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La belleza del Matrimonio

La belleza del Matrimonio

Por: Ana C. De la Garza

Hay una frase que dice “El Matrimonio es como un jardín: requiere de mucho amor y un poco de trabajo cada día”.

Y es que el amor en el Matrimonio no hay que darlo por sentado, siempre hay que cuidarlo, alimentarlo y trabajarlo. Recuerdo una vez un consejo que nos dio un Sacerdote en una homilía y me parece muy importante compartirlo; nos dijo que todos los días nos dedicáramos 15 minutos en pareja, sin ninguna distracción de celulares, televisión, hijos, etc. 15 minutos para conversar, mirarnos cara a cara, estar juntos y cultivar nuestra relación.

Yo también les recomiendo ponerse una cita al mes, como un “date”, donde puedan hacer algo juntos que disfruten como pareja. Desde preparar una cena romántica o ir a algún lado a cenar, ir a andar en bicicleta o al cine, o incluso ver una película juntos en casa, pero sólo ustedes dos.

Dios diseñó el amor de esposos para que fuera una ayuda mutua, una compañía. Para no estar solos en este camino de la vida, para ser un reflejo del amor de Dios, para ser fecundos y educar y formar a nuestros hijos. Recordemos el pasaje del Génesis que habla de esto:

Dijo luego Yahvé Dios: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada”. ( Gn 2, 18 )

“De la costilla de Adán, Dios formó a la mujer, para ser su compañera, para acompañarse el hombre y la mujer en esta vida, para ser mejores amigos en el matrimonio y hacernos la vida mejor y más llevadera”.

Después dice: “Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne” ( Gn. 2, 24 ) . El designio de Dios en esta unión es perfecta, hacerse una sola carne, una unión perfecta, que da el fruto de los hijos”.

Yo sé que existen dificultades en la vida cotidiana, en la relación de los esposos, y hay dos consejos que me gustaría compartir con ustedes para saber llevar la vida juntos:

  1. Perdonar. Perdonar las fallas del cónyuge. Y no recordarle en una discusión todas las cosas del pasado que nos molestan. Ya que esto sólo genera más conflicto.
  2. Ceder. No tratar siempre de tener la razón, habrá momentos en que será mejor ceder. Yo sé que hay cosas que son muy importantes para llegar a un acuerdo, como educar en la fe a los hijos, o los valores que queremos vivir en nuestra familia. Pero hay cosas triviales de la vida en las que no tenemos que llevar todo al campo de batalla.

El amor de pareja tiene sus etapas en la vida, vamos de la etapa del enamoramiento en la que todo es perfecto y sentimos mariposas en el estómago, a la etapa del amor y mayor intimidad, hasta llegar al verdadero amor de compromiso. Y al ir madurando el amor es posible que se atraviese por algunas crisis. Por eso es importante, en primer lugar, agarrarse de la mano de Dios, como dice la palabra Ma-tri-monio somos tres y en medio de esta relación debe estar Dios para que nos sostenga y nos lleve de su mano en este camino de la vida. Encomendar nuestro Matrimonio a Dios a través de los Sacramentos y de la oración,  también es importante. Si en algún momento sienten que no pueden, no duden en pedir ayuda; a un Sacerdote o a algún consultor especialista en Matrimonio. Yo recomendaría un especialista que fuera Católico y que conociese el Método de Jhon Gottman para terapia de pareja.

https://www.gottman.com/about/the-gottman-method/

Para terminar, les recomiendo encomendar siempre su Matrimonio a la Sagrada Familia. ¡Quiénes mejor que Nuestro Señor Jesucristo, su madre la Santísima Virgen María y San José para acompañarnos y guiarnos en nuestro Matrimonio y Familia!

Crianza por la paz y la justicia por Verónica López Salgado

Lo que somos y hacemos como padres de familia se ve reflejado en nuestros hijos, de alguna u otra manera. Desde su comportamiento, su interacción con todos los seres vivos, su manejo de emociones y habilidad para socializar, hasta su manera de amar y respetar la vida – entre otros componentes fundamentales de su desarrollo físico, mental y espiritual.

San Antonio de Padua, Doctor de la Iglesia y patrono de los pobres, escribió: “las acciones hablan más que las palabras; deja que tus palabras enseñen y tus acciones hablen”. Nuestros hijos aprenden de lo que ven en nosotros como padres de familia. ¡Vaya que tenemos en nuestras manos una tarea irremplazable como iglesia doméstica! Nuestra obligación y responsabilidad como católicos cristianos es criar y educar seres humanos con una perspectiva sacramental de la vida. Las familias son los primeros educadores en el camino de la fe. Sin embargo, si deseamos recuperar la riqueza de las familias cristianas en el contexto de nuestro tiempo y cultura teniendo en cuenta el actual clima político y social en el que vivimos, primero debe realizarse urgentemente una educación en la fe que sea intencional e integral.

Es por eso que hablar de paz y justicia en el hogar es de suma importancia, ya que enseñar con el ejemplo de nuestras acciones es comenzar a vivir los principios de la Enseñanza Social Católica en casa. ¿Pero, cómo hacerlo?

Ciertamente, no existe un manual para seguir paso a paso, pero sí podemos aplicar algunos cambios a nuestra vida familiar para ayudar a guiar nuestra crianza por la paz y la justicia.

A continuación, te presento algunos ejemplos basados en el libro (en inglés) de los autores Kathleen y James McGinnis: Parenting for Peace and Justice.

 

  • Vivir una vida más simple, de generosidad

Todo lo que comemos, lo que vestimos y en lo que gastamos nuestro tiempo tiene un impacto positivo o negativo en la vida de nuestros hijos. Y, por ende, en las decisiones que tomarán ahora y en el futuro. Si queremos que nuestros hijos se preocupen por los necesitados, cuiden del medio ambiente y vivan una vida justa y con caridad, empecemos en casa con ellos desde pequeños.

  • Jamás expresar violencia en la familia

Practicar la paz comienza en casa. Que nuestras familias sean hogares que transmitan amor, armonía y alegría. Que no se conviertan en núcleos destructivos donde la violencia intrafamiliar (física, mental, emocional) sea el pan de cada día para nuestros hijos.

