la opción más sabia, especialmente si la persona que predica no tiene la intención de elaborar esta imagen bíblica en particular.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Filipenses

Hermanos: Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡alégrense!
Que la benevolencia de ustedes sea conocida por todos.
El Señor está cerca. No se inquieten por nada;
más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios
en la oración y la súplica, llenos de gratitud.
Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia,
custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Por lo demás, hermanos, aprecien todo lo que es verdadero y noble,
cuanto hay de justo y puro, todo lo que es amable y honroso,
todo lo que sea virtud y merezca elogio.
Pongan por obra cuanto han aprendido y recibido de mí,
todo lo que yo he dicho y me han visto hacer;
y el Dios de la paz estará con ustedes.

Palabra de Dios.

 Comentario:

Este pasaje insta al pueblo cristiano de Filipos a vivir plenamente en los ideales de la verdad, la justicia y el amor, saboreando al mismo tiempo la paz de Dios que los seguirá. Es un pasaje digno de una liturgia matrimonial, sobre todo porque la Iglesia Católica cree que los matrimonios y las familias son los pilares de la sociedad. Una pareja que ora humildemente a Dios mantiene sus corazones enraizados en Cristo y busca la verdad, la justicia y el amor, será una pareja que promueve la paz en su hogar y en la sociedad.

Las bodas en Estados Unidos se convierten con demasiada facilidad en elaboradas producciones y pueden ser fuente de enorme estrés para la pareja y sus amigos. Las parejas llevarán sus dudas y preocupaciones a la celebración de la boda. Algunas preguntas persisten: ¿Seremos capaces de establecer un hogar que nos guste? ¿Qué clase de padres seremos? ¿Cómo resolveremos nuestros problemas económicos? Este pasaje ayuda a poner todas esas cosas en perspectiva, ya que anima con audacia: “No se inquieten por nada”. Promueve una dependencia radical de Dios, cuya paz “sobrepasa toda inteligencia”. Comenzar una relación de alianza con la firme creencia y proclamación de que “el Dios de la paz estará con ustedes”, es una verdad reconfortante, y será motivo de alegría para la novia, el novio y los invitados.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Colosenses

Hermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él y les ha dado su amor,
sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes.
Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro,
como el Señor los ha perdonado a ustedes.
Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo,
esa paz a la que han sido llamados como miembros de un solo cuerpo.
Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza.
Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan.
Con el corazón lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales,
y todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús,
dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Esta selección de la carta a los Colosenses describe al pueblo lo que debe hacer ahora, a la luz de su resurrección con Jesucristo. A lo largo de gran parte del Nuevo Testamento se describe lo que es necesario para una comunidad cristiana buena y floreciente. Estas lecturas funcionan bien para la liturgia nupcial, pues los ideales de una buena sociedad son los ideales de un buen matrimonio.

La lista de características que abre el pasaje es una que toda pareja debería revisar regularmente. Pasar toda la vida creciendo ricamente en la compasión sincera, la humildad, la gentileza, el perdón, etc. será una vida bien empleada. La perfección de estos atributos será el amor. La imagen bíblica del amor no es una emoción o un sentimiento, sino que aquí es el pegamento y el motivador para que cada persona persiga una forma de vida más parecida a la de Cristo.

El versículo 15 hace referencia al “Cuerpo”, que es la Iglesia como Cuerpo de Cristo. Pero en la liturgia de la boda, podría referirse al hecho de que los dos se convierten en uno a través de este sacramento. Esta lectura sería un buen complemento de las lecturas del Génesis y del Evangelio que hacen referencia a que los dos se convierten en una sola carne, en un solo cuerpo.

El pasaje termina con un inspirador mandato: “Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza”, y en todas las cosas, “dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo”. Para los católicos, esto puede ser un suave recordatorio de la importancia de la Misa dominical. Abrimos nuestros corazones para recibir la palabra de Cristo cuando se proclaman las Escrituras en la Misa, y damos gracias en el altar del Señor. Vamos a Misa no por mera obligación, sino por amor, un amor que nos une a los demás y a Dios, que es Amor.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Hebreos

Hermanos: Conserven entre ustedes el amor fraterno y no se olviden de practicar la hospitalidad,
ya que por ella, algunos han hospedado ángeles sin saberlo.
Acuérdense de los que están presos, como si ustedes mismos estuvieran también con ellos en la cárcel.
Piensen en los que son maltratados, pues también ustedes tienen un cuerpo que puede sufrir.
Que todos tengan gran respeto al matrimonio y lleven una vida conyugal irreprochable.
Que no haya entre ustedes avidez de riquezas, sino que cada quien se contente con lo que tiene.
Dios ha dicho: Nunca te dejaré ni te abandonaré; por lo tanto, nosotros podemos decir con plena confianza:
El Señor cuida de mí, ¿por qué les he de tener miedo a los hombres?

Palabra de Dios.


 Comentario:

En la preparación del matrimonio, una frase citada a menudo es que se necesitan tres para que el matrimonio tenga éxito: el marido, la mujer y Dios. Este breve pasaje habla de las formas en que Dios puede entrelazarse con la vida de la pareja. La hospitalidad generosa puede conducir a encuentros con las realidades divinas. Compartir los sufrimientos y las dificultades de los demás es una virtud. Está claro que amar a Dios y amarse unos a otros debe tener mayor prioridad que las preocupaciones por el dinero. Estos breves ejemplos ilustran cómo el Señor nos sostiene amorosamente.

Las parejas que han tenido dificultades en su vida pueden sentirse atraídas por este pasaje. Los que se resisten a las expectativas sociales de una celebración de boda extravagante y los que no tienen abundantes recursos económicos se encontrarán a gusto con este pasaje. En lugar de regalos para la casa de los novios, algunos piden a los invitados que hagan contribuciones a organizaciones benéficas. Este pasaje refuerza ciertamente esa conciencia social. Aquellos que han visto al Señor con ellos en su necesidad en el pasado podrían utilizar este pasaje como una proclamación de fe, de que confía en la presencia de Dios con ellos al embarcarse en su vida matrimonial.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro

Ustedes, mujeres, sean respetuosas con sus maridos,
para que, incluso si algunos de ellos se resisten a creer en la palabra de salvación,
sean ganados no por palabras, sino por la conducta intachable y recatada de ustedes.
No se preocupen tanto del adorno exterior: los peinados, las joyas y los vestidos,
sino de adornar interiormente el corazón con la belleza inalterable de un espíritu apacible y sereno.
Esto es lo que vale a los ojos de Dios.
Así se engalanaban en otro tiempo las santas mujeres,
que tenían puesta su esperanza en Dios y eran dóciles con sus maridos,
como Sara, que obedecía a Abraham y lo llamaba su señor.
Pues, si ustedes hacen el bien y no se dejan intimidar por nada, serán dignas hijas de ella.
En cuanto a ustedes, maridos, vivan la vida matrimonial en un clima de comprensión y respeto,
teniendo en cuenta que la mujer es una persona más delicada
y que, junto con ella, ustedes participan de la vida de la gracia.
Así, tendrán asegurado el fruto de sus oraciones.
Finalmente, vivan todos en armonía, sean compasivos,
ámense como hermanos, sean bondadosos y humildes.
No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto;
al contrario, pídanle a Dios cosas buenas para todos,
pues han sido llamados por él a poseer como herencia los bienes del cielo.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Esta carta fue enviada originalmente a cinco provincias romanas de Asia Menor, donde el cristianismo había echado raíces en algunas pequeñas regiones. Los romanos estaban nerviosos ante religiones externas como el cristianismo. Su sociedad era fuertemente patriarcal y temían que las nuevas religiones extrañas provocaran revueltas. Por eso incluye códigos domésticos y declaraciones éticas para las esposas, los esclavos y los niños.

Esta información puede ayudar a entender el duro tono de este pasaje para los lectores del siglo XXI. La mayor parte de la lectura está dirigida a las esposas. Se menciona: “En cuanto a ustedes, maridos, vivan la vida matrimonial en un clima de comprensión y respeto”. Los lectores se sentirán más a gusto con la visión de la vida matrimonial en las últimas líneas, que los animan a vivir todos en armonía, amándose compasiva y humildemente. Desafía a la pareja a resistir la tentación de jugar al juego de la culpa: “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto”. Los llama a una manera más elevada de relacionarse, esforzándose por ser una bendición el uno para el otro.

