Tag Archives: Historias

Celebrando Matrimonios Mixtos

Celebrando Matrimonios Mixtos

Por Cynthia Psencik

Cuando hablamos de matrimonios mixtos, nos referimos a parejas que nacieron en diferentes países como también parejas de razas, etnicidades y culturas distintas. Se reporta que los matrimonios mixtos han aumentado continuamente desde el 1967 cuando fueron legalizados en los Estados Unidos. Para el 2015, una de cada seis parejas recién casadas están casadas con una persona de una raza o etnicidad diferente. La pareja mixta más común incluye hispanos y blancos (Pew Research Center). Es asombroso pensar que antes de los años 1967, los matrimonios mixtos eran prohibidos en ciertas partes de los Estados Unidos, y que hubiera alguna ley impidiendo que yo me casara con mi esposo.

​Mi esposo no solo es de una etnicidad diferente a la mía, sino también nació y creció en un estado diferente que yo – él es de Texas y yo de Nueva York. Llevamos casados siete años, y cada día aprendemos algo nuevo, ya sea de nuestras culturas, o de donde crecimos. Al principio de nuestro noviazgo dialogamos bastante acerca de lo diferente que fue nuestra crianza, yo como mujer hispana de padres dominicanos, y él como hombre blanco. Le asombraba la manera en que me comportaba con mi mamá, con la cual hablaba todos los días por casi una hora. O la manera en que mi mamá se comportaba conmigo, todavía queriendo cuidarme hasta después de estar casada. Mi esposo, sin embargo, creció bien independiente. Poco a poco se fue acostumbrando y aprendiendo que estas cosas eran importante para mi, como yo también fui aprendiendo de las cosas que eran importante para él, por ejemplo, el amor a los deportes profesionales.

Durante nuestro retiro de preparación para el matrimonio tuvimos la oportunidad de dialogar y describir costumbres de cada una de nuestras culturas que podrían impactar más adelante nuestro matrimonio. Las diferencias en culturas a veces aparecen de maneras sutiles en el matrimonio, y pueden crear dificultades si no existe comunicación entre la pareja. Es importante tener una disposición abierta para abrazar las costumbres y las expectativas que son importantes para cada pareja.

Reconocer y hablar de las diferencias

Durante su noviazgo, tomen tiempo para hablar acerca de su niñez y no dejar por desapercibido la importancia de ciertas costumbres y experiencias que pueden influenciar sus comportamientos. En una conversación con mi amiga, ella me comentó que durante su noviazgo, ella y su esposo que es de una etnicidad diferente, hablaron mucho acerca de su experiencia con el racismo, una experiencia muy lejana para su esposo. Fue importante para ella poder ser vulnerable y que existiera una apertura de parte de él para recibir lo que ella le presentaba, y de no minimizar sus experiencias. Esta conversación ayudó mucho a su esposo a comprenderla y ayudarla a navegar sus emociones, y responder adecuadamente.

Ser pacientes y seguir aprendiendo

Darse oportunidad para conocerse y crecer juntos es importante durante el noviazgo y su vida de casados. Ser paciente con uno mismo y con su pareja cuando resaltan cosas únicas a su cultura, ayuda a crear una atmósfera abierta para usted y su pareja. Yo vengo de una familia vibrante y animada, especialmente cuando se reúnen todos los familiares a la misma vez. Mi esposo no vino de una familia grande, y a veces pensaba que estábamos peleando cuando nos escuchaba hablar.

No todo va a tener sentido al principio, y hasta podemos criticar ciertas cosas de nuestra pareja y de su familia. Por eso es importante observar y hacer preguntas cuando no comprendes algo, aunque sea incómodo. Esto demuestra un sentido de curiosidad como también interés en aprender más acerca de los antecedentes familiares y las costumbres que nos influyen.

 

No hagan suposiciones

En la celebración del Día de Acción de Gracias durante nuestro primer año de casados, invitamos a mi familia a celebrar con nosotros. Teníamos música alta tocando de fondo, como era de costumbre en mi familia, mientras preparamos el pavo y la cena. De vez en cuando mi esposo entraba a la cocina, pero luego se iba un poco molesto. Mientras, yo seguía cantando y bailando con mi prima, mi hermana y mi mamá. Después de la celebración le pregunté a mi esposo qué le pasaba, y él me respondió que usualmente en su hogar, él era quien preparaba la cena para su familia, y se sintió molesto de que no le dimos esa oportunidad. Obviamente, no sabía lo importante que era para él tomar parte de las preparaciones, pues crecí entre las normas culturales donde las mujeres eran las que preparaban la comida, y yo asumí que no le interesaba.