  • Ayudar a los niños a hacer frente a la violencia en nuestro mundo

Cuando nuestros hijos experimentan la violencia en su comunidad, ya sea en persona (en la escuela) o a través de la televisión (programas violentos o noticias nacionales), nosotros como padres estamos llamados a ayudarles a razonar lo que significa la violencia y cómo nos afecta. Hagámoslo siempre desde una perspectiva de fe católica, guiándonos de los principios de la Enseñanza Social Católica.

  • Examinar nuestra vida familiar

¿Tenemos prejuicios? ¿Quiénes son los amigos con los que compartimos? ¿Con que tipo de juguetes juegan nuestros hijos? ¿Cómo es la vida familiar de nuestros miembros de la familia extendida? ¿Cómo es la escuela a la que asisten nuestros hijos? ¿Hablamos lo suficiente con nuestros hijos sobre el racismo, la guerra, el cuidado del planeta, etc.?

  • Evitar los estereotipos de los roles sexuales

Si ambos, papá y mamá, se encargan juntos de las labores de la casa, nuestros hijos crecerán sabiendo que una familia hace equipo para cuidar del hogar. No es papel exclusivamente de la mamá lavar los trastes o del papá salir a trabajar. Quitemos esos estereotipos que afectan negativamente las relaciones interpersonales de nuestros hijos. También, es fundamental en la crianza involucrar a los niños en las labores de la casa, de acuerdo a su edad.

  • Involucrar a la familia en la acción social

Siempre que sea posible y de acuerdo con la edad de nuestros hijos, tratemos de involucrarlos y exponerles a la acción social dentro y fuera de la comunidad parroquial. Hagámoslo divertido para ellos y hablemos a menudo sobre las obras de misericordia y justicia, espirituales y corporales.

  • Orar en familia

Nuestros hijos deben saber que Jesús es el mejor ejemplo de como vivir una vida por la paz y la justicia. Ayudémoslos a desarrollar una relación personal con Jesús, haciendo la oración familiar parte de nuestra rutina diaria.

La bendición sorprendente de educar en casa

Escuela en Casa durante Covid-19

Por Verónica López Salgado

Hablar de la familia como iglesia doméstica significa proclamar que el hogar es “la primera escuela de vida cristiana”.[1] Y aunque invariablemente me fascinaba esta expresión – iglesia doméstica – y sé que, como padres de familia somos los principales educadores de nuestro hijo, ¡jamás imaginé que literalmente sería la maestra de mi hijo no solo en la fe, pero también en la escuela secundaria!

La pandemia motivó algunas transiciones drásticas para mi familia: uno de esos cambios fue el comenzar homeschooling – como se conoce en inglés – o educación en el hogar con nuestro hijo Santiago. Después de varios meses de discernimiento, a principios de septiembre de 2020 decidimos darlo de baja de su escuela y comenzar la educación en casa. Nuestro hijo actualmente tiene 13 años y está por terminar el 8vo grado.

Nos dimos a la tarea de empezar una exhaustiva investigación sobre los recursos para la educación en casa, los métodos de enseñanza y aprendizaje y los requisitos que el estado solicita a los padres para poder educar a sus hijos en casa. Finalmente, cuando nos decidimos por un programa escolar a distancia y plan de estudios, debíamos completar cada uno de los requisitos del estado donde vivimos el año pasado – cabe mencionar que cada estado tiene sus exigencias particulares.

Al haber completado todos los pasos necesarios, nos sentimos totalmente preparados para la aventura. ¡O al menos eso creímos! Pues resulta que no alcanzamos a inscribirnos a tiempo y pagar la colegiatura porque aproximadamente 2.500 estudiantes ya se habían inscrito y no había más cupo para nuestro hijo. Aun así, elegimos el currículo de la escuela que más nos agradó: Madre de la Divina Gracia (Mother of Divine Grace por su nombre oficial en inglés) y decidimos que sería yo quien implementaría el programa de estudios, sin apoyo de los maestros o asesores escolares que al habernos inscrito hubiéramos tenido. Sin embargo, algo que sí tuve y agradezco demasiado es haber buscado los consejos de madres con extensa experiencia en homeschooling. Eso me ayudó a saber cómo podía personalizar el programa de estudios de mi hijo de acuerdo con sus necesidades de aprendizaje. Así elegimos complementar el plan de estudios con otros recursos y sustituir algunas clases.

A finales de septiembre, después de haber ordenado los libros necesarios y armar lo que parecía un horario escolar adecuado, comenzamos la escuela en casa/educación en el hogar. Si dijera que todo empezó estupendo y sin complicaciones, estaría mintiendo puesto que el camino no ha sido fácil. Nuestro trayecto no ha estado libre de obstáculos, inhibiciones y un sinfín de cambios en la rutina. Hoy, después de ocho meses y aún con trabajo escolar por completar, puedo decir con total franqueza que la experiencia de enseñar a mi hijo en casa ha merecido la pena en TODO momento. Él, por su parte, piensa lo mismo porque, aunque frecuentemente me pide hacer algo fuera de lo común en nuestro día de escuela, hemos aprendido juntos que la disciplina desde el amor siempre trae buenos resultados.

Para terminar, me gustaría incluir sugerencias, recursos y estrategias que me han servido a mi como maestra de mi hijo durante este año escolar. No sin antes subrayar una frase de san Juan Pablo II que me parece de suma importancia. Existen innumerables estudios afirmando que “ninguna influencia es más formativa de la identidad de las personas que su socialización primaria”.[2] Esta primera socialización sucede precisamente en la esencia de una familia, a la cual san Juan Pablo II nombró “pequeña sociedad” y afirmó, que “la familia es en sí misma una pequeña sociedad, y la existencia de todas las grandes sociedades (nación, estado, Iglesia) depende de ello”.[3] Por esta razón, querido lector, si tú también haces escuela en casa con tus hijos – de cualquier edad –  lo hiciste al principio de la pandemia, o has optado por la educación en casa por un período de tiempo más largo, espero que al leer este artículo comprendas la labor tan fundamental que forjas, realizaste y continuarás haciendo durante la vida de tus hijos que serán parte de la gran sociedad que tú estás formando en tu hogar.