Lectura de la primera carta del apóstol San Juan

Hijos míos, no amemos solamente de palabra, amemos de verdad y con las obras.
En esto conoceremos que somos de la verdad,
y delante de Dios tranquilizaremos nuestra conciencia de cualquier cosa que ella nos reprochare,
porque Dios es más grande que nuestra conciencia y todo lo conoce.
Si nuestra conciencia no nos remuerde, entonces, hermanos míos, nuestra confianza en Dios es total.
Puesto que cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada,
ciertamente obtendremos de él todo lo que le pidamos.
Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo,
y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio.
Quien cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él.
En esto conocemos, por el Espíritu que él nos ha dado, que él permanece en nosotros.

Palabra de Dios.


 Comentario:

La primera carta de San Juan fue escrita como respuesta a algunas personas que se habían separado de la comunidad cristiana primitiva y se oponían a algunas de las enseñanzas básicas sobre Jesús. Por eso el pasaje se abre con referencias a la verdad. El amor no es una cuestión de palabras. También debe implicar acciones reales. Los pensamientos y las creencias de cada uno (cosas del corazón) deben coincidir con lo que se hace en el exterior, porque “Dios es más grande que nuestra conciencia y todo lo conoce”.

La lectura hace hincapié en la verdad. En el centro de la liturgia nupcial están los votos, durante los cuales la pareja dirá: “Prometo serte fiel”. Tradicionalmente esto se ha referido a la fidelidad sexual, pero puede incluir una gama más amplia de la verdad. Las parejas también deben ser fieles en cuanto a sus finanzas, sus esperanzas en cuanto a la familia, sus historias personales, sus luchas y adicciones, sus creencias sobre Dios y mucho más. Ser veraz en todas las cosas es una imitación de la forma en que Jesucristo nos ama.

El pasaje describe un amor que es sincero. Dios nos ha ordenado creer en Jesucristo, y el Espíritu Santo nos ayudará a saber cuándo hemos cumplido los mandatos de Dios.

Lectura de la primera carta del apóstol San Juan

Hermanos míos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios
y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama, no conoce a Dios porque Dios es amor.
El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que
envió al mundo a su Hijo unigénito para que vivamos por él.
El amor consiste en esto: No en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.
Si Dios ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros,
Dios permanece en nostros y su amor entre nosotros es perfecto.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Este pasaje se adentra en el misterio y la espiritualidad cristiana del amor. Nos amamos los unos a los otros, no por nada que hayamos hecho, sentido o experimentado. Más bien, amamos sólo porque Dios nos ha amado primero. En otras palabras, el amor no depende de nosotros ni de nuestras capacidades. El amor depende de Dios. Dios, que no se ve, nos ha mostrado cómo es el amor: el amor es su Hijo, Jesús. Más especialmente, el amor es su abrazo a nuestra pecaminosidad (pecado) y la nueva vida que sigue en la resurrección.

Las lecturas no dicen nada específicamente sobre el matrimonio. Sin embargo, el matrimonio tiene todo que ver con el amor. Las parejas suelen creer que el amor tiene que ver con los sentimientos y las emociones que comparten entre sí. Eso puede ser una pieza, y esta lectura puede ayudarles a ver que su amor es realmente un regalo de Dios y una participación en Dios.

La lectura ayudará a las parejas a ver que amar auténticamente a su cónyuge incluirá en algún momento un sacrificio, como el amor visto en las acciones del Hijo. Sin embargo, amarse mutuamente es una forma de experimentar la presencia permanente de Dios, y confiar en que Dios perfeccionará su amor mutuo.

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan

Yo, Juan, oí algo parecido a la voz potente de una gran muchedumbre, que decía en el cielo:
“¡Aleluya! Nuestro Dios es un Dios salvador, lleno de gloria y de poder”.
Y del trono de Dios salió una voz que decía: “Alaben a nuestro Dios,
todos sus siervos, los que lo temen, pequeños y grandes”.
Oí entonces algo como el rumor de una muchedumbre inmensa,
como el estruendo de un río caudaloso y el retumbar imponente de los truenos.
Decían: “¡Aleluya!” El Señor, Dios nuestro, todopoderoso, ha establecido su reinado.
Llenémonos de gozo y alegría y alabemos la grandeza del Señor,
porque ha llegado el tiempo de las bodas del Cordero, y su esposa ya está preparada.
Dios le ha concedido vestirse de lino finísimo y deslumbrante”.
El lino representa las obras bue­nas de los santos.
Entonces un ángel me dijo:
“Escribe: ‘Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero’ ”.

Palabra de Dios.


 Comentario:

El libro del Apocalipsis era un género de escritura antiguo. Un apocalipsis era cuando un autor revelaba (de ahí el título de Apocalipsis) visiones sobre el futuro o el cielo. Este pasaje es una visión de un banquete de bodas celestial. Cristo es la figura central, y su novia es toda la iglesia, el pueblo de Dios. La gran multitud es la multitud de ángeles y santos. Se hace referencia a un vestido brillante y limpio. En una boda, uno pensaría en el vestido de la novia. En este caso, se trata de la vestimenta blanca de los santos, y de la vestimenta bautismal de los nacidos a la vida de Cristo a través de las aguas del bautismo.

Se hace referencia a una boda dos veces, pero es una imagen mística de Cristo y la Iglesia. Nos dice algo sobre la naturaleza del sacramento del matrimonio. El matrimonio sacramental cristiano pretende mostrar al mundo el tipo de unidad que Dios tiene con su pueblo. La sobreabundancia de alegría en el cielo por la unión de los fieles con Cristo es similar a la alegría de los esposos cristianos.

Esta lectura es de naturaleza mística y podría no ser fácilmente atractiva para la pareja de novios y sus amigos reunidos. Podría atraer a quienes han estudiado a fondo las enseñanzas de la Iglesia, que tienen un amor común por la Eucaristía (símbolo del banquete) y que esperan una vida en juntos en la tierra y en el cielo.

Sobre el autor de los comentarios

Estos comentarios han sido preparados por el Reverendo Darren M. Henson, sacerdote de la archidiócesis de Kansas City, en Kansas. El Padre Henson es licenciado en teología sagrada por la Universidad de Santa María del Lago. Ha sido profesor de la Universidad de Loyola en Chicago y profesor adjunto del Benedictine College, Atchison, KS, enseñando liturgia y sacramentos. Los comentarios fueron traducidos por Verónica López Salgado.

 

Opciones para las lecturas de una Boda Católica:

Lecturas del Antiguo Testamento

Salmos Responsoriales

Lecturas del Nuevo Testamento

Lecturas de los Evangelios

Salmos Responsoriales para la liturgia nupcial

Las lecturas en la liturgia de una boda católica son una proclamación de la Palabra de Dios y de la fe de la Iglesia sobre el matrimonio. Por esta razón, se limitan a lecturas de la Sagrada Escritura (la Biblia). Aquí están algunas opciones para el salmo responsorial que normalmente es cantado.

Le animamos a que dedique tiempo a la oración con su prometido/a para elegir el salmo que mejor hable de sus esperanzas y sueños para su matrimonio cristiano.

Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.

Salmo 32 (33), 12 y 18. 20-21. 22

R. La tierra llena está de tus bondades

Dichoso la nación cuyo Dios es el Señor;
dichoso el pueblo que él eligió por suyo.
Cuida el Señor de aquellos pue lo temen
y en su bondad confían.
En el Señor está nuestra esperanza,
pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo
en el Señor el corazón se alegra
y en él hemos confiado.
Muéstrate bondadoso con nosotros,
Señor, como esperamos.