Instruir a sus familiares cuando sea necesario

El Papa Francisco en Amoris Laetitia nos comenta: “Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentan mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores (113). Yo crecí en un ambiente donde no faltaba el gentío que venía a nuestro hogar a celebrar algún acontecimiento. De esta forma me acostumbré a siempre estar rodeada de personas, algo que es común en las personas extrovertidas. Mi esposo es introvertido. Me costó tiempo realizar que a veces cuando estamos en reuniones familiares él necesita receso para poder recargarse. Mi familia notaba esto, y pensaba que no les caía bien, y a veces hacían comentarios acerca de su comportamiento. Tuve que explicarles que no era algo en contra de ellos, y fue un momento de aprendizaje para ellos también. Para ayudarnos, mi esposo y yo creamos un plan donde nos señalamos cuando el necesitaba un tiempo de receso durante una visita familiar.

Ser razonables con sus expectativas

Lo más seguro es que su pareja no hable español, o no tiene ritmo para bailar su música. Podemos entrar en el error de que “si me ama, hará el esfuerzo”. Pero la realidad es que aprender un lenguaje nuevo como adulto es un don, y no es tan fácil poder pensar y hablar en un lenguaje diferente al lenguaje nativo. Me enojaba bastante al principio porque estaba centrada en que mi esposo aprendiera español para que se comunicase mejor con mi familia, pero no era por falta de esfuerzo. Me dediqué entonces a darme cuenta de las diferentes maneras que él intentaba comunicarse y relacionarse con mi familia. De esta manera, aprendí a valorar la manera en que él y su familia pasan tiempo juntos viendo deportes profesionales.

Compartir y celebrar los dones que trae cada cultura

Una de las cosas más bellas de una pareja mixta es poder compartir sus tradiciones. Durante la planificación de nuestra boda, incluimos elementos de cada una de nuestras culturas. La ceremonia fue bilingüe, y durante la recepción, incluimos comidas, música y bailes de cada una de nuestras culturas. Esto brindó la oportunidad de que ambas familias aprendieran y celebraran elementos de cada una de nuestras culturas. Fue super divertido ver como su familia y amistades disfrutaron aprendiendo a bailar merengue y mi familia la música country.

 

Crear nuevas tradiciones

Es bello poder unir elementos de cada cultura en la relación. En vez de solamente enfocarse en uno u otro elemento de cada cultura, intenten crear una unión de ambas culturas, y formar sus propias tradiciones. Ya sea comida, música, tradiciones…, es importante que existan elementos de las dos tradiciones que acomoden ambas culturas adecuadamente. Al final del día, las diferencias que pueden existir crean momentos para seguir aprendiendo y creciendo juntos. Durante nuestro noviazgo, Evan y yo creamos una lista de canciones en Spotify con música romántica de cada género, y así él aprendió a disfrutar de la música en español, y yo de la música country.

Ante todo, ser amigos y construir una vida en conjunto. El Papa Francisco nos recuerda en Amoris Laetitia lo importante que es la amistad en el amor conyugal. El nos dice: “Después del amor que nos une a Dios, el amor conyugal es la máxima amistad. Es una unión que tiene todas las características de una buena amistad: búsqueda del bien del otro, reciprocidad, intimidad, ternura, estabilidad, y una semejanza entre los amigos que se va construyendo con la vida compartida” (Amoris Laetitia, 123). Por último, no dejen a un lado el divertirse mientras se acomodan y continúan aprendiendo el uno al otro.

Matrimonios de 6 años y más

Por Alba Liliana Jaramillo

Armando y Carolina llevan 7 años de casados y hay momentos en los que sienten que no tienen nada nuevo de qué hablar o que, por el contrario, toda su conversación gira alrededor de su hijo de cinco años y ya no hay mucho de qué hablar como pareja.

Para que esto no suceda es importante tener en cuenta:

  • La pareja no debe permitir que los hijos ocupen todos los espacios de encuentro que deben seguir existiendo entre la pareja como salidas juntos, momentos de intimidad, celebraciones de pareja, gustos de pareja, entre otros.
  • Los hijos pequeños no deben dormir en la misma cama que sus padres, pues los padres deben transmitirle a los hijos el sentido de intimidad de la pareja, donde cada uno necesita un espacio privado y por lo tanto el hijo debe reconocer que el cuarto de los papás es  un espacio muy importante para los papás, el cual se puede compartir en el día para actividades lúdicas, pero debe siempre dormir en su propio cuarto.
  • A los seis años o más de la vida en pareja se pueden empezar a presentar momentos de rutina y monotonía que deben ser transformados en momentos de esparcimiento y nuevas formas de comunicación entre la pareja.
  • Es importante continuar enriqueciendo su vida de pareja con actividades que les ayuden a crecer y a fortalecerse, como Ejercicios Espirituales para parejas, talleres de crecimiento interior para parejas, cursos para padres y demás actividades que les permitan mantenerse firmes, para poder afrontar cada vez mejor las situaciones y crisis que se les puedan presentar de aquí en adelante. Los sacerdotes y ministros encargados de la vida familiar en cada parroquia puede informarles de retiros o actividades de crecimiento. También pueden consultar en las oficinas de vida Familiar (Family Life) de cada diócesis.
  • El empezar a consolidar un grupo de parejas de amigos, que tengan intereses y sobre todo valores y principios comunes es muy importante para mantener una red de apoyo, que permita compartir diferentes experiencias y colaborarse en diferentes aspectos.
  • Es de esperarse que el diálogo y la confianza haya ido creciendo con la relación. Por eso, no dejen pasar mucho tiempo para compartir con el esposo o la esposa, y sin que suene a reclamo, los sentimientos de molestia, desagrado o inconformidad que hayan experimentado, en cualquier aspecto de su vida en común. Eso les ayudará a mantener al día el inventario de su comunicación y permitirá sentir que están creciendo en conocimiento y confianza.
  • El amor crece con detalles. Por eso no den por contado que su pareja los quiere o que le han dado y expresado ya suficientemente su amor. Sigan conquistando su afecto y confianza con detalles, con llamadas, con notas o mensajes en el celular. A nadie le desagrada sentir que es aún amado y por el contrario, puede ser la ocasión para recrear la relación.
  • Por último, no dejen de rezar juntos. Ahora que ya se conocen mejor, saben que decirle sí a su pareja es una compromiso más realista y profundo que el que se dijeron la primera vez ante el altar. Aprovechen pues un aniversario para ir de nuevo a una misa o a una capilla donde en la intimidad del altar puedan invocar de nuevo la gracia de Dios que siempre asiste a quienes desean entregarse por amor, y repítanse de nuevo el sagrado compromiso de seguir viviendo el uno para el otro.