Tres consejos sobre la escuela en casa

  1. Si como yo, la escuela en casa fue una decisión motivada debido a la situación con el Covid-19, ¡ánimo! no estás solo y el mundo entero tuvo que aprender a navegar esta realidad. Si ya tus hijos han regresado a la escuela de ladrillo y cemento, ¡felicidades! por haber hecho tu mejor esfuerzo por enseñar a tus hijos en casa el tiempo que lo hayas hecho. Si tus hijos continúan la escuela en casa no por decisión propia, ¡adelante!, existe una plétora de recursos para ayudarte a seguir. Y si has optado por la escuela en casa por un período de tiempo más largo o permanentemente, ¡enhorabuena!, seguramente has elegido lo que es mejor para tus hijos y familia.
  2. Los padres de familia con amplia experiencia sobre la educación en casa me dijeron que por lo general – sin Covid – el primer año es el más difícil. ¡Ama más, no seas tan duro contigo mismo o con tus hijos! Pues cualquiera que sea tu situación actual, recuerda que la familia es la célula primera y vital que también tiene una función social y política: tus hijos serán en la sociedad el reflejo de lo que viven en casa.
  3. Pide apoyo SIEMPRE que lo necesites, haz preguntas y tómate el tiempo de investigar. Es esencial que tengas una lista integral de otros padres, amigos y familiares que pueden ayudarte o aconsejarte. Únete a un grupo de ayuda para padres en tu ciudad o en redes sociales. Mi papá, por ejemplo – ingeniero químico – es el tutor de álgebra de mi hijo.

Tres sugerencias concretas para la escuela en casa

  1. Asegúrate de conocer cuáles son las expectativas sobre la educación en el hogar del estado en donde vives. Cuál es la ley, requerimientos, etc. Por ejemplo, yo aprendí que los requisitos del estado de Carolina del Norte son mucho más estrictos que los del estado de Mississippi.
  2. Ahorra tiempo en la planeación y compra únicamente los materiales escolares que necesites, imprime lo que sea posible, y organiza todo en carpetas por materia.
  3. Lee con anticipación el material que tus hijos aprenderán o que les ensenarás, esto te ayudará a tener una visión más clara de cómo presentárselos.

Recursos para la escuela en casa

  1. Nosotros escogimos la escuela Madre de la Divina Gracia, que es un programa de educación a distancia que ayuda a los padres a implementar una educación clásica católica en su hogar. Encuentra más información aquí: Mother of Divine Grace School.
  2. Nosotros quisimos un programa y plan de estudio católico, sin embargo, también hay una gran cantidad de programas no católicos que puedes elegir. Hoy en día hay un sinnúmero de información sobre todos estos programas en línea. Encuentra más información aquí: Lista bilingüe de programas católicos.
  3. Aprende sobre las diferentes filosofías y métodos de aprendizaje, así podrás saber cuál es el más adecuado para tus hijos: Lista (no exhaustiva) sobre los métodos de aprendizaje.
  4. Actualmente hay varios programas de matemáticas para la escuela en casa. Nosotros elegimos el programa Teaching Textbooks. Antes de decidirnos por este programa, utilizamos su versión gratis. Encuéntralo aquí: Clase de matemáticas.
  5. Lista de libros de la historia medieval y poesía, entre otros: Aquí puedes encontrar una lista de libros que puedes ordenar. Escoge las edades que les correspondan a tus hijos en la barra dorada Librería Madre de la Divina Gracia.
  6. En casa, también decidimos continuar con la formación en la fe utilizando un programa desarrollado por las Hermanas Dominicas de Santa Cecilia. El programa se enfoca en el aprendizaje de las virtudes para niños en los grados prekínder a secundaria (Middle School): Virtudes en práctica.

Tres estrategias prácticas para la escuela en casa

  1. Diseña un horario y establece una rutina escolar. Revisa este horario y rutina cada mes y haz las adaptaciones o cambios necesarios para tu familia.
  2. Otorga un espacio especial y determinado para la escuela en casa, organiza ahí todos los materiales escolares y asegúrate de que sea un lugar ameno para ti y tus hijos.
  3. Dos ventajas de la escuela en el hogar o la educación en casa son a) la flexibilidad y libertad que otorga, y b) el hecho de que tus hijos y tú, eligen el ritmo de trabajo con que llevan el plan de estudios (o syllabus en inglés). Por lo tanto, si vas a salir de viaje, tienes un cambio inesperado en tu día, o simplemente quieres cambiar de “aula de clases”, lleva contigo siempre el programa de estudios (de preferencia impreso) y cumple con el horario y la rutina diaria en la medida de lo posible.

 

Verónica López Salgado, M.A.
Feliz esposa y mamá/Teóloga, traductora, consultora e instructora independiente
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[1] 1 “La Iglesia Doméstica,” Catecismo de la Iglesia Católica, (consultado el 9 de mayo de 2021) §1657, en la Santa Sede. http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s2c3a7_sp.html

[2] Groome, Thomas H. Will There Be Faith? A New Vision for Educating and Growing Disciples. (New York: Harper One, 2011) 205, Kindle Edition.

[3] Karol Wojtyla, Love and Responsibility (San Francisco: Ignatius Press, 1993), 217.

Guías de Reflexión: San José, Hombre de Familia

Los miércoles son tradicionalmente dedicados a San José.  Los invitamos a reflexionar en pareja o en familia cada miércoles sobre una de las cinco angustias de San José. 

Para descargar el paquete completo de las reflexiones sobre las 5 angustias de San José, haga clic aquí: San José Hombre de Familia-Reflexiones Completas.