Salmo 33 (34), 2-3. 4-5. 6-7. 8-9

R. Bendigamos al Señor a todas horas.
O bien:
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Bendeciré al Señor a todas horas,
no cesará mi boca de alabarlo.
Yo me siento orgulloso del Señor;
que se alegre su pueblo al escucharlo.
Proclamemos qué grande es el Señor
y alabemos su nombre.
Cuando acudí al Señor, me hizo caso
y me libró de todos mis temores.
Vuélvanse a él y quedarán radiantes,
jamás se sentirán decepcionados.
El Señor siempre escucha al afligido,
de su tribulación lo pone a salvo.
A quien teme al Señor,
el ángel del Señor lo salva y cuida.
¡Prueben! Verán qué bueno es el Señor;
dichoso quien en él confía.

Salmo 102 (103), 1-2. 8 y 13. 17-18ª

R. El Señor es compasivo y misericordioso
O bien:
R. La misericordia del Señor dura por siempre.

Bendice al Señor, alma mía,
y todo lo que soy, su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía,
y no eches al olvido sus favores.
El Señor es clemente y bondadoso,
lente al enojo, pronto a la indulgencia;
como un padre amoroso con su hijo
así es tierno el Señor con quien lo quiere.
El amor del Señor
por siempre permanece,
y su justicia llega hasta los hijos
y a la generación siguiente
de los hombres que cumplen con su alianza
y sus leyes recitan y obedecen.

Salmo 111 (112), 1-2. 3-4. 5-7ª. 7bc-8.

R. Dichosos los que aman de corazón los mandamientos del Señor.
O bien:
R. Aleluya.

Dichosos los que temen al Señor
y aman de corazón sus mandamientos;
poderosos serán sus descendientes,
Dios bendice a los hijos de los buenos.
Fortuna y bienestar habrá en su casa,
siempre actuarán conforme a la justicia.
Quien es justo, clemente y compasivo,
como una luz en las tinieblas brilla.
Quienes, compadecidos, prestan
y llevan sus negocios rectamente,
jamás se desviarán,
vivirá su recuerdo para siempre.
No temerán malas noticias,
puesto que en el Señor viven confiados.
Firme está y sin temor su corazón,
pues vencidos verán a sus contrarios.
Al pobre dan limosna,
obran siempre conforme a la justicia;
su frente se alzará llena de gloria.

Salmo 127 (128), 1-2. 3. 4-5

R. Dichosos los que temen al Señor.
O bien:
R. El Señor bendecirá al hombre que le teme y lo respeta.

Dichosos los que temen al Señor
y siguen los caminos de su ley.
Comerán del trabajo de sus manos,
serán felices y les irá bien.
Será su esposa como vid fecunda
en la paz hogareña;
serán sus hijos como olivos nuevos
en torno de su mesa.
Así bendecirá el Señor
al hombre que le teme y lo respeta.
Que el Señor te bendiga desde Sión
y, de Jerusalén, veas la dicha,
todos los días de tu vida.

Salmo 144 (145), 8-9. 10 y 15. 17-18

R. El Señor es bueno con todos.

El Señor es clemente y bondadoso,
lento el enojo y lleno de ternura;
bueno es el Señor para con todos,
cariñoso con todas sus creaturas.
Que te alaben, Señor, todas tus obras,
y que todos tus fieles te bendigan.
Todos vuelven sus ojos hacia ti
y les das, a su tiempo, la comida.
Siempre es justo el Señor en sus designios
y están llenas de amor todas sus obras.
No está lejos de aquellos que lo buscan,
muy cerca está el Señor de quien lo invoca.

Salmo 148, 1-2. 3-4. 9-10. 11-13ab. 13c-14ª

R. Que todos alaben al Señor.
O bien:
R. Aleluya.

Alaben al Señor en las alturas,
alábenlo en el cielo;
que alaben al Señor todos sus ángeles,
celestiales ejércitos.
Que alaben al Señor el sol, la luna
y todos los luceros.
Que lo alabe la bóveda celeste
y las aguas que cuelgan de los cielos.
Montes y sierras todas,
plantas de ornato y árboles frutales,
animales domésticos y fieras,
reptiles y volátiles.
Reyes y pueblos todos de la tierra,
gobernantes y jueces de este mundo;
jóvenes y doncellas,
niños y ancianos juntos,
el nombre del Señor alaben todos.
Su gloria sobrepasa cielo y tierra
y ha hecho fuerte a su pueblo.

 

Opciones para las lecturas de una Boda Católica:

Lecturas del Antiguo Testamento

Salmos Responsoriales

Lecturas del Nuevo Testamento

Lecturas de los Evangelios

Lecturas del Antiguo Testamento para la liturgia nupcial

Las lecturas en la liturgia de una boda católica son una proclamación de la Palabra de Dios y de la fe de la Iglesia sobre el matrimonio. Por esta razón, se limitan a lecturas de la Sagrada Escritura (la Biblia). Hay nueve opciones para la primera lectura del Antiguo Testamento.

Puede resultarles útil reflexionar en oración sobre cada lectura y elegir las que hablan de sus esperanzas y sueños para su matrimonio cristiano. A continuación se encuentran cada lectura en su totalidad, así como un comentario para proporcionar algo de contexto y destacar los temas clave de cada lectura.

Antiguo Testamento

Lectura del libro del Génesis.

  Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza;
que domine a los peces del mar, a las aves del cielo,
a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó;
hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo:
“Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla;
dominen a los peces del mar, a las aves del cielo
y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”.
Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.

  Palabra de Dios.


   Comentario:

El primer libro de la Biblia, Génesis, contiene no uno, sino dos episodios de la creación. Ofrece detalles diferentes, y cada uno contiene riquezas únicas. En esta ofrenda del primer capítulo, la vida humana es la joya de la corona de todas las cosas cósmicas, creada en el sexto día después de la tierra, el cielo, el agua, las plantas y los animales. El hombre y la mujer son creados al mismo tiempo y llevan la imagen trina de Dios (v. 26, “Hagamos al hombre...”). Hechos a imagen del Dios creador, el hombre y la mujer deben participar con Dios para dar más vida (v. 28 “Sean fecundos, multiplíquense”).

  Sin embargo, este don de dar vida se entrelaza con el don de la corresponsabilidad prudente. En este primer relato de la creación, Dios crea a partir del caos ordenándolo adecuadamente. Los esposos están llamados a hacer lo mismo. Llenar la tierra de vida conlleva la responsabilidad de someterla (v. 28), es decir, disciplinarla, calmarla y cultivarla. Esto se aplica, sobre todo, aunque no exclusivamente, a los hijos, y luego a toda la vida en la tierra. La paz en las sociedades actuales comienza con la participación de los esposos en el deseo de Dios de una armonía ordenada entre todos los seres vivos.

  Este texto se utiliza cada año para comenzar la Vigilia Pascual. Es una elaborada fiesta nocturna que celebra el poderoso cambio y la nueva vida espiritual de los que se inician en la Iglesia. En una boda, esta lectura señala las nuevas realidades y la vida espiritual que se derivan del matrimonio. La vida nueva, vista y no vista, abundará para las parejas casadas que ven su relación como un espejo del acto continuo de creación de Dios.

Lectura del libro del Génesis.

En aquel día, dijo el Señor Dios: “No es bueno que el hombre esté solo.
Voy a hacerle a alguien como él, para que lo ayude”.
Entonces el Señor Dios formó de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo,
y los llevó ante Adán para que les pusiera nombre y así todo ser viviente tuviera el nombre puesto por Adán.
Así, pues, Adán les puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo;
pero no hubo ningún ser semejante a Adán para ayudarlo.
Entonces el Señor Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño,
y mientras dormía, le sacó una costilla y cerró la carne sobre el lugar vacío.
Y de la costilla que le había sacado al hombre, Dios formó una mujer.
Se la llevó al hombre y éste exclamó: “Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne.
Ésta será llamada mujer, porque ha sido formada del hombre”.
Por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre,
y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

Palabra de Dios.

Comentario:

Esta segunda versión de la creación es muy diferente de la primera. Dios crea primero al hombre, y luego a las aves, los animales salvajes y otras formas de vida, todo lo contrario que en el relato anterior. Sin embargo, incluso con la abundancia de vida natural que rodea al hombre, falta algo fundamental. Este pasaje subraya la importancia de las relaciones humanas y la necesidad de una sociedad fuerte, que comienza con hombres y mujeres en relaciones comprometidas y de amor mutuo.