Los videos de Abel y Angela e Ignacia y Salvador es un buen ejemplo de los retos y soluciones para parejas en esta etapa del matrimonio. Véase también Espiritualidad del matrimonio y las técnicas de solución de conflictos. Lecturas complementarias: J. Dominian, El matrimonio: Guía para fortalecer una convivencia duradera. Ed. Paidos 1996; Alfons Van Steenwegen, Amor: Palabra de Acción. Reglas de juego para la relación de pareja. Ed. Lumen, 1998; Geneviève Hone y Julien Mercure, Las Estaciones de la Pareja, Ed. Sal Terrrae, 1996.

Happy family with a shopping cart

La Misión de ser Padres

Hoy parece que los padres de familia, como el péndulo de un reloj, han pasado de un extremo al otro: del autoritarismo al permisivismo. Algunos padres han representado este paso con esta afirmación: “somos los últimos hijos que tuvimos miedo a nuestros padres y ahora somos los primeros padres que tenemos miedo a nuestros hijos”.
 
“En el mundo actual, poco se discute de temas interesantes con respecto a la educación como el de la autoridad”, escribe C. Izquierdo; es éste, precisamente, uno de los problemas que afecta profundamente a los padres de familia: el de la autoridad con sus hijos; no saben cómo proceder; a veces se sienten confusos y desorientados.
 
Si se trata de concretar y definir el principal problema de los padres de familia hoy, dos palabras son suficientes para describirlo: confusión e incomunicación. Confusión, porque el fenómeno del cambio, radical y acelerado, tomó por sorpresa a los padres de familia; no están preparados para afrontar los problemas del momento; se encuentran con niños y jóvenes muy liberados. Incomunicación, porque muchos padres de familia tienen a flor de labios la expresión ‘No tengo tiempo’ cuando el hijo pide ser escuchado; el pluri-empleo del padre, el trabajo de la madre fuera del hogar, les quita el tiempo y la disponibilidad a favor de los hijos. “Existen tantos adolescentes, escribe Izquierdo, que nunca escuchan de sus padres una palabra de alivio, de cariño, de atención”. “Me temo,” continúa el autor, “que nuestro mundo está lleno de padres, pero de padres de niños huérfanos. Algunos están ahí, en el hogar, pero es como si no estuvieran; atienden prioritariamente el periódico, la televisión, los negocios, el teléfono-celular, los amigos, pero dejan aparcados a sus hijos, ante la tele, en su habitación, rodeados de cosas; piensan que con llenarlos de satisfacciones materiales ya han cumplido su misión educadora”.
¿Qué consecuencias se derivan de este comportamiento? Lo dice el mismo Izquierdo: “observo a numerosos adolescentes huérfanos de modelos parentales y educativos; suelen moverse en medio de personas mayores que tienen excesiva prisa, que quieren ganar más dinero, que sufren con la incómoda presencia de los hijos. Me encuentro con adolescentes huérfanos de comunicación interpersonal; se arrinconan en una discoteca, se pierden en el anonimato de la masa, huyen de toda profundización, ya que creen que el mundo no tiene sentido”. A este punto de la reflexión, podemos preguntarnos: el suicidio juvenil e infantil, que el mundo conoce con extrañeza, ¿no tendrá una causa primaria en esta incomunicación, en esta orfandad? Sobre el problema del suicidio juvenil e infantil no conocemos estudios al respecto, pero el ambiente dentro de la familia sin duda que tiene un influjo particular para bien o para mal, ciertamente.
Una autoridad familiar bien ejercida, según C. Izquierdo, tiene unas características especiales: la subsistencia de la misma familia, la convivencia y comunicación, el aprendizaje de la obediencia, el equilibrio personal, la responsabilidad para la vida. Los padres han de tomar decisiones diarias que les ayuden a los hijos a respetar los límites, que les ayuden a madurar como personas. La permisividad y el ‘dejar hacer’ son enemigos de la autoridad que ayuda a crecer.
No hay autoridad sin respeto fundamentado en la integridad, la sinceridad y la empatía con el prójimo, nunca en el miedo y en la imposición. Un estudio de la Universidad de Navarra (España) comprobó que el prestigio de los padres ante los hijos no depende ni del dinero que ganan, ni del carro que tienen, ni de la práctica de un deporte, ni tan siquiera del cargo que ocupan, sino que depende de tres factores: del ser persona humilde, generosa, serena, del modo de trabajar y del modo de tratar a los demás.
 