 

Estructura para cada semana:

 

Primera Angustia

Segunda Angustia

Tercera Angustia

Cuarta Angustia

Quinta Angustia

 

Para aprender más sobre el Año de San José y cómo celebrarlo en su hogar, visite: portumatrimonio.org/sanjose

Cómo celebrar el Año de San José en su hogar

Queridas Parejas y Familias en Cristo,

Del 8 de diciembre de 2020 al 8 de diciembre de 2021, el Papa Francisco ha proclamado el Año de San José en su Carta Apostólica Patris corde (“Corazón de Padre”), en donde describe a San José como un padre amado, un padre en la ternura, un padre en la obediencia, un padre en la acogida, un padre de la valentía creativa, un padre trabajador y un padre en la sombra. En síntesis, un santo que es cabeza de la Sagrada Familia de Nazaret y será aliado perfecto de todas las parejas y familias, especialmente en el año declarado también por el Papa Francisco como el Año de la Familia, un año de reflexión sobre su exhortación apostólica “Amoris Laetitia” (19 de marzo de 2021 – 26 de junio de 2022).

Con motivo de tan especial acontecimiento, deseamos acompañar a todas las parejas y familias a descubrir y conocer mejor la figura de San José, un hombre que en el silencio y lejos del protagonismo ama sin medida, protege con su propia vida y con su valiente “fiat” nos enseña a hacer la voluntad de Dios Padre.

Para más información sobre el Año de San José y cómo Por Tu Matrimonio los quiere apoyar este año visite este artículo.

A continuación, una lista de diversos recursos que esperamos utilice en pareja y con su familia durante este Año de San José.

Aviso: En https://portumatrimonio.org, los enlaces a otros sitios web se proporcionan únicamente para la conveniencia del usuario. USCCB no asume ninguna responsabilidad por estos sitios web, su contenido o sus organizaciones patrocinadoras.

 

DON DE INDULGENCIAS ESPECIALES CON OCASIÓN DEL AÑO DE SAN JOSÉ

De acuerdo con el decreto de la Penitenciaría Apostólica, “Todos los fieles tendrán así la oportunidad de comprometerse, con oraciones y buenas obras, para obtener, con la ayuda de San José, cabeza de la celestial Familia de Nazaret, consuelo y alivio de las graves tribulaciones humanas y sociales que afligen al mundo contemporáneo”.

Pasos a seguir para obtener una Indulgencia Plenaria

 

EJEMPLO DE INTERCESIONES GENERALES POR EL AÑO DE SAN JOSÉ

Aquí encontrará un documento en formato PDF desarrollado por la Diócesis de Davenport, con una lista de intercesiones que se pueden utilizar durante el mes sugerido y adaptarse a su ubicación personal.

Intercesiones Generales Mes por Mes

 

¿QUIERE CONSAGRARSE A SAN JOSÉ?

Existen varios escritos de consagración a San José. Este es uno de ellos escrito por el Padre Guillermo Serra, L.C. Esta consagración se lleva a cabo durante 33 días.

Consagración a San José

Consagrarte a San José precisamente en el Año de la Familia puede ser una inversión sin igual para usted y su familia. Lea en este artículo de Aleteia por qué la consagración a San José podría cambiarte la vida.

En este artículo de AciPrensa podrá encontrar una oración de consagración a San José.

Además, en esta página podrá encontrar una oración corta para consagrarse a San José diariamente. Inténtelo con su esposo/a e hijos.

 

ORACIONES A SAN JOSÉ

En este enlace, San José, podrá encontrar oraciones con ocasión al Año de San José tales como letanías a San José que puede rezar al final del rosario, una oración escrita por el Papa León XIII, una oración para el día del papá que este año se celebrará el 20 de junio, entre otras. Le invitamos a rezarla con su familia.

 

ORACIÓN A SAN JOSÉ ESCRITA POR EL PAPA FRANCISCO

Al final de su carta apostólica, Patris corde, el santo Papa Francisco dedica una corta oración a San José que puede rezar con su familia cada día.

Oración a San José

 

DEVOCIÓN DE LOS SIETE DOMINGOS

La Devoción de los Siete Domingos es una antigua tradición de la Iglesia en preparación de la fiesta de San José, el 19 de marzo. La devoción comienza el séptimo domingo antes del 19 de marzo y honra las siete gozos y siete dolores que San José experimentó como esposo de la Madre de Dios, fiel guardián de Cristo y cabeza de la sagrada familia. La devoción es una oportunidad de oración para “ayudarnos a descubrir lo que Dios nos dice a través de la vida sencilla del esposo de María” (San Josemaría Escrivá; Es Cristo que pasa, nº 39). De acuerdo a National Catholic Register, esta devoción de los siete domingos se desarrolló alrededor del siglo XVI después de que San José se apareciera a un par de frailes que estaban a bordo de un barco que se hundió.

Le invitamos a conocer cuáles son los siete gozos y siete dolores de San José al practicar esta devoción con su familia: Los siete domingos de San José

 

 

DEVOCIÓN A SAN JOSÉ DORMIDO

Existe una devoción poco conocida a San José dormido que el Papa Francisco califica como una de sus favoritas. Conozca más sobre esta bella devoción y sus orígenes. Puede ponerla en práctica con su familia e incluso inventar una divertida forma para realizarla con sus hijos.

San José Dormido

 

RETIRO ESPIRIUAL

Viva desde su casa un retiro espiritual dedicado a San José. Con este retiro podrá adentrarse en las escrituras y conocer más sobre San José. Puede hacer las reflexiones a su propio ritmo. Le recomendamos utilizar este formato de retiro con la Lectio Divina (descubra qué es la Lectio Divina explicada en un video aquí Lectio Divina) para que pueda verdaderamente reflexionar sobre este admirable santo, Patrono de la Iglesia Católica.

 

HIMNOS A SAN JOSÉ

Conozca y escuche algunos bellos himnos y canciones a San José que le ayudarán a enamorarse aún más de este extraordinario santo, esposo castísimo de la Virgen María.

Himno a San José

Canción a San José

San José carpintero

Glorioso San José

Cuídanos San José

Himno #2 a San José

San José, silencios

Oblatos a San José

Besos de San José

Déjame en tus brazos

Tu eres un nuevo José

Mañanitas a San José

 

CORONILLA A SAN JOSÉ

Durante este año dedicado a San José, aprenda a rezar la Coronilla a San José en familia.