Como católicos, no buscamos verdades biológicas en el relato bíblico de la creación. Los médicos atestiguan que los hombres y las mujeres tienen pares de costillas iguales. (En un lenguaje antiguo, una palabra significaba tanto “costilla” como “vida”). Del 'hombre' viene la 'mujer'. Este pasaje nos lleva a reflexionar sobre una verdad espiritual más profunda. Entre el hombre y la mujer existe una conexión íntima, una unidad fundamental y un parentesco o lazo familiar, así como una atracción sexual. Cuando ambos se juntan, especialmente en la santidad del matrimonio, su conexión es tan vivificante que todas las demás relaciones son secundarias, incluso el vínculo con los padres que inicialmente dieron la vida. Este pasaje es una meditación bíblica sobre la frase más contemporánea de que el/la esposo/a es “mi alma gemela”.

Lectura del libro del Génesis,

En aquellos días, Eliezer, el siervo de Abraham, le dijo a Labán, hermano de Rebeca, y a Betuel, el padre de ella:
“Bendigo al Señor, Dios de mi amo Abraham, que me ha traído por buen camino
para tomar a la hija de su hermano y llevársela al hijo de mi amo.
Díganme, pues, si por amor y lealtad a mi amo, aceptan o no, para que yo pueda actuar en consecuencia”.
Labán y Betuel le contestaron: “Todo esto lo ha dispuesto el Señor; nosotros no podemos oponernos.
Ahí está Rebeca: tómala y vete, para que sea la mujer del hijo de tu amo, como lo ha dispuesto el Señor”.
Llamaron, entonces, a Rebeca y le preguntaron si quería irse con ese hombre, y ella respondió que sí.
Así pues, despidieron a Rebeca y a su nodriza, al criado de Abraham y a sus compañeros.
Y bendijeron a Rebeca con estas palabras: “Hermana nuestra,
que tus descendientes se cuenten por millares y que conquisten las ciudades enemigas”.
Rebeca y sus compañeras montaron en los camellos
y se fueron con el criado de Abraham, encargado de llevar a Rebeca.

Isaac acababa de regresar del pozo de Lajay-Roí, pues vivía en las tierras del sur.
Una tarde Isaac andaba paseando por el campo, y al levantar la vista, vio venir unos camellos.
Cuando Rebeca lo vio, se bajó del camello y le preguntó al criado:
“¿Quién es aquel hombre que viene por el campo hacia nosotros?”
El criado le respondió: “Es mi señor”.
Entonces ella tomó su velo y se cubrió el rostro.
El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho.
Isaac llevó a Rebeca a la tienda que había sido de Sara, su madre,
y la tomó por esposa y con su amor se consoló de la muerte de su madre.

Palabra de Dios.

Comentario:

Este texto no es más que un fragmento de una historia más amplia, plagada de relaciones problemáticas, hijos imposibles y circunstancias imprevistas. La clave de la historia es la fe total de Abraham en que Dios proveerá y guiará. Abraham había dejado su tierra natal. Llegó a Canaán a una edad muy avanzada, y su esposa Sara, que era estéril, dio a luz a su hijo, Isaac. Cuando Sara muere, Abraham busca darle una esposa a Isaac.

Este fragmento de esa historia parece ser un matrimonio arreglado previamente, pero una segunda consideración del texto revela un matrimonio hecho por Dios. La intención principal de Abraham no es elegir a la esposa de su hijo. En cambio, busca el cumplimiento de una promesa hecha por Dios de darle a Abraham una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo.

Esta lectura del capítulo 24 del Génesis comienza con el versículo 48. Anteriormente en el capítulo, Abraham exhortó a su siervo Labán a orar al Señor Dios, que lo había bendecido en todo (vs. 1). La oración ayuda a verificar que este proceso se hace con Dios. Labán reza para ser guiado hacia la joven adecuada. El consentimiento de Rebeca en el asunto (vs. 58) verifica que ella está participando en la voluntad de Dios, no en algún acto coercitivo. La recién descubierta tranquilidad de Isaac confirma aún más que todo esto es obra de Dios. Isaac no se limita a aceptarla. La acogió en su tienda. La amó, y se casaron.

El Rito Católico del Matrimonio evita cualquier indicio de matrimonios arreglados. Al igual que este pasaje del Génesis, los novios declaran primero su propia libertad y consentimiento para casarse antes de intercambiar los votos. No se cuestiona a los padres. El Rito no contempla que nadie “entregue a la novia”. A los ojos de la Iglesia, ambos novios son individuos libres que han discernido que su amor proviene de Dios. Por esta razón, la Iglesia establece que la entrada comience con el sacerdote a las puertas de la iglesia saludando a los novios, mostrando que la Iglesia comparte su alegría.

Lectura del libro de Tobías.

En aquellos días, Ragüel besó a Tobías y entre lágrimas le dijo:
“¡Que Dios te bendiga, porque eres hijo de un padre verdaderamente bueno e irreprochable!
¡Qué gran desgracia que un hombre justo y que hacía tantas limosnas se haya quedado ciego!”
Y llorando, estrechó entre sus brazos a Tobías, hijo de su hermano.
También Edna, su esposa, y Sara, su hija, rompieron a llorar.
Ragüel los acogió cordialmente y mandó matar un carnero de su rebaño.

Después, se lavaron, se purificaron y se sentaron a la mesa. Entonces Tobías le dijo a Rafael:
“Azarías, hermano, dile a Ragüel que me dé la mano de mi hermana Sara”.
Ragüel alcanzó a escucharlo y le dijo a Tobías:
“Come y bebe y descansa tranquilamente esta noche.
Nadie tiene más derecho que tú, hermano, para casarse con mi hija Sara,
y a nadie se la puedo yo dar sino a ti, porque tú eres mi pariente más cercano.
Pero tengo que decirte una cosa, hijo.
Se la he entregado a siete parientes nuestros y todos murieron antes de tener relaciones con ella.
Por eso, hijo, come y bebe y el Señor cuidará de ustedes”.

Tobías replicó: “No comeré ni beberé, hasta que no hayas tomado una decisión acerca de lo que te he pedido”.
Ragüel le contestó: “Está bien. Según la ley de Moisés, a ti se te debe dar.
El cielo mismo lo ha decretado. Cásate, pues, con tu hermana;
desde ahora tú eres su hermano, y ella, tu hermana. Desde hoy y para siempre será tu esposa.
Hijo, que el Señor del cielo los acompañe durante esta noche,
tenga misericordia de ustedes y les conceda su paz”.

Ragüel mandó llamar a su hija Sara, ella vino, y tomándola de la mano, se la entregó a Tobías, diciéndole:
“Recíbela, pues, según lo prescrito en la ley de Moisés. A ti se te da como esposa.
Tómala y llévala con bien a la casa de tu padre.
Y que el Señor del cielo les conceda a ustedes un buen viaje y les dé su paz”.

Entonces Ragüel llamó a la madre de Sara y le pidió que trajera papel para escribir el acta de matrimonio,
en que constara que su hija había sido entregada por esposa a Tobías,
de acuerdo con lo establecido en la ley de Moisés.
La esposa de Ragüel trajo el papel. Y él escribió y firmó. Y después se sentaron a cenar.

Palabra de Dios.

Comentario:

Hay algunas historias fantásticamente increíbles en la Sagrada Escritura. Esta debería estar entre las primeras. Aunque es ficción, el libro de Tobías retrata la vida ordinaria de una familia israelita. Ofrece historias de vida, muerte, comida, familia y Dios. Un tema principal es la naturaleza del sufrimiento humano. Algunos sufrimientos provienen de fuerzas demoníacas. Otros sufrimientos pueden ser iniciados por Dios como medida correctiva para que los egoístas y los justos vean la justicia de Dios.

Tobit es ciego. Quizá sea una metáfora para que confíe en la esposa que el ángel de Dios (Rafael / Azarías) elegirá para su hijo Tobías. Sara sufre por haber perdido siete maridos antes de consumar su matrimonio con alguno de ellos (3,8). Si los acontecimientos pasados son una indicación, entonces el nuevo marido de Sara estará muerto. Esto no sucede. Al igual que la opción bíblica anterior de Génesis 24, su feliz matrimonio y su nueva vida son una forma bíblica de revelar que el matrimonio es una participación en el plan divino de Dios. De hecho, el sufrimiento impuesto a los dos los condujo más cerca de la voluntad de Dios.