¿Conoces la técnica del espejo?

Si realizáramos una evaluación de las veces en que nos miramos al espejo, posiblemente el resultado del ejercicio nos daría una cifra inimaginable, ya que este objeto de necesaria tenencia es uno de los más visitados por mujeres y también por hombres.
 
Ahora, usted se preguntará: tiene algún efecto negativo mirarse en el espejo y de manera constante?  La respuesta posiblemente sea no, aunque existen personas narcisistas que no pueden vivir sin él (esperamos que usted no sea uno de ellos); y decimos que no, ya que  el espejo también podría utilizarse como herramienta de prevención o solución de conflictos en la familia.
 
Si usted lo duda, puede hacer el ejercicio que consta de cinco pasos; es muy fácil, solo basta tener un espejo (no importa el tamaño) y recordar visitarlo antes de comenzar una discusión  con un miembro de su familia. ¡Mucha atención!
 
Primer paso: antes de iniciar la discusión mírese en el espejo y concentre la mirada en su rostro; notará que la ira y el coraje no le permitirán reflejar el verdadero padre o madre,  esposo o esposa que es usted.
 
Segundo paso: cuando estés en el espejo, cuenta de 10 a 1 y durante el conteo trata de respirar  profundamente.
 
Tercer paso: Cuando hayas terminado de contar, piensa por un momento las cosas buenas que tiene el miembro de tu familia con quien vas a discutir.
 
Cuarto paso: Realiza una oración breve pidiéndole a Dios que coloque en tu boca palabras sabias para que  no hieras a la persona con quien vas a discutir.
 
Quinto paso: Por último, concentre nuevamente la mirada en su rostro. Notará que ahora la serenidad y la bondad, reflejarán el verdadero padre o madre, esposo o esposa que es usted. 
Seguramente  este ejercicio  conocido como la “técnica del espejo” si decides practicarlo te parecerá extraño, pero te vas a dar cuenta que será un buen instrumento para convertir  la discusión en diálogo; las palabras agresivas que en ocasiones utilizabas pasarán a ser palabras  suaves y moderadas; el tiempo pasará de ser desagradable a ser un momento agradable y único. Recuerda  abrazar a esa persona después del diálogo, con esto demostrarás que él o ella son importantes para ti, a pesar de lo que hayas dicho o escuchado.
 

 

Trata de practicarlo, te sentirás mejor y tu familia te lo agradecerá.  Pues con ello, el espejo que hay en tu casa no solamente cumplirá la función de proyectar tu belleza, sino también ayudará a solucionar discusiones en tu hogar.
 
Para mas información visite: www.iglesiasdomesticas.com  

A los pies de la Virgen del Parto

La Basílica de San Agustín en Roma, ubicada en proximidades de la plaza Navona,  es una de las primeras iglesias romanas construidas durante el Renacimiento en el año de 1420,  y reconstruida entre los años 1479 y 1483. Todos los días, esta Basílica recibe miles de peregrinos, entre turistas y devotos católicos, quienes la visitan para apreciar las bellas obras de arte como la Virgen de Loreto de Caravaggio, un fresco del Profeta Isaías de Rafael, la tumba de Santa Mónica, madre de San Agustín, y un lienzo de Guercino representando a los Santos Agustín, Juan Evangelista y Jerónimo, entre otros.
 
Cuando entras a la Basílica,  a tu mano izquierda, encuentras uno de los lugares más visitados por las parejas. Se trata de la Virgen del Parto, obra de Jacopo Sansovino (1518), donde la leyenda cuenta que la estatua fue realizada adaptando una antigua esfinge que retrata a Agrippina con su hijo Nerón en brazos.
 
Las parejas embarazadas o con el anhelo de serlo, postrados ante la virgen, le imploran a ella por un parto sano o el milagro de ser padres.  Nosotros no fuimos la excepción; tuvimos la fortuna de estar ante los pies de la Madre de Jesús y pedirle a ella para que cuide todo el proceso de embarazo de Andrea, siga bendiciendo en su desarrollo a nuestro hijo Thomás y nos conceda la dicha de tenerlo en nuestros brazos el 23 de noviembre.
Son muchos los milagros que  las parejas han obtenido. Basta con mirar alrededor de la virgen los detalles con la foto de los niños nacidos que le llevan a la Virgen a manera de promesa. 
 