Coronilla a San José

 

NOVENA A SAN JOSÉ

San José, que cuidó fielmente los inicios de los misterios de la salvación humana en la vida de Cristo, cuida fielmente de nosotros mientras estos misterios se perpetúan en nuestros corazones, hogares y comunidades.

La USCCB ha compuesto esta novena para ser rezada anualmente del 10 al 18 de marzo, los nueve días que preceden a la Solemnidad de San José el 19 de marzo. La novena también puede adaptarse para su uso en otros momentos del año, especialmente en las fiestas en las que se celebra San José y en las ocasiones en las que los fieles solicitan su intercesión.

Si no lo ha hecho anteriormente, este año podría comenzar una nueva tradición y rezar esta bella novena a San José.

Novena escrita por la USCCB

Aquí tiene también otras opciones:

Novena a San José

Novena en honor a San José (Diócesis de Jefferson City)

 

OTROS RECURSOS – DOCUMENTOS OFICIALES DE LA IGLESIA

  • El Papa Pío IX declara a San José Patrono de la Iglesia Universal – 8 de diciembre de 1870 – Quemadmodum Deus
  • Encíclica del Papa León XIII sobre la devoción a San José – 15 de agosto de 1889 – Quamquam Pluries
  • San José es nombrado Patrón del Concilio Vaticano II – 19 de marzo de 1961 – Le Voci
  • Exhortación apostólica en San José de Juan Pablo II – 24 de noviembre de 2013 – Redemptoris Custos
  • El Papa Benedicto XVI considera la importancia de la persona de San José – 19 de marzo de 2006 – Angelus
  • El Papa Francisco inserta el nombre de José en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV – d 1 de mayo de 2013 – Paternas vice

 

ACTIVIDADES PARA NIÑOS – PARA TODA LA FAMILIA

La transmisión de la fe en los niños comienza en casa. Le invitamos a desarrollar estas actividades (manualidades) con sus hijos.

Las siguientes actividades se recomiendan para niños en prescolar – primaria.

Manualidades para San José

Recetas de comida

¿A que niño no le gusta dibujar y colorear? Puede realizar esta actividad con sus niños más pequeños en casa.

Dibujos para colorear y aprender de la vida de San José

Las siguientes actividades se recomiendan para niños en secundaria.

30 visitas con el Silencioso José

Las siguientes actividades se recomiendan para los niños de todas las edades (realizar la actividad en familia).

Crear un altar en honor a San José: Cómo hacer un altar en casa, Haz un altar el día de San José (#6 en la lista)

12 maneras de honrar a San José en marzo (también se pueden realizar durante todo el año en familia.)

Maryknoll tiene un Ministerio Hispano llamado Discípulos Misioneros y han creado unas increíbles “Guías para Familias en Misión” para vivir esta Cuaresma y aprender más sobre San José. Existen varias opciones para usar estas “guías para las Familias en Misión”, pero primero deberá completar un formulario para acceder a su recurso – Maryknoll – Guías de reflexión sobre San José

Si le es posible, imprima estas tarjetas sobre la vida de San José y repáselas con su familia durante el mes de marzo – Tarjetas sobre la vida de San José

 

ARTİCULOS SOBRE LA VIDA DE SAN JOSÉ

Se dice comúnmente que nadie puede amar lo que no conoce. Es por eso, que este año le invitamos a adentrarse más en el misterio de la figura de San José, ¡le prometemos que se va a enamorar de él!

¿Era San José un anciano o un esposo sin vigor?

Mira cómo ha aumentado la devoción a San José en los últimos siglos

12 motivos para confiar nuestras suplicas a San José

Antigua oración a San José conocida por no fallar nunca

 

CONGREGACIONES RELIGIOSAS EN HONOR A SAN JOSÉ

Siervas de San José – Siervas de San José

 

LIBROS

Si le gusta leer, este es un año muy especial para profundizar más acerca de la vida de San José. Aquí le dejamos algunas ideas de títulos que puede adquirir:

Los silencios de San José – Consígalo aquí

Consagración a San José – Consígalo en EWTN

La sombre del Padre – Consígalo aquí

Descubriendo a San José – Consígalo aquí

José, esposo de María – Consígalo aquí

Dolores y Gozos de San José – Consígalo aquí

Yo también vivía en esa casa – Consígalo aquí

La devoción de San José – Consígalo aquí

 

Fuente: Esta lista fue elaborada por Verónica López Salgado

Celebremos el Año de San José

La Iglesia Universal está celebrando el Año de San José desde el 8 de diciembre de 2020 hasta el 8 de diciembre de 2021.

El mes de marzo tradicionalmente se dedica a San José.  San José es un perfecto modelo y santo patrono para las parejas y las familias. Por lo tanto, Por Tu Matrimonio va a compartir sobre San José durante todo el mes.  Síganos en Facebook o en Twitter e inscríbase al boletín electrónico para no perder lo que viene.

“El beato Pío IX lo declaró ‘Patrono de la Iglesia Católica’, el venerable Pío XII lo presentó como ‘Patrono de los trabajadores’ y san Juan Pablo II como ‘Custodio del Redentor’. El pueblo lo invoca como ‘Patrono de la buena muerte’” (Papa Francisco, Patris Corde, 2020).

¿Qué es al Año de San José?

El 8 de diciembre de 2020, el Papa Francisco declaró que la Iglesia celebrará el Año de San José. El Año de San José comenzó el 8 de diciembre de 2020 y terminará el 8 de diciembre de 2021. Es un acontecimiento histórico para la Iglesia porque es la primera vez que se celebra un Año de San José.

El Año de la Familia Amoris Laetitia también empieza en marzo. ¿Como se conectan?

En el 5º Aniversario, el 19 de marzo de 2021, de la publicación de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia sobre la belleza y la alegría del amor familiar, el Papa Francisco inaugurará el Año “Familia Amoris Laetitia” que concluirá el 26 de junio de 2022 en el 10º Encuentro Mundial de las Familias en Roma.