Este pasaje no concuerda con la historia convencional del matrimonio que la mayoría de las parejas imaginan. Sin embargo, tiene una belleza interior y una inspiración únicas. Mire de cerca. El pasaje contiene oraciones sinceras: “el Señor cuidará de ustedes” (vs. 11); “El cielo mismo lo ha decretado” (vs. 11); "Que el Señor del cielo…tenga misericordia de ustedes y les conceda su paz” (vs. 12). La pareja superó grandes obstáculos. Las parejas de la sociedad actual también se enfrentan a grandes dificultades, y muchas conllevan su propio sufrimiento. Los pasajes de este texto aparecen en la bendición final del matrimonio. Las parejas pueden encontrar que este pasaje les ayuda a confiar en la divina providencia de Dios, independientemente de las dificultades a las que se enfrenten.

Lectura del libro de Tobías

La noche de su boda, Tobías se levantó y le dijo a Sara:
“¡Levántate, hermana! Supliquemos al Señor, nuestro Dios,
que tenga misericordia de nosotros y nos proteja”.
Se levantó Sara y comenzaron a suplicar al Señor que los protegiera, diciendo:
“Bendito seas, Dios de nuestros padres y bendito sea tu nombre por los siglos de los siglos.
Que te bendigan los cielos y todas tus creaturas por los siglos de los siglos. Tú creaste a Adán y le diste a Eva
como ayuda y apoyo, y de ambos procede todo el género humano.
Tú dijiste: ‘No es bueno que el hombre esté solo.
Voy a hacer a alguien como él, para que lo ayude’”.
“Ahora, Señor, si yo tomo por esposa a esta hermana mía,
no es por satisfacer mis pasiones, sino por un fin honesto.
Compadécete, Señor, de ella y de mí
y haz que los dos juntos vivamos felices hasta la vejez”.
Y los dos dijeron: “Amén, amén”.

Palabra de Dios.

Comentario:

Desde su lecho matrimonial, Tobías se levanta y le dice a su esposa que se levante para unirse a él en oración a Dios. Dada su historia – siete maridos anteriores murieron después de hacer el amor con Sara – la petición de Tobías es más que comprensible. ¡Es casi una necesidad! Lo que sigue es una tierna oración que cualquier pareja casada desearía pronunciar. Bendice al Dios de sus antepasados y alaba al Dios de la creación que dio forma a Adán y Eva. Así como Eva fue un complemento perfecto para Adán, Tobías ve a Sara como una compañera igualmente adecuada. Le dice a Dios que ha tomado a su esposa no por placer sexual, sino por auténtica virtud. Le pide a Dios que se apiade de ambos y que lleguen juntos a la vejez. Sara añade su voz a la oración mientras concluyen: “Amén”.

Este texto revela que el matrimonio no es sólo para aplacar los deseos sexuales, sino que la verdadera fuerza espiritual se encuentra en el sacramento. Tiene un propósito noble: ayudarse, apoyarse y sostenerse mutuamente hasta la vejez. Esta lectura anima a las parejas a fomentar una vida de oración compartida, y revela las bendiciones que se derivan de ella.

Lectura de los Proverbios.

Dichoso el hombre que encuentra una mujer hacendosa:
Muy superior a las perlas es su valor.
Su marido confía en ella
y, con su ayuda, él se enriquecerá;
todos los días de su vida
le procurará bienes y no males.
Adquiere lana y lino
y los trabaja con sus hábiles manos.
Sabe manejar la rueca y con sus dedos mueve el huso;
abre sus manos al pobre y las tiende al desvalido.
Son engañosos los encantos y vana la hermosura;
merece alabanza la mujer que teme al Señor.
Es digna de gozar del fruto de sus trabajos
y de ser alabada por todos.

Palabra de Dios.

Comentario:

El libro de los Proverbios es una colección de dichos de dos líneas de sabios que estudiaron a Dios, la creación y la naturaleza humana. Estas ideas de sabiduría tienden a centrarse en la alianza y la redención. Este pasaje aparece al final del libro y es inusualmente más largo que los dichos más cortos que lo preceden.

Muchas parejas encontrarán este pasaje desagradable, ya que se dirige a la esposa y sólo menciona brevemente al marido. Enfatiza la importancia de una fe arraigada en el Señor que será más fuerte que la belleza fugaz o el encanto pasajero. Temer al Señor significa respeto reverencial mezclado con miedo o asombro, obediencia y una correcta relación con Dios como base para vivir sabiamente. El buen marido confía en su mujer porque ella confía en el Señor. El pasaje apoya la idea de que un aspecto importante del matrimonio es que las parejas caminen el uno con el otro en su camino espiritual hasta llegar a las puertas del amor eterno de Dios.

Lectura del libro del Cantar de los cantares

Aquí viene mi amado saltando por los montes,
retozando por las colinas.
Mi amado es como una gacela, es como un venadito,
que se detiene detrás de nuestra tapia,
espía por las ventanas y mira a través del enrejado. Mi amado me habla así:
“Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven.
Paloma mía, que anidas en las hendiduras de las rocas,
en las grietas de las peñas escarpadas,
déjame ver tu rostro y hazme oír tu voz,
porque tu voz es dulce y tu rostro encantador”.
Mi amado es para mí y yo para mi amado.
Grábame como un sello en tu brazo,
como un sello en tu corazón,
porque es fuerte el amor como la muerte,
es cruel la pasión como el abismo;
es centella de fuego, llamarada divina;
las aguas torrenciales no podrán apagar el amor
ni anegarlo los ríos.

Palabra de Dios.

Comentario:

A menudo los lectores se sorprenden al encontrar este libro poco conocido metido en las páginas del Antiguo Testamento. Es un poema de amor que describe a dos jóvenes amantes que descubren la belleza de sus cuerpos creados, y su deseo de compartirla (belleza) en amor y fidelidad mutua. Algunas partes del libro expresan el amor erótico. El don de la sexualidad se afirma y se retrata sin ninguna reserva. Hay una igualdad fundamental en la que ambos amantes desean compartir el don de la sexualidad con la misma intensidad. El amor se ve como una comunión de almas.

Este pasaje parece operístico. Describe a un joven que aparece en la ventana de su amada justo antes del amanecer, cortejándola en el campo que florece con la vida y la promesa de la primavera. La doncella hace una declaración que describe maravillosamente la reciprocidad del matrimonio: “Mi amado es para mí y yo para mi amado”. Él, entonces, declara la ferocidad del amor, pues tan severo como la muerte, el amor es aún más implacable. El amor es eterno.

Lectura del libro de Eclesiástico.

Dichoso el marido de una mujer buena: se doblarán los años de su vida.
La mujer hacendosa es la alegría de su marido, y él vivirá su vida en paz.
La mujer buena es un tesoro: lo encuentran los que temen al Señor;
sean ricos o pobres, estarán contentos y siempre vivirán con alegría.
La mujer servicial alegra a su marido; la que es cuidadosa le causa bienestar.
La mujer discreta es un don del Señor; y la bien educada no tiene precio.
La mujer modesta duplica su encanto y la que es dueña de sí supera toda alabanza.
Como el sol que brilla en el cielo del Señor, así es la mujer bella en su casa bien arreglada.

Palabra de Dios.

Comentario:

El libro de Sirácida, es frecuentemente referido como "Eclesiástico”, o "El Libro de la Sabiduría". Se trata de los escritos sapienciales de Ben Sira.

Al igual que el pasaje de Proverbios (opción nº 6 del AT), éste hace hincapié en el papel de la esposa. Ella puede revelar la bendición de Dios a su marido. Él puede esperar vivir el doble de tiempo con una buena esposa, pues ella le trae alegría y paz. Estas eran las bendiciones tradicionales, y son más importantes que la riqueza. Si bien es un cumplido para la esposa el ser comparada con la salida del sol – lo que da vida, esperanza y promesa – el pasaje tiene un notable tinte de desigualdad. Parece que la mujer debe pasar su vida complaciendo a su marido y alimentándolo. En el mejor de los casos, muestra cómo las personas pueden ser una bendición de Dios.