Compartimos con ustedes la bella oración a la  Virgen del Parto, para que juntos encomendemos a las parejas que esperan en los próximos meses el nacimiento de su hijo; o por aquellas que desde la fe inagotable en Nuestro Señor, serán bendecidos con un bebé, en el tiempo de Dios.
 
Santa Madre de Dios y Virgen del Parto Divino,
venimos a tus pies para alabarte: Tú eres la hija predilecta
de Dios Padre, Tú eres la Madre de Dios Hijo hecho hombre,
Tú eres Templo de dios Espíritu Santo.
Tú eres la Virgen elegida desde la eternidad para
colaborar en la obra de nuestra salvación.
Pide a tu Hijo Jesús para nosotros una fe fuerte,
una esperanza sólida, una caridad generosa.
Virgen Madre, Confiamos a tu protección todas las madres
que te imploramos la salud para sus hijos y un parto sano,
de modo que la vida que llevan en su seno sea
defendida de todo peligro.
Concédeles poder volver ante ti con su criatura
para dar gracias a Dios, que obra maravillas
en quienes se acogen a Él con confianza.
Virgen del Parto, protege y defiende con amor todos los niños,
para que regenerados en el agua del bautismo
e incorporados a la Iglesia, crezcan serenos, llenos de vida,
se conviertan en testimonios valientes de tu Hijo Jesús y perseveren,
con la gracia del Espíritu Santo, en el camino de santidad. Amén.
Ave María…
Virgen del Parto Divino – Ruega por nosotros.

El significado del día de Acción de Gracias

El día de Acción de Gracias, es una de las fechas nacionales más importante en los Estados Unidos; fue celebrada por primera vez en 1621 por los pobladores de la Colonia de Plymouth, Massachusetts.
Cuenta la historia que estos Pilgrims (peregrinos o primeros inmigrantes) en el año de 1620 escaparon  de la pobreza en Inglaterra y se embarcaron en el “Mayflower” buscando libertad en el Nuevo Mundo. Una tormenta los sacó de su ruta y en noviembre de ese mismo año, llegan al norte de Plymouth. El primer invierno fue de grandes penurias para los colonizadores, sin embargo, aquellos que sobrevivieron, continuaron luchando y en la primavera sembraron su primera cosecha de maíz gracias a Squanto, un indio guerrero, que se hizo amigo de ellos. Les  enseñó a los colonizadores cómo sembrar y cultivar el maíz, y los ayudó a establecer buenas relaciones con las tribus indias vecinas. En 1621 en un gesto de amistad, los Pilgrims invitaron a los indios vecinos para que juntos celebraran una fiesta, en la que compartieron pavos y gansos, maíz, langostas, almejas, calabazas y frutas secas.
 
Este gesto realizado entre la comunidad indígena y los primeros inmigrantes, nos hace reflexionar que esta fecha no es solamente para que en familia nos reunamos y alrededor de una cena y demos gracias a Dios por todos los dones recibidos. Es un día para que junto a lo mencionado, reflexionemos a manera de examen de conciencia, las actitudes que hemos tenido con el prójimo, es decir, con la persona próxima a mi familia, que tal vez no es de aquí sino de allá; que tal vez no habla el idioma de aquí sino el de allá; que tal vez no tiene “papeles” de aquí sino los de allá; que tal vez se le dificulta adaptarse al estilo de vida de aquí porque todavía actúa como si estuviera allá. Que tal vez…    
Manifestémosle a Dios nuestro agradecimiento no solamente por todo lo que hemos recibido, sino por las acciones que él nos permitió hacer por el otro. Imitemos el gesto realizado hace tantos años atrás por el indio guerreo Squanto, quien sin importar la condición de los Pilgrims, les brindó su ayuda para que salieran adelante y vencieran el hambre y las incomodidades que como inmigrantes se vive al llegar a tierra extranjera.
 
¡Feliz día de “Acción de Gracias”! 

El Asesino de los esposos: La Indiferencia

Cuenta un esposo: mi esposa convive conmigo en un reservado silencio, un silencio del cual yo me siento culpable, Compartiendo el mismo techo, me volví radicalmente indiferente hacia ella, con actitudes en las que me he implicado personalmente en nuestra relación. Me he comportado como un extraño que decía quererla, aunque la tratara como objeto. En la hondura de mi intimidad, bien sé que mi esposa no me ha sido realmente indiferente; mi actitud ha sido más bien fingida, simulada. Ahora me pregunto: cómo puede alguien sentirse indiferente ante la persona a la que supuestamente quiere?

Me doy cuenta de que cometimos el error de los que viven un corto noviazgo sin tiempo para conocerse mejor, y en este limitado espacio se ve solo lo valioso en el otro, mientras permanecen ciegos a sus defectos que, como cualquier ser humano tiene, y que en los primeros años de vida conyugal empiezan a emerger y a ponerse de manifiesto. Creíamos que estar enamorados era suficiente para consentir a la celebración del matrimonio

Son varios los factores que pueden generar esta situación de indiferencia: un primer factor es creer que el amor es algo mágico… No. El amor humano, máxime el amor conyugal, es algo muy personal que surge del fondo del corazón de cada uno de los enamorados; es un amor que exige ser cultivado como una planta delicada, porque el amor que no crece, decrece y muere. El amor conyugal no es tan simple como se lo imaginan; los psicólogos hablan de los tres ingredientes del amor conyugal: pasión por parte del varón, afecto por parte de la mujer y el compromiso por parte de ambos; es lo que llaman la “triangularidad del amor.