Este año dedicado a la familia se celebra en simultánea con el Año de San José.  El Papa Francisco dijo, “Encomendamos este camino con las familias de todo el mundo a la Sagrada Familia de Nazaret, en particular a San José, esposo y padre solícito” (Ángelus, 27 de diciembre de 2020).

¿Por qué el Papa Francisco escogió celebrar a San José?

El año 2020 marcó el 150 aniversario de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia Universal el 8 de diciembre de 1870.

En su Carta Apostólica Patris Corde (Con corazón de padre) publicada el 8 de diciembre de 2020, el Papa Francisco dijo, “después de María, Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio en el Magisterio pontificio como José, su esposo”, pero que muchas veces pasa desapercibido. La pandemia nos ha mostrado que “nuestras vidas están tejidas y sostenidas por persona comunes – corrientemente olvidadas”.

“Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en ‘segunda línea’ tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. A todos ellos va dirigida una palabra de reconocimiento y de gratitud”. (Papa Francisco, Patris Corde, 2020)

¿Cómo podemos celebrar el Año de San José como pareja o como familia?

    • Visite nuestra página de ideas para celebrar el Año de San José en su hogar. Es una lista de enlaces a las oraciones y devociones tradicionales a San José y otras actividades que pueden hacer en pareja o en familia para honrar a San José a través del año.
    • Cada miércoles de marzo vamos a compartir una reflexión para ayudarlos a contemplar las angustias de San José y el ejemplo que nos da. Visite nuestra página en Facebook o en Twitter para ver las reflexiones. También se puede descargar el paquete completo de las reflexiones aquí.
    • Se invita a los hombres a leer el artículo Esposos y Padres como San José por José Juan Valdez.
    • También hay la oportunidad de recibir indulgencias especiales durante el Año de San José. A continuación, se explica qué es una indulgencia y cómo recibirlas en este año especial.

¿Qué son las indulgencias?

La indulgencia es una forma que Dios, en Su misericordia, ha dado a la Iglesia para que seamos libres del castigo temporal por los pecados. El Catecismo de la Iglesia Católica dice:

La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa… es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente. Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos (CIC, 1471).

Requisitos para obtener una indulgencia

El fiel, convenientemente preparado, en ciertas y determinadas condiciones, con la ayuda de la Iglesia, que, como administradora de la redención, dispensa y aplica con plena autoridad el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos. (Indulgentiarum doctrina, “Constitución Apostólica sobre la Revisión de las Indulgencias”, Norma 1).

Requisitos para obtener una indulgencia plenaria (ID, N7):

    • Ejecución de la obra enriquecida con la indulgencia
    • La confesión sacramental
    • La comunión eucarística
    • La oración por las intenciones del Romano Pontífice
      • Rezar un Padre Nuestro y Ave María será suficiente (ID, N10)
    • Que se excluya todo afecto al pecado, incluso venial

Las indulgencias no son remedios mágicos que se obtienen simplemente marcando casillas. En el amor infinito de Dios por nosotros, Él siempre se preocupa por el estado de nuestra alma y desea sobre todo la verdadera conversión del corazón. Por lo tanto, es importante que en todo lo que hagamos estemos luchando por un amor más perfecto a Dios y al prójimo, en lugar de actuar por temor al castigo. Es por eso que la Indulgentiarum doctrina dice con razón que el fiel debe estar “convenientemente preparado” (ID, N1). Sin embargo, Dios sabe que somos imperfectos y debemos confiar en que Dios bendice nuestros sinceros esfuerzos por crecer en santidad a través de nuestras oraciones y obras de caridad. Por lo tanto, cuando no cumplimos perfectamente con las condiciones anteriores para obtener una indulgencia plenaria, especialmente el estar libres de todo afecto al pecado, se puede conceder una indulgencia parcial (ID, N7).

¿Cómo podemos recibir indulgencias especiales en este Año de San José?

Indulgencias Plenarias:

    • Meditar por lo menos 30 minutos la oración del Padre Nuestro
    • Participar en un retiro espiritual de al menos un día que incluya una meditación sobre San José
    • Realizar una obra de misericordia corporal o espiritual
    • Rezar el Santo Rosario en las familias y entre los novios
    • Confiar diariamente su trabajo a la protección de San José
    • Invocar la intercesión de San José para que los que buscan trabajo lo encuentren
    • Rezar la Letanía de San José o alguna otra oración a San José en favor de la Iglesia perseguida y para el alivio de todos los cristianos que sufren toda forma de persecución
    • Rezar cualquier oración o acto de piedad legítimamente aprobado en honor de San José, por ejemplo “A ti, bienaventurado San José”, especialmente el 19 de marzo y el 1 de mayo, fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el domingo de San José (según la tradición bizantina), el 19 de cada mes y cada miércoles, día dedicado a la memoria del Santo según la tradición latina.

Nota especial: En el actual contexto de emergencia sanitaria, el don de la indulgencia plenaria se extiende particularmente a los ancianos, los enfermos, los moribundos y todos aquellos que por razones legítimas no pueden salir de su casa, los cuales, con el ánimo desprendido de cualquier pecado y con la intención de cumplir, tan pronto como sea posible, las tres condiciones habituales, en su propia casa o dondequiera que el impedimento les retenga, recen un acto de piedad en honor de San José, consuelo de los enfermos y patrono de la buena muerte, ofreciendo con confianza a Dios los dolores y las dificultades de su vida.