Lectura del libro del profeta Jeremías.

“Se acerca el tiempo, dice el Señor,
en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva.
No será como la alianza que hice con los padres de ustedes,
cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto.
Ésta será la alianza nueva que voy a hacer con la casa de Israel:
Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones.
Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Ya nadie tendrá que instruir a su prójimo ni a su hermano, diciéndole:
‘Conoce al Señor’, porque todos me van a conocer,
desde lo más pequeño hasta el mayor de todos”.

Palabra de Dios.

Comentario:

La mayoría de las parejas no verán inmediatamente la belleza oculta y la fuerza que tiene este pasaje en su profundidad al iluminar la alianza matrimonial. Los votos matrimoniales vinculan a la pareja en una alianza. Este pasaje describe la visión ideal de cómo puede ser esa alianza.

Jeremías era un profeta que podía ver y escuchar cosas de Dios que otros no podían. Está en su torre profética evaluando el pasado y el futuro. En el pasado, Dios había hecho una alianza con el pueblo, prometiendo ser su Dios si ellos le eran fieles a cambio. La alianza se rompió. El pueblo falló en la fidelidad. En este pasaje, Jeremías habla de una nueva alianza que será dada por Dios: “Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”. La asombrosa diferencia en esta segunda alianza es la ausencia de una pequeña palabra, “si”. Al omitir la palabra “si” Dios está haciendo esta alianza incondicionalmente. Dios está prometiendo un amor completo e incondicional. Dios los ha perdonado por su infidelidad, y esta ley de perdón amoroso está escrita en sus corazones.

Esta imagen del amor incondicional como fundamento de una alianza, es un espejo de lo que los matrimonios se esfuerzan por hacer y aspiran a ser el uno para el otro. El matrimonio sacramental revela al mundo este increíble amor que Dios nos tiene. Los esposos entran en este sacramento con el mismo compromiso de amor que Dios ha mostrado a su pueblo. Las parejas con una profunda y comprometida fe en Dios, las que se han reconciliado tras difíciles infidelidades y las comprometidas con el perdón y el amor incondicional querrán considerar seriamente este elocuente pasaje.

Sobre el autor de los comentarios

Estos comentarios han sido preparados por el Reverendo Darren M. Henson, sacerdote de la archidiócesis de Kansas City, en Kansas. El Padre Henson es licenciado en teología sagrada por la Universidad de Santa María del Lago. Ha sido profesor de la Universidad de Loyola en Chicago y profesor adjunto del Benedictine College, Atchison, KS, enseñando liturgia y sacramentos. Los comentarios fueron traducidos por Verónica López Salgado.

Opciones para las lecturas de una Boda Católica:

Lecturas del Antiguo Testamento

Salmos Responsoriales

Lecturas del Nuevo Testamento

Lecturas de los Evangelios

Proceso de Convalidación Matrimonial

¿CÓMO PODEMOS CASARNOS POR LA IGLESIA CATÓLICA?

Consulten el artículo Detalles Prácticos para ver: Principales pasos para la Preparación del Matrimonio, Documentos y requisitos, Para que el matrimonio eclesial sea válido a nivel Civil, Exámenes Médicos Prenupciales y Presupuesto para la Boda.

Somos una pareja de novios y nos queremos casar, ¿qué debemos hacer?

Ya vivimos juntos en unión libre, y nos queremos casar, ¿qué debemos hacer?

Ya nos casamos por lo civil, ¿cómo podemos recibir la bendición de la Iglesia para nuestro matrimonio?

  • ¡Felicidades! La Iglesia Católica les ofrece el proceso de convalidación que les ayudará a obtener el Sacramento del Matrimonio. A continuación, se explica el proceso. Otros artículos que los podrían ayudar son: ¿Por qué casarse?, El Compromiso.
La convalidación es el proceso de casarse por la Iglesia Católica cuando ya se casaron, pero no fue un matrimonio válido en la Iglesia. Un ejemplo común es cuando uno o dos católicos bautizados se casaron solamente por lo civil. El proceso de convalidación matrimonial es un proceso que les ayudará a convalidar su unión y recibir el Sacramento del Matrimonio por la Iglesia Católica. No es simplemente una "bendición" de una unión existente. En los ojos de la Iglesia es el comienzo del matrimonio. Requiere que se realice una nueva alianza de consentimiento libre.
El Código de Derecho Canónico de la Iglesia normalmente requiere que los católicos romanos bautizados se casen ante un sacerdote o diácono dentro de una Iglesia Católica. A menos que hayan recibido una “dispensa de la forma canónica”, los católicos que intercambian sus votos en presencia de ministros de otras tradiciones religiosas o funcionarios civiles no se consideran válidamente casados en la Iglesia Católica. Por lo cual, la Iglesia Católica les exhorta e invita a darle un nuevo sentido a sus vidas al aceptar la vocación del sacramento del matrimonio.
Tengan en cuenta que la forma canónica de matrimonio se requiere solo cuando el matrimonio involucra al menos una persona católica. Si su matrimonio se formó entre dos no católicos y, en consecuencia, se celebró fuera de una ceremonia católica, no necesitan buscar la convalidación, incluso cuando una o ambas personas estén ingresando a la Iglesia. El matrimonio se considera válido ya que el formulario era apropiado para su estado en ese momento.
Al igual que con la preparación del matrimonio, algunos de los detalles ceremoniales dependerán de la pareja individual. Pero una convalidación es una verdadera celebración del matrimonio, por lo tanto, sigue el Ritual del Matrimonio de la Iglesia Católica. Ya sea que el rito se lleve a cabo dentro o fuera de la Misa, incluye una Liturgia de la Palabra (lectura de las Escrituras y homilía), Oraciones de los Fieles, el Rito del Matrimonio, Padre Nuestro, Bendición Nupcial y Bendición Final y Despedida. Las convalidaciones suelen ser mucho más sencillas que otras bodas en cuanto a los demás detalles ceremoniales (número de asistentes, vestimenta, música, etc.), pero debe haber al menos dos testigos además del sacerdote o diácono.
  1. Contacten a su parroquia local y hagan una cita con su párroco o su delegado para discutir situación y determinar qué se debe hacer.
  2. Obtengan una copia reciente del certificado de bautismo católico para ambos. Haga esa solicitud a la parroquia donde cada persona fue bautizada. Si la parroquia ya no existe o los registros de bautismo no están disponibles, comuníquese con la oficina de la Cancillería de esa diócesis católica para obtener ayuda.
  3. Comiencen a recopilar toda la documentación necesaria para la investigación prenupcial.
  4. Participen en sesiones formativas con una pareja de mentores, sacerdote o diácono en la parroquia para prepararlos para el matrimonio sacramental; tomen una clase de planificación familiar natural (Buscar una clase local).
  5. Si hay un matrimonio católico anterior para cualquiera de las partes, busque una declaración de nulidad de la Iglesia siguiendo las recomendaciones de su párroco o delegado.
  6. Como parte de sus sesiones formativas, se le puede pedir que complete un inventario pre matrimonial para identificar las fortalezas y áreas de crecimiento en la relación.
  7. Si están casados civilmente por dos años o menos, se recomienda asistir a un programa parroquial o diocesano de preparación para el matrimonio. Cada diócesis tiene normas distintas sobre esto. Si se ha casado anteriormente, hay que platicar con el sacerdote o su delegado las opciones de preparación especializada.
  8. Si están casados civilmente o viven en unión libre por más de dos años, es muy recomendable que asistan a un fin de semana o evento de enriquecimiento matrimonial. Cada diócesis tiene normas distintas sobre esto.
  9. Determinen la fecha y el tipo de ceremonia más adecuado. Para dos católicos, se sugiere una Misa nupcial para que la primera comida compartida por los novios sea la Eucaristía, fuente y cumbre de nuestra fe. Planifiquen una reunión o fiesta familiar en seguida del servicio litúrgico para celebrar el matrimonio por parte de la Iglesia.
  10. Celebren el Sacramento de la Reconciliación y participen activamente en su comunidad parroquial.
Si existe un matrimonio católico anterior para cualquiera de los dos cónyuges, es necesario que la Iglesia Católica haya emitido una declaración de nulidad (también llamada anulación) del matrimonio anterior o que el cónyuge de la unión anterior haya fallecido para así poder casarse por la Iglesia.

Nota: Este texto es una descripción básica del proceso de convalidación matrimonial. Es basado en el contexto de los Estados Unidos. Debido a que la situación de cada pareja es única y el proceso puede variar de una parroquia a otra, de una diócesis a otra y de un país a otro, las personas interesadas en casarse en la Iglesia Católica, obtener una convalidación matrimonial y/o una declaración de nulidad deben hablar primero con su párroco para obtener orientación personal y específica.

Lecturas bíblicas para la liturgia nupcial

Lecturas de la Sagrada Escritura para la liturgia nupcial

Las lecturas en la liturgia de una boda católica son una proclamación de la Palabra de Dios y de la fe de la Iglesia sobre el matrimonio. Por esta razón, se limitan a lecturas de la Sagrada Escritura (la Biblia). Hay nueve opciones para la primera lectura del Antiguo Testamento, catorce opciones para la segunda lectura del Nuevo Testamento y diez opciones para el Evangelio. Se elige una de cada una de estas categorías.

Puede resultarle útil reflexionar en oración sobre cada lectura y elegir las que hablan de sus esperanzas y sueños para su matrimonio cristiano. Los enlaces que aparecen a continuación incluyen las opciones de lectura en su totalidad, así como los comentarios para proporcionar algo de contexto y destacar los temas clave de cada lectura.

Opciones para las lecturas de una Boda Católica:

Lecturas del Antiguo Testamento

Salmos Responsoriales

Lecturas del Nuevo Testamento

Lecturas de los Evangelios

Para más información sobre cómo se utilizan la Sagrada Escritura durante la Misa, visite este artículo sobre la escucha de la Palabra de Dios o la página de Liturgia en el sitio web de la USCCB.

Comunicación

 Por Alicia Pérez-Nuño

En el matrimonio, la habilidad para comunicarse adecuadamente es fundamental para que la relación sea estable y feliz. Y lo bueno es que este es un arte que se puede aprender.

La comunicación se compone de varios elementos: se necesita que haya una persona que tiene algo que decir y alguien que escuche el mensaje. A su vez, la calidad de mensaje dependerá de la claridad para comunicarse y de la disposición y habilidad del receptor  por escuchar. Entre más específico, corto, directo y libre de interferencias sea el canal que usemos para comunicarnos, el mensaje se podrá escuchar más claramente. Por ejemplo, debemos poder decir: “Estoy molesta(o) porque ayer cuando te pregunté si podíamos planear unas vacaciones, me contestaste muy golpeado y de malagana”.

Igualmente, la retroalimentación que el que escucha le da al emisor es de gran ayuda para que la comunicación tenga éxito. Retroalimentar es parafrasear lo que usted escuchó o cree haber escuchado; por ejemplo puede decir: “O sea que tu estás molesta(o) porque ayer te pareció que te hablé golpeado y de mala gana”. Si el receptor no ofrece esa retroalimentación  o significado compartido, quizá el emisor pueda pedirle a la otra persona que le repita lo que cree que escuchó.

En la comunicación interfieren también lo que se conoce como “estorbos de la comunicación”. He aquí algunos de los más frecuentes:

  • Falta de claridad en el mensaje o el lenguaje: Recuerde ser específico y sobre todo traiga solo un asunto a la vez. Piense qué es lo que quiere decir y cómo lo va a decir. Cuál es el mejor lenguaje y vocabulario que puede usar con la persona con quien se quiere comunicar. Recuerde que el fin de la comunicación es darse a entender para que el otro pueda responder a nuestra necesidad expresada.
  • Ruido emocional: Este depende de cómo se están sintiendo las personas: Así por ejemplo, si una persona se está sintiendo poco apreciada, ese sentimiento va a afectar cómo transmite o escucha lo que su pareja le quiere decir. Por eso, si la pareja le responde mal ante una simple pregunta, pregúntele con preocupación, ¿qué te pasa? ¿Te sientes bien? Procure igualmente no tratar de resolver problemas o expresar su parecer cuando se encuentra en un estado alterado. Espere a que la adrenalina desaparezca de su cuerpo y cuando ya se sienta más calmado, inicie de nuevo la comunicación.
  • El tono de voz y acentuación inadecuada de las palabras: Fíjese cómo dice las cosas. No es lo mismo hablar con un tono despectivo o a gritos que empezar con amabilidad. El tono de voz y la acentuación ayudan a crear el ambiente adecuado para que se dé la comunicación. Hay quienes se intimidan con ciertos tonos de voz.
  • La actitud negativa de quien escucha: Para tener éxito en la comunicación, la persona con quien quiere comunicarse tiene que querer comunicarse. Es preferible hacer una sita y esperar hasta que dicha persona esté lista para entablar la conversación.
  • El ambiente que les rodea, la hora del día, los ruidos presentes: ¿Recuerda cuánto pensó dónde y cómo iba a proponer matrimonio? ¿Por qué dejar de hacer algo que posiblemente tuvo éxito? Piense, y escoja el mejor tiempo. La experiencia nos dice que el mejor tiempo para resolver un conflicto no es cuando está enojado. Espere hasta que se haya calmado luego escoja el lugar y la hora.

Cuando conocemos el estilo de comunicación de nuestra pareja podemos mejorar nuestra comunicación y posiblemente entender mejor sus actitudes.

Las persona tenemos también distintas formas o estilos para comunicarnos, dependiendo de nuestra personalidad (introvertido, extrovertido, etc.) o de lo que hayamos aprendido a través de nuestra experiencia personal.

  • Con frecuencia pensamos que la manera como nosotros nos comunicamos es la mejor (el león cree que todos son de su misma condición) y no nos damos cuenta que otras personas pueden tener una manera diferente de comunicarse sin que necesariamente sea errónea. Por esta razón, es conveniente que cada cual examine su estilo de comunicación y que después se detenga a observar cómo se comunica su pareja.
  • Pregúntese por ejemplo: ¿Soy un introvertido o un extrovertido? ¿Como saberlo? Las personas que disfrutan la compañía de otras personas y se energizan cuando tienen con quién hablar y compartir su tiempo suelen ser extrovertidas. Por el contrario, las personas a quienes el estar entre muchas personas les agota y prefieren la compañía de unos cuantos o requieren de muchos momentos de  soledad, posiblemente sean introvertidos. A los extrovertidos les gusta expresar lo que están pensando y compartirlo con otras personas mientras a los introvertidos les gusta primero procesar sus pensamientos en silencio y después expresarlos. Ninguna de las dos formas de ser es mejor o peor. Cada cual tiene sus ventajas y desventajas que se pueden tener en cuenta para la relación. Pero conocer el estilo de cada uno es ya un buen comienzo.
  • Cuando conocemos el estilo de comunicación de nuestra pareja podemos mejorar nuestra comunicación y posiblemente entender mejor sus actitudes. En ocasiones, los dos pueden tener el mismo estilo de comunicación (introvertido o extrovertido). Sin embargo,  usualmente uno va a ser más o menos que el otro y por ello tendrá que aprender a comunicarse adecuadamente con su pareja

Ahora que ha reflexionado sobre el estilo de comunicación suyo y de su pareja, ¿qué cree que puede hacer usted para tener más éxito en su comunicación?

La comunicación así como el amor se expresan de muchas maneras. En el caso del matrimonio estas dos van muy unidas. Ponga atención a cómo le gusta que su pareja que le halaguen. A algunas parejas les gustan las palabras amorosas y afirmantes; otras prefieren que usted pase tiempo con ellas. Otras parejas se sienten muy alagadas cuando usted les da un regalo o les hacen su comida favorita y otras prefieren que usted les ofrezca un servicio y ayuda. Para algunas parejas el contacto físico es muy importante y les halaga que usted les tome de la mano o les dé un masaje.

Con frecuencia pensamos que lo que nos gusta a nosotros o nos alegra va a halagar a nuestra pareja. Sin embargo con el tiempo y observación, nos damos cuenta que esto no es tal. La  comunicación entre parejas debería mejorar con el tiempo. Las parejas entre más se conocen puede estar más atentas a las necesidades del otro.

¿Matrimonios entre personas de distintas nacionalidades funcionan?

Dora Tobar

Estamos en un mundo global donde las fronteras se cruzan fácilmente y donde, por razones de migración o de trabajo, personas de todas partes del mundo se encuentran y pueden terminar formando pareja.

Esta situación permite entrar en contacto con tradiciones, costumbres y hasta valores desconocidos que pueden enriquecer la vida de pareja o, por el contrario, perturbarla.

Para que este factor no sea causa de conflictos, es importante tener en cuenta lo siguiente:

  • Después de la familia, el amor a la tierra ocupa un lugar muy importante en los afectos de una persona. Casarse por tanto con alguien de otro país es estar dispuesto a compartir con esa persona el amor por su patria y a evitar cualquier comentario que pueda ofender su orgullo nacional.
  • Las tradiciones y costumbres de un país son parte esencial de la identidad cultural de una persona. Y a su vez, la cultura es la forma como una persona expresa su alegría, su fe, su tristeza o su honor, es decir, como manifiesta su interioridad. No poder expresarse con los propios signos culturales es como negarle la palabra a una persona. Por eso, es importante conocer muy bien esas costumbres y tradiciones, antes de casarse, para estar seguro de que podremos compartirlas. Y si no, de que podremos llegar a acuerdos en la mayoría de ellos. Piénsese por ejemplo en las formas diferentes de celebrar  fiestas: en unos países se baila, mientras en otros se celebra comiendo y en otros cantando en ceremonias públicas.
  • Establecer acuerdos sobre el estilo de vida que la pareja adoptará y el lugar que le va a dar a tradiciones y formas de ver la vida es particularmente importante cuando personas del occidente del mundo (Ej.: América y Europa) contraen matrimonio con personas del medio o extremo oriente (Ej.: Irán, India, China o Japón), o el África,  donde hay muchas costumbres, familiares y sociales, diferentes a la cultura occidental. Por ejemplo, en el vestuario exigido a la mujer, o en el  rol que culturalmente se le adjudica a la mujer y al hombre dentro del matrimonio.
  • Puede darse el caso que los acuerdos en una pareja no sean necesariamente aceptados o del gusto de las respectivas familias. Por eso, la pareja debe ser muy fuerte en defender su derecho a escoger y vivir, como un núcleo familiar independiente, los acuerdos culturales que estableció.
  • Cuando nacen los hijos y cada cual quiere compartir sus tradiciones con ellos es cuando se nota más la importancia que las costumbres y valores culturales tienen en una familia. Antes de casarse la pareja debe por eso decidir qué tradiciones o costumbres, de los respectivos países quieren y están de acuerdo en transmitir a sus hijos.
  • Antes de casarse la pareja debe igualmente decidir en cuál de los países va a vivir, y discutir si, llegado el momento, ambos podrían escoger vivir en el país del otro cónyuge. Si deciden vivir en un país diferente de las naciones de origen de los dos, entonces se debe llegar al acuerdo de que, en la medida de lo posible, irán de visita tanto a un país como al otro de las respectivas parejas.
  • Compartir la misma religión facilita mucho las cosas pues significa que se compartirán valores y ritos importantes en nuestras vidas. Esto facilitará igualmente el acuerdo sobre la formación de los hijos y sobre prácticas de fe en común.
  • Con todo, hay parejas que profesan credos diferentes y que han logrado vivir niveles de diálogo y mutuo respeto admirables. Esto, siempre y cuando quede claro que formarán los hijos en la fe católica, como se promete en el rito matrimonial.
  • Hablar diferentes idiomas maternos puede ser una ventaja y una desventaja. Puede causar dificultades en la comunicación cuando uno de los cónyuges debe aprender el idioma del otro. Pero puede ser una gran ventaja pues al usar un lenguaje extranjero solemos interpretar las palabras desde su sentido más literal, quitándole así toda la carga emocional que a veces problematiza las comunicaciones entre las parejas. Así por ejemplo, en las discusiones entre parejas con el mismo idioma es común oír reclamos de este tipo: “¿Qué me quieres decir con eso…. Ó, porqué me lo dices de ese modo, pudiste usar otra palabra que me hiriera menos, etc., etc. . Con todo se debe recordar que, no hay mejor incentivo para el entendimiento que tratar de escucharse con el corazón.

En conclusión, mientras las fronteras de la mente y el corazón estén suficientemente abiertas a aceptar la diferencia y a compartirla, matrimonios entre personas de distintos países son no sólo posibles sino muy enriquecedores. Por propia experiencia sé que eso es así y que, esta es también la ocasión para aprender que, como en toda relación, la clave es apoyarse en los elementos en común y no dejar que las diferencias se vuelvan el centro de nuestra atención o de nuestras discusiones.

Más sobre este tema en: “Valores en común”, “Las marcas de nuestros padres y de nuestra cultura

¿Qué valores compartimos?

Por Dora Tobar

Los valores tienen que ver con lo que una persona considera más importante o de más valor en su vida. Ellos determinan las preferencias, los gustos, las opciones y hasta los sacrificios que una persona está dispuesta a hacer. Conocer a una persona es por eso conocer, hasta donde sea posible, cuáles son sus valores. Este es por tanto un tema decisivo para saber si realmente estás por casarte con la persona que más te conviene.

Cuando una pareja tiene muchos valores en común, o por lo menos coinciden en los valores que los dos consideran fundamentales, podrán fácilmente entenderse y tomar decisiones en conjunto. Esos valores comunes son como el tesoro del cual se nutren las decisiones diarias, tanto para la vida de pareja como para el manejo del dinero, la crianza de los hijos, las relaciones con las familias respectivas, etc.

Hay que tener además en cuenta que no todos los valores tienen para cada persona la misma importancia. Así, aún reconociendo el valor del dinero, una persona puede decidir que conservar una amistad es más valioso que pelear por dinero con un amigo, etc. Por eso, junto a la lista de valores de una persona debemos percibir el grado de importancia que les da. Hay valores  que podemos llamar “fundamentales” o irrenunciables, valores a los cuales podemos renunciar y valores que estamos dispuestos a “negociar” con los demás.

Hay muchas maneras de descubrir los valores más importantes para una persona

  • Para comenzar, no te fijes sólo en cómo se comporta contigo ni en lo que te dice, pues durante el romance es siempre posible que la persona trate de impresionar positivamente a su pareja exagerando sus virtudes o escondiendo lo que piensa que al otro puede no gustarle.
  • Fíjate más bien en cómo se comporta y actúa con los demás: Por ejemplo, nota lo que más le preocupa a tu pareja, o lo que más admira de sus amigos y de su familia. Fíjate igualmente en la clase de personas de cuales se rodea pues, como dice el dicho, “dime con quién andas y te diré quién eres”.
  • Examina también en qué invierte su dinero y qué importancia le da a las personas y las relaciones con su familia, con sus amigos y con Dios.  Y por supuesto, infórmate qué opinan o admiran de él otras personas como los compañeros de trabajo y amigos.

Un test que puedes aplicar:

Para ayudarte en tu diálogo y descubrimiento de los valores que tienes en común con tu pareja te sugerimos que trates de llenar, primero tú solo(a) las siguientes columnas. Después pídele a tu pareja que haga lo mismo y finalmente, intercambien sus respuestas y analicen sus acuerdos y desacuerdos:

Valores que considero fundamentalesValores que puedo negociarDefectos que no puedo aceptarMis prioridades
ResponsabilidadOrdenPereza1. La vida familiar
FidelidadPuntualidadSuciedad2. El trabajo
Sensibilidad por el que sufreMaltrato3. Cuidar la figura y la salud.
ColaboraciónCelos.4. Seguir estudiando
Veracidad
Ser creyente

Más sobre este tema en “Valores en Común” y “¿Somos compatibles?”