Dentro de los factores sociológicos, sugeridos por G. Pastor, sociólogo español, están la edad, la religión, la cultura, el carácter, la raza, los hobys…, caracteres estos que auguran una buena amalgama en la vida de pareja. Ya la S. Escritura alude al “llegar a ser una sola carne”; tres verbos en futuro pone de presente el Génesis: el varón dejará a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y se harán los dos una sola carne”. Refiriéndose a esta amalgama del ‘una sola carne’, S. Juan Crisóstomo la compara con la mezcla de aceite y perfume; y Sto., Tomás de Aquino la identifica con la licuefacción de dos lingotes de oro en el crisol.

La vida conyugal es un proceso que se inicia con el enamoramiento, la elección del otro(a), el compromiso mutuo y el proyecto común; se trata de un proyecto en que unen los pareceres de ambos, junto con la visión que cada uno tiene de la vida futura que añoran, para caminar en la misma dirección. De aquí que los esposos deben vivir el tiempo con visión de futuro en el presente de cada día; es un error mayúsculo quedarse anclados en el pasado, añorando las cosa pasadas y guardando recuerdos ingratos; a nadie le agrada que le estén recordando un pasado negativo. 

 

La vida conyugal se teje diariamente con mil detalles, tal vez sencillos pero efectivos para construir una relación auténtica de personas humanas y de cónyuges: el saludo, la sonrisa, el abrazo, un servicio, una caricia, un beso, el buen humor, traerle a ella un ramo de flores, recordar la fecha del cumpleaños, de la boda, admirar el cambio de peinado de ella, el estrén de vestido, etc. En cuestión de detalles los varones somos escasos, tacaños; las mujeres son más dadas al detalle. A veces la falta de un detalle puede ser considerada como indiferencia.

Si los cónyuges en el matrimonio, mutua y recíprocamente no contribuyen a reconocer e incrementar el valor que hay en el otro(a) y en sí mismo, ninguno de los dos puede crecer. Por esta razón, sin la comunicación, el matrimonio no puede caminar hacia adelante en la realización del proyecto común de pareja.

A propósito de ‘comunicación’, es importante tener presente los factores que bloquean la comunicación entre esposos: sean las expresiones verbales, como también las no verbales que damos con simples gestos. De verdad que la indiferencia termina siendo un asesino silencioso de la vida conyugal; la indiferencia lleva a la rutina en la vida matrimonial y ésta a perder el sentido auténtico de un buen matrimonio, de un matrimonio feliz.

Para mas información visite: www.iglesiasdomesticas.com

Las Tres “T” en la Familia

En su viaje reciente del Papa Francisco a Sud-América, aludiendo a la ‘cuestión social’, hizo referencia a las tres ‘T’: ‘TECHO, TRABAJO, TIERRA’. Tres elementos en los que se ve involucrada la familia, como elementos muy importantes para su adecuado desarrollo. En la Carta de los derechos de la familia, publicada por la Sta. Sede (1.983) se pueden encontrar alusiones expresas a estos tres elementos.

A propósito de ‘TECHO’ dijo el Papa Francisco: “una casa para cada familia. Hoy hay tantas familias sin vivienda, o bien porque nunca la han tenido, o bien porque la han perdido por diferentes motivos. Familia y vivienda van de la mano. Pero además, un techo, para que sea hogar, tiene una dimensión comunitaria. Hoy vivimos en inmensas ciudades que se muestran modernas, orgullosas y hasta vanidosas. Ciudades que ofrecen innumerables placeres y bienestar para una minoría feliz…. pero se le niega el techo a miles de vecinos y hermanos nuestros, incluso niños”. Es el problema del cordón de miseria que rodea a las grandes ciudades.

 

Respecto del TRABAJO dijo el Papa: “el desempleo juvenil, la informalidad y la falta de derechos laborales son inevitables, son resultado de una previa opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima del ser humano. Todo trabajador, esté o no esté en el sistema formal de trabajo asalariado, tiene derecho a una remuneración digna, a la seguridad social y a una cobertura jubilatoria.

 

El Papa Juan XXIII habló en su tiempo acerca del salario familiar: aludía a que el obrero, el trabajador debe ganar un salario, no como individuo aislado, sino como miembro responsable de una familia (una esposa, unos hijos), y él mismo comenzó a dar ejemplo organizando el salario familiar para los empleados del estado vaticano, e instó a todos los estados del mundo a hacer otro tanto.

 

En muchos países se habla de ‘salarios de hambre’… Incluso, se da el caso discriminatorio: a un hombre soltero o casado sin hijos o con pocos hijos se le brinda la posibilidad de trabajo en las empresas, mientras que a un padre de familia con varios hijos se le niega para no tener que pagar el subsidio familiar.