Fuente: La sección sobre las indulgencias fue escrita por la Oficina de Culta de la Diócesis de Owensboro

Nuestra Intimidad nos Pertenece

Con este título, vamos a sacar de primer plano lo que todo el mundo está pensando, nuestra intimidad sexual. Claro que nuestra intimidad sexual es sagrada y la debemos guardar como lo que es, un Don de Dios, que embellece el encuentro de los esposos. El papa Francisco nos dice, “Entonces, de ninguna manera podemos entender la dimensión erótica del amor como un mal permitido o como un peso a tolerar por el bien de la familia, sino como don de Dios que embellece el encuentro de los esposos.”[1]

Claro que desde la luna de miel depende gran parte el futuro matrimonial, en el comienzo puede ser agradable o desagradable. Dependiendo de la capacidad de la madurez de la relación. Se vive con intensidad la novedad del momento sin olvidar la responsabilidad que contraíamos. Desde antes de nuestro matrimonio tomamos la decisión de usar el método natural, “el ritmo.” Fue un compromiso que se hizo a conciencia, que nos trajo mucha felicidad y paz. Hoy damos testimonio que eso nos unió mucho como pareja, donde hubo mucho dialogo para postergar las relaciones sexuales para luego. “El papa nos ensena que “… sin embargo enseño (San Pablo) que la sexualidad debe ser una cuestión de conversación entre los conyugues: planteo la posibilidad de postergar las relaciones sexuales por un tiempo, pero de común acuerdo.”[2]

Para que el acto sexual entre esposos sea sano, natural y bueno se requiere de una comunión total y una disciplina que excluya el capricho y la sumisión. “La sexualidad esta de modo inseparable al servicio de esa amistad conyugal, porque se orienta a procurar que el otro viva en plenitud.”[3]

Todo acto sexual debe contar con un ambiente ameno, apacible, afectivo, honesto, claro, sincero y amoroso, solo así podemos llegar a la puerta de la felicidad y de una verdadera comunicación.

Como pareja debemos ser creativos para embellecer la relación. Siempre buscando puntos de apoyo corporales y espirituales para que el crecimiento de la relación sexual sea duradero y exclusivo. Ambos trabajamos en el bien de la fidelidad y la entrega total. Ninguno de los dos debe” renunciar a toda necesidad personal y solo se preocupa por hacer el bien al otro sin satisfacción alguna. Recordemos que un verdadero amor sabe también recibir del otro…” [4]

Es aquí donde se encuentra el gran secreto de la delicadeza, “Quien quiere dar amor, debe a su vez recibirlo como don.”[5] Hay que encontrar el equilibrio humano para seguir viviendo y creciendo en el amor. Cada donación mutua debe contribuir a la confianza, trayendo seguridad a la reciprocidad, a la comunión y a lo más importante el amor.

Autores: Olga y Ramon Tapia

 

[1] Amoris Laetitia 152.

[2] Amoris Laetitia 154 and 1 Corintios 7,5.

[3] Amoris Laetitia 156.

[4] Amoris Laetitia 157.

[5] Ibid.

¿“TU o YO”?

Desde pequeños vamos desarrollando la tendencia a poseer y comenzamos con cosas simples como juguetes, plato o cuchara favorita, cama, silla, etc. El lenguaje común que utilizamos es: “mi pelota”, mi carrito”, “mi plato” e incluso decimos “mi papá”, “mi mamá”.

De manera que conforme vamos creciendo no solo la tendencia sigue, sino que ahora con mayor conciencia buscamos poseer más y más cosas: autos, casa, joyas, muebles, etc. Incluso llegamos a marcar un territorio y decimos: “por favor no invadas mi espacio”.

Cuando iniciamos una relación, naturalmente esta costumbre continúa, ya que igualmente nuestra pareja creció de la misma forma y aquello es un continuo tuyo y mío. Por esta razón, cuando la relación se formaliza y deciden llevarla a los altares, muchos son los casos en los que se realizan arreglos prenupciales para proteger las propiedades previas al matrimonio, (En algunos países, existe el régimen de bienes separados); otros son aquellos que se fundan más bien por intereses económicos y se pudiera decir que, más que unión sacramental, son sociedades financieras.

Ciertamente, en unos casos más que en otros, la costumbre en la relación matrimonial es referirse igualmente con el lenguaje que indica propiedad: “mi trabajo”, “tu dinero”, “tu casa”, “mi carro”, “tu familia”, etc.

Está forma de relacionarse tiene un alto porcentaje de fracasar cuando alguno de los bienes empieza a perderse ya que, en una gran cantidad de situaciones donde las finanzas decaen, la pareja termina separándose antes que perder también lo que es propio.

En 44 años que tenemos de matrimonio, “Erika y yo” aprendimos que el “Tú” y “Yo” o “Tuyo” y “Mío”, no era el mejor camino para llevar nuestra relación: además de provocar envidia, creaba molestia cuando una ó otra cosa se dañaba o perdía; poco a poco fuimos cambiando nuestra forma de referirnos a las cosas, ya que la fuerza de la costumbre es impresionantemente difícil de erradicar de la noche a la mañana. Así fue como gracias a que fuimos viendo que nuestra relación mejoraba cada día, perseveramos en el cambio que nos propusimos y así hemos logrado hasta ahora tener una hermosa, pacífica y feliz relación durante todos estos años.

El punto de partida para comprender que en el matrimonio la palabra clave es “NOSOTROS” o “NUESTRO”, lo encontramos en las Sagradas Escrituras en el libro del Génesis 2, 24: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne”. Por lo tanto, dejan de ser un él y ella para convertirse en una sola carne, en un “NOSOTROS”.

 

Autor: Jose Luis Romero

Renovando Nuestra Mente

El mundo de las comunicaciones va cambiando de una forma vertiginosa; algunas veces no podemos asimilar los cambios ni aun comprenderlos. En lo tecnológico no hemos terminado de aprender a usar un equipo nuevo cuando ya hay una nueva versión de este en el mercado. Muchas veces nos resistimos a tantos cambios tan rápidos que el mundo moderno nos presenta; algunos de estos cambios son buenos otros no tan buenos porque pueden traer consecuencias nefastas a nuestras vidas y a la sociedad.

De la misma manera van cambiando las relaciones humanas. La misma tecnología nos va alejando de aquellos que tenemos cerca para acercarnos a aquellos que están lejos, aun cuando muchas veces nuestros encuentros con esas personas fueron pasajeros.

Vemos como en el presente se va perdiendo el calor humano y muchas veces el calor del hogar. Debemos decir que NO a todo aquello que acaba con la ilusión de que mi familia sea diferente. Hay que renovar nuestra mente, madurando y resaltando nuestro espíritu critico y nuestro sentido común. Me comprometo a trabajar por el bien de mi familia.

