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¿Por qué debemos celebrar el día del Padre?

Ya es común para muchos de nosotros celebrar este día; muchos crecimos haciendo tarjetas, preparando detalles y buscando regalos, para recordarles a nuestros padres en su día, lo importante que son, lo que significan en nuestras vidas, llenarlos de atenciones y de mimos. Está fiesta nació en los Estados Unidos gracias a la hija del veterano de la Guerra Civil, el Sr. Henry Jackson Smart; la Señorita Sonora Smart Dodd, quien al igual que sus cinco hermanos, perdió a su madre cuando dio a luz al sexto de ellos. Desde entonces el Sr. Smart, crio y educó a sus seis hijos, solo y sin ayuda, en una granja del estado de Washington. Mientras ella escuchaba un sermón sobre el día de la Madre en el año de 1909, nació en su mente la idea de celebrar este día tan especial. Esta idea no prospero sino hasta el año de 1966 cuando el Presidente Lyndon Johnson lo declaró como fiesta nacional que se celebraría el tercer domingo del mes de Junio.  
  
Sin embargo, esta celebración al igual que tantas otras, se han convertido en un negocio y para muchos en un día superficial, incluso en otras religiones y culturas, no festejan este día. Los dueños de los grandes almacenes lo aprovechan para salir de su inventario y cumplir con la meta del mes de junio. Otros viven este día sin el verdadero sentido y se traduce en la excusa perfecta, para dar un detalle a ese papá que nunca se llama, al que está olvidado de la sociedad y de la familia, aquel que por viejo se encuentra en un hogar geriátrico. Muchos no queremos festejarlo porque tal vez, tenemos resentimiento o rencor porque nuestro viejo no fue el modelo perfecto de papá; desafortunadamente, hay muchos que no conocen a sus progenitores porque fueron abandonados desde muy niños, y otros crecieron siendo huérfanos de padre y madre.  
 
La palabra Padre, se deriva del latín Pater (jefe de familia, patrono, defensor o protector). A nivel católico esta definición pasa de ser simple a resumir todo el Ministerio de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. No es una definición vacía y sin sentido, significa que, desde el Padre, Creador de toda la humanidad, se le dio un papel protagónico a quien llamaríamos Papá y Padre. Los que han escuchado y aplicado muy bien su responsabilidad, merecen el reconocimiento de sus esfuerzos, de su arduo e incansable trabajo en pro del bienestar de su familia. Aquellos que sin importar el cansancio o dolor físico apuestan por la educación de sus hijos, basada en el amor y el respeto por