 

La TIERRA es la tercera ‘T’ a que alude el Papa: “me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no por guerras o desastres naturales. El acaparamiento de tierras, la desforestación, la apropiación del agua, los agro-tóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al ser humano de su tierra natal”.

 

También sobre la posesión de la tierra hay una estadística significativa: si distribuimos la población mundial en tres grupos y los bienes creados disponibles en cinco grupos, tendremos este resultado: una tercera parte de la población está apoderada de las cuatro quintas partes de los bienes; esto equivale a decir que mientras unos pocos mueren de indigestión, muchos mueren de hambre.

 

Este el problema del latifundio de unos cuantos y el minifundio, si es que lo tienen, de muchos. La propiedad sobre la tierra tiene una dimensión social. El texto bíblico del Génesis hace hablar a Yhavé diciendo: “sed señores de toda la creación y dominadla”; ser señor el hombre y la mujer de cuanto fue creado significa, en primer lugar, tener un techo para abrigarse, tener un trabajo digno para sustentar a la familia, tener un trozo de tierra suficiente para ejercer su´ señorío.

 

El Concilio Vaticano II, refiriéndose a la vida económico-social, escribió en la Gaudium et spes que  “el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social” (n. 63). Y un poco más adelante añade: “el lujo pulula junto a la miseria. Mientras unos pocos disponen de un poder amplísimo de decisión, muchos carecen de toda iniciativa y de toda responsabilidad, viviendo con frecuencia en condiciones de vida y de trabajo indignas de la persona humana”.

 

Techo, trabajo, tierra, tres condiciones para que el individuo y la familia puedan desarrollar su vocación de ‘señores’ de la creación. El mundo fue creado para todos, no para unos pocos. La doctrina social de la iglesia ha elaborado abundante literatura sobre estos tópicos; desafortunadamente se queda en los anaqueles de las librerías o de las bibliotecas; es doctrina que hace falta llevarla a la práctica; esto de poner por obra la doctrina social de la iglesia es competencia de los laicos comprometidos.

 

El Concilio Vaticano II fue enfático en subrayar la misión de los laicos: “a la conciencia bien formada del seglar toca lograr que la ley divina quede grabada en la ciudad terrena. Pero no piensen que sus pastores están siempre en condiciones de poderles dar inmediatamente solución concreta en todas las cuestiones, aun graves, que surjan. No es esta su misión. Cumplan más bien los laicos su propia función con la luz de la sabiduría cristiana y con la observancia atenta de la doctrina del Magisterio” (Gaudium et spes n. 43). Pero sí creemos que es tarea de la jerarquía motivar y preparar a los laicos para cumplir su misión.
Para mas información visite: www.iglesiasdomesticas.com

¿Qué significa el amor?

El articulo de una revista argentina con este título – Qué significa el amor – publicaba en 1994, presentó 46 posibles definiciones que muchas parejas de enamorados daban de cómo conciben el amor. Es difícil intentar reproducirlas todas en este espacio. Nos limitaremos a glosar algunas de ellas, las que suenan más interesantes. Algunas de ellas son éstas:

–       Es dar sin calcular si amo más, si amo menos. Es perdonar. Es comprender. Es aceptarse a sí mismo para luego hacer con el otro tal cual. Es estar juntos en las buenas y en las malas, es esperar, tolerar, escuchar, callar, hablar…

 

–       Podríamos resumir el amor en una pequeña frase: ‘cuenta conmigo’, o ‘a mi me agradaría estar contigo’. El amor nos hace vivir un cierto éxtasis que no significa vivir en la fantasía, porque los dos  somos personas diferentes con distintos gustos, defectos y virtudes. Es allí donde el amor  nos hace aceptar, cambiar, perdonar y, ¿porqué no? hacer feliz al que está a  nuestro lado.

 

–       Nos resulta  muy difícil encontrar una definición del AMOR. No obstante, lo consideramos un sentimiento que crece cada día. No tiene límites, ni tiempo, ni espacio; es mucho más que un querer. Es algo que se da y se recibe.

 

–       Nos es muy difícil escribir sobre el AMOR. Sabemos que es un sentimiento que a los dos nos atrapa. Es una semillita que a medida que nos conocimos y nos tratamos fue creciendo y creemos que ya es una planta. Tal vez todo esto sea muy platónico, pero es una forma de decir lo que entendemos por nuestro AMOR.

 

Cada una de las 46 definiciones que han dado acerca de la naturaleza del amor son diferentes; apuntan a querer decir algo sublime, inexpresable con términos humanos. Tienen razón al no lograr aprisionar el concepto de amor en una definición porque el AMOR es un misterio. El Evangelista Juan, queriendo definir lo que es Dios, no halló otro vocablo mejor que decir que DIOS ES  AMOR.