Cuando los hijos van creciendo, y cada cual va desarrollando sus propios gustos, sus preferencias en sus estudios, es tiempo de que los padres miren y gocen de la obra   maestra del creador. Nosotros solo dimos direcciones y valores de vida, Dios los doto de todos sus talentos. Los padres de familia tenemos que abrir nuestros corazones y entrar en la capacidad de discernir la voluntad de Dios, o como dice San Pablo “Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.[1]

Entendemos que en la familia no tan solo hay un vínculo de sangre y de parentesco, sino además hay un amor muy grande donde queremos desarrollar personas libres y responsables. Queremos que se puedan comunicar con principios de solidaridad y que compartan un núcleo solido con principios éticos y valores morales acordes con la realidad presente. Es bueno pensar en el pasado para evaluar el presente, pero de ninguna manera vivir solo de recuerdos. Muchas veces vivimos de sueños no realizados que nos impiden trabajar para el bien del aquí y ahora.

Estamos llamados como padres a fomentar la caridad con nosotros mismos, para que nuestros hijos puedan seguir el ejemplo y lo puedan llevar a los demás. Si en nuestro hogar faltara la caridad, la convivencia se tornaría en pleitos y muy difícil de manejar, con tantos caracteres diferentes. Construyendo sobre la caridad y el respeto se fomenta la solidaridad con el prójimo que nos motiva cada día a trabajar por el bien desde el amor y la fraternidad. En palabras del papa Francisco esto “indica que el amor beneficia y promueve a los demás. Por eso se traduce como servicial.”[2]

Este trabajo de familia va a repercutir en la sociedad cuando nuestros hijos ya formando sus propias familias trabajen también por el bien de ellas.

La renovación de la mente nos crea un programa de vida que nos llena de toda esperanza, sin cabida para el miedo y donde todo quedara reforzado con la perseverancia en la oración. Si en la familia aparece un mal no podemos reaccionar con lo negativo; ya la sociedad vive mucho de eso. Tomemos conciencia que el mal se vence con el bien. El bien irradia amor y con el amor podemos llevar el perdón tan necesario.

[1] Romanos 12:2.

 

[2] Amoris Laetitia 93.

Historias 2: Juana y Roberto

Sacrificios por la migración

La decisión de emigrar no fue tan fácil para Juana y Roberto. Los ingresos no eran suficientes para mantener la familia a flote y no había en el pueblo oportunidades de trabajo que les permitieran buscar allí otra forma de subsistencia. Juana tenía niños muy pequeños y no tenía familiares cercanos a quienes pudiera encomendar sus hijos y así migrar  con sus esposo para trabajar los dos. Tampoco había cómo pagar el viaje. El plan de Roberto fue entonces el de migrar “donde un primo que le habían dicho que le iba muy bien”. Con pobres señas sobre la ubicación y ocupación del primo, Roberto juntó sus ahorros, cerró los ojos y echo a andar.

Juana cada mañana tachaba un día en el almanaque mientras en su corazón se lo encomendaba a la Virgencita. A los niños les hablaba de su papá que estaba trabajando muy lejos. Por su parte Roberto daba pasos de ciego tratando de encontrar una luz que le llevase hasta el primo. Donde llegaba trataba de trabajar para ganar cama y comida y no gastar lo poco que le quedaba después de pagar su viaje. Lo más difícil que encontró fue la desconfianza de los propios paisanos. Todos estaban tratando de sobrevivir y no era fácil compartir. Asi fue de un lado a otro durante varias semanas hasta que un domingo por la mañana entró en una iglesia y se acercó al sacerdote que estaba en el confesionario. Le contó de su situación y de la necesidad de comunicarse con Juana, quien debía de estar desesperada sin saber de él. Como no había teléfono en el pueblito, le dictó una carta al sacerdote y éste le prometió que esa misma tarde la pondría al correo. El sacerdote le ayudó igualmente a conseguir alojamiento en una tienda a cambio de que él se ocupase de la limpieza y de la vigilase de noche para evitar robos. Habían pasado ya 6 semanas y él no encontraba aún un trabajo estable.

Juana por su parte se sentía abrumada con las consecuencias de la elección hecha por Roberto. No era tanto la parte económica pues su familia le ayudaba con cuanto les era posible y ella había tomado niños para cuidar al mismo tiempo que cuidaba de los suyos. Era la soledad y la incertidumbre. El largo silencio por parte de Roberto llevó su mente por diferentes escenarios, desde muerto en la frontera hasta olvidado de la familia que dejo atrás tal vez porque había encontrado otras distracciones. La carta de Roberto trajo un poco de paz a su espíritu y ella la leyó y releyó queriendo adivinar lo “no escrito”.

Pasaron más semanas sin encontrar trabajo, ni aún siquiera por horas, por lo que Roberto comenzó a cuestionarse si había hecho bien en correr el riesgo de emigrar. Los trabajos que él sabía hacer –agricultura y construcción- no tenían espacios. Su escolaridad no pasaba de contar, sumar, restar. A duras penas leía bien y no sabía escribir correctamente. Dejar lo que tenía en las manos ahora –casa, comida, y trabajo por la noche- para buscar algo mejor no le parecía una opción buena.

En una de sus visitas al sacerdote para mandarle mensajes escritos a Juana –porque hasta ese momento no había podido enviarle dinero- compartió su estado de ánimo con él. El sacerdote le ayudó a ver opciones: si sabes sembrar y cuidar la siembra aunque aquí no hay campos de cultivo si hay jardines.”Y puedes comenzar cuidando, sembrando, y podando el jardín de la parroquia”.  El buen empeño de Roberto en el trabajo le ayudó a ampliar su clientela y pronto pudo independizarse y mandar dinero a Juana periódicamente. Las cartas entre ambos empezaron a rehacer la trayectoria de amor y de unión que se había interrumpido como resultado de la migración.

A los dos años de estar fuera de su hogar, Roberto regresó no sólo con ahorros, sino con la habilidad de leer y de escribir, y la posibilidad de trabajar por su propia cuenta en un campo no sospechado por él antes: la jardinería.

Los testimonios de María Elena y Javier y de Juana y Roberto ilustran bien los problemas que enfrentan las parejas que viven “Matrimonios a Distancias”.