POR TU MATRIMONIO
TIPS SOBRE EL MATRIMONIO – OCTUBRE 2023
1- Nunca estés resentido cuando encuentres dificultades en tu matrimonio. En lugar de eso, dile a Dios: “¡Gracias, Señor, por esta oportunidad de sacrificarnos y aprender a amar como Tú!”.
2- Cada vocación es una llamada de Dios, una llamada al amor. Lo que significa vaciarnos nosotros para vivir de cara a los demás. ¿Cómo te “vaciarás” hoy por tu cónyuge?
3- Aunque te hayas casado con el amor de tu vida, cuya presencia te trae alegría, esa persona nunca podrá hacerte completamente feliz. La tristeza aguarda a aquellos que esperan que su matrimonio les haga la vida plena; sólo una relación con Dios puede lograr eso.
4- “Mis discípulos son tu regalo para mí”, oró Jesús a su Padre la noche antes de morir (Jn 17,24). Tu cónyuge y la familia son regalos de Dios, ¡y vale la pena luchar por ellos!
5- Nos sorprendemos cuando encontramos la cruz en nuestra vocación; pero la cruz es parte necesaria del amor. Abrázala y verás crecer tu amor.
6- Asistan a Misa juntos como familia. Participen en el sacrificio de Cristo, porque ese es el combustible que fortalece a una familia para sacrificarse unos por otros.
7- Un niño que ve a su padre arrodillarse ante Dios queda impactado. ¡El hombre más poderoso que conoce dobla la rodilla ante alguien aún más poderoso! Y planta una semilla de fe… ¡Qué gran ejemplo!
8- La amistad es la base de un matrimonio saludable. El día que asistimos a una boda a menudo escuchamos: “Hoy me caso con mi mejor amigo/a”. Recordemos que esa amistad durará sólo si compartimos todo con nuestra pareja.
9- La infidelidad física comienza como una infidelidad emocional. Ten cuidado con la tentación de compartir lo más profundo de tu alma con alguien del sexo opuesto que no sea tu cónyuge. Comienza inocentemente; pero no terminará así.
10- ¿Crees que Dios está ausente durante tu lucha matrimonial? Él está al otro lado de la cruz, llevándola contigo e invitándote a amar como Él ama.
11- La próxima vez que te sientas abrumado por la sencilla belleza de tu vida familiar, cuando sientas que perteneces y eres amado, recuerda: ¡es sólo una pequeña muestra del amor y la pertenencia del cielo!
12- “Te amaré y te honraré todos los días de mi vida”. Esa fue la promesa que te hicieron y que hiciste en tu boda. Hoy puedes usarla como examen de conciencia: “¿Te amé hoy? ¿Te honré hoy?”. Es una buena práctica.
13- Nos enamoramos y esa sensación de sentir mariposas en el estómago se ha ido. Sí así es, con el tiempo la química baja su intensidad en el amor. Pero el amor no es un sentimiento, es una elección. ¡Elige amar y las encontrarás de nuevo!
14- ¿Estás peleando de nuevo y te estás desanimando? Piensa que cuando tu piel esté arrugada y tu cabello gris, recordarás esta pelea, te reirás y dirás: “¡Incluso los tiempos difíciles valieron la pena!”
15- San Pablo nos desafía. Dice que, en el matrimonio, los cónyuges están llamados a amarse unos a otros como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella (Ef 5,25). Cuando miro el crucifijo, ¿mi amor conyugal se parece a Su amor?
16- “Estoy cansado”- piensas-. La vida familiar es exigente. Y parece que nunca tendré un descanso. ¿Cuánto tiempo podré seguir así?”; Siempre y cuando lo hagas por amor a Dios.
17- Mientras un padre sostiene a su bebé recién nacido por primera vez, tiene una idea aterradora: “Mi relación con este niño afectará para siempre mi comprensión de lo que significa llamar a Dios ‘Padre’”. Tienes razón: papá, tu responsabilidad es inmensa.
18- Cuando se sufre en el matrimonio, el divorcio puede parecer un escape feliz, una medicina mágica que quita el dolor. No creas en ese sueño. El sufrimiento al otro lado del divorcio es aún peor.
19- “Habéis guardado el buen vino hasta ahora”, dijo el mayordomo a los esposos después de que Jesús convirtió el agua en vino en su banquete de bodas (Jn 2,10). Tenemos miedo de permitir que Dios entre en nuestro matrimonio. Pero su presencia siempre trae algo aún mejor.
20- Cuando esperamos que nuestro matrimonio nos haga felices, tenemos una expectativa poco realista. ¡Solo Dios puede hacerte feliz! El resentimiento está al alcance de la mano cuando esperamos que un ser humano, como nuestro cónyuge, proporcione lo que sólo Dios puede darnos.
21- San Juan de la Cruz le dijo una vez a una monja que luchaba en su comunidad religiosa: “Donde no hay amor, pon amor, y allí encontrarás amor”. Esto funciona tanto para monjas como para parejas casadas.
22- Ha sido un largo día. Al entrar en casa, deja el estrés afuera, no lo traigas contigo. En lugar de esto, ingresa con una sola pregunta en mente: “¿Cómo puedo servir a mi familia hoy?”.
23- El Catecismo dice que a través del sacramento del matrimonio, “Cristo habita con los esposos cristianos” (párr. 1642). ¿Recuerdas esto en tus alegrías y tristezas de la vida cotidiana?
24- ¿Quién dijo que el matrimonio sería fácil? Pequeña es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida (Mt 7,14). Es un camino difícil, pero Jesús lo está recorriendo contigo. Habla con él al respecto.
25- Reza con tu cónyuge todos los días. Reza en voz alta. Al principio será incómodo; pero, con el tiempo, descubrirás que conduce a una intimidad y una comunicación preciosa y mucho más profunda entre vosotros.
26- Haz hoy algo espontáneo por tu cónyuge: un acto de servicio, una llamada inesperada, un pequeño obsequio, una cena especial… El esfuerzo que supone romper la rutina diaria es una gran prueba de amor.
27- Ten cuidado con ese deseo de escapar de una conversación incómoda con tu cónyuge. No lo evites: sé el primero en sacar el tema. ¡Sé valiente, sé un héroe! Tu cónyuge también necesita tener esa conversación incómoda.
28- Aceptar a tu cónyuge no significa estar ciego ante sus defectos. Significa reconocer tanto lo bueno como lo malo, y luego demostrarle que de todos modos vale la pena amarlo.
29- No cedas a ese espíritu de desánimo cuando las cosas se pongan difíciles en el matrimonio. Dios siempre está con vosotros y nada es imposible para Él.
30- El desierto es el lugar donde crece el amor y el compromiso. Nunca cedas ante el miedo cuando sientas que tu amor se ha secado. El amor ahora debe ser una elección, pero esa elección ensanchará tu corazón.
31- Piensa en los grandes santos que estuvieron casados. ¿Qué los hizo santos? ¿Crees que nunca lucharon? Sí lo hicieron, pero eligieron seguir amándose todos los días. Éste es el verdadero camino de la santidad.