 

De este Amor Divino participan a su manera el varón y la mujer porque fueron creados a imagen y semejanza de Dios. San Juan Pablo II,  en su primera carta encíclica – Redemptor hominis– escribió que “el ser humano no puede vivir sin amar; sería un ser incomprensible, su vida estaría privada de razón de ser si no encuentra el amor, si no participa de él vivamente, si no lo experimenta” (n. 10).

 

DIOS-AMOR, y al crear al varón y la mujer a su imagen y semejanza, los ha creado diferentes para que expresen en forma distinta lo que es el amor. De aquí que varón y mujer amen en forma diversa:

 

·         En él el amor tiene una dimensión carnal, en ella el amor tiene dimensión afectiva,   
·         En él el amor da importancia a la acción, en ella a las palabras.
·         En él el amor es dudoso, incierto, en ella es un amor subterráneo y progresivo.
·         En él el amor se manifiesta como admiración, en ella como una atracción.
·         En él el amor es un amor de conquista, en ella es un amor que pide protección.

 

   Estas diferencias en el modo de amar hacen que varón y mujer  sean seres complementarios, es decir, que él necesita de ella y ella de él para llegar a ser una sola carne en la vida de pareja.  Esta complementación necesita del tiempo; con razón que el libro del Génesis, aludiendo a la complementación haya empleado tres verbos en futuro: “el varón dejará a su padre y a su madre, Se unirá a su mujer y se harán los dos una sola carne”.

 

 Esta reflexión sobre el AMOR nos lleva a concluir diciendo que amar es asemejarnos a Dios; de ahí que el amor sea algo divino.

Importancia del optimismo en la Familia

Es fácil detectar la diferencia entre una persona pesimista y una optimista; un ejemplo muy sencillo: el pesimista no recuerda que el lirio pertenece a la familia de la cebolla; el optimista, en cambio, nos recuerda que la cebolla pertenece a la familia del lirio. Son puntos de vista diferentes. El optimismo es una característica que permite interpretar acontecimientos externos de una manera favorable y positiva, independientemente de su carácter.
 
Las personas optimistas tienden a fijarse más en el lado amable y constructivo de la vida; suelen ver posibilidades y soluciones donde otros no ven nada más que problemas y dificultades. Una actitud optimista está relacionada con la confianza en las propias capacidades de lograr lo que nos proponemos; es decir, con una alta auto-estima. Los beneficios que reporta una actitud optimista son evidentes: mejor estado de salud en general, se es más alegre y entusiasta, más emprendedor; suelen enfermarse menos y si enferman se recuperan más rápidamente.
 
Tener optimismo no es garantía del éxito, no soluciona los problemas, no tiene un efecto mágico para salir triunfante, pero sí nos permite recuperarnos más fácilmente en los fracasos. No se trata de desear las cosas o dejarlas a la suerte; hay que hacer que ocurran. Una actitud razonablemente optimista impulsa a buscar de manera reflexiva soluciones a las dificultades, lo cual permite tratar los hechos desde perspectivas diferentes y analizar las cosas a partir de los puntos favorables.
 
Para una pareja de esposos, para una familia, el optimismo es energía que transforma, incluso lo negativo en perspectivas esperanzadoras: siempre es posible mejorar la conducta, encuentra soluciones poniendo en juego el ingenio, puede sonreír entre las lágrimas, ver el sol entre la niebla, transformar la adversidad en un desafío.
 
Pero se debe fomentar el optimismo con actitudes concretas: revisando qué se puede hacer para mejorar lo que está mal y no quedarse en la crítica y la queja; tratando de ocuparse de las situaciones y no quedarse solo en la preocupación; ver lo positivo de las otras personas y valorarlo en su justo precio; revisar lo que sabotea el optimismo, como es la inseguridad.
Un recurso que favorece el optimismo es el desarrollo de la ‘riso-terapia’; es un recurso tan sencillo, pero muy efectivo: nadie es tan rico que no necesite de una sonrisa, y nadie es tan pobre que no pueda enriquecer al hermano con una sonrisa. Se ha comprobado científicamente que la risa es un tónico de la vida, es un elixir, y que es la mejor medicina de que pueda disponer el ser humano. Alguien definió la sonrisa como ‘la estampilla de Dios’.
 
Incluso para la corrección del hermano puede ser útil una sonrisa no burlesca: es tan diferente corregir a otro con agresividad, humillándolo, a corregir con una sonrisa, tal vez picaresca, que le haga entender que falló en la conducta, pero que ha encontrado a alguien que lo comprende y que quiere ayudarlo.
 

 

Dicen que para hacer una mueca de rechazo y de desagrado hay que poner en movimiento 74 músculos de la cara; en cambio, para sonreír bastan solo 16; de ahí que se concluya sugiriendo un buen slogan: ‘sonría, que cuesta menos’. Se recuerda con grata impresión cuando Juan Pablo I, recién elegido Papa, apareció en el balcón de la basílica del Vaticano sonriendo; aquella sonrisa le dio la vuelta al mundo y desde entonces se le llamó como ‘el Papa que sonríe’. Una sonrisa puede hacer historia.
Para más información visite: https://www.iglesiasdomesticas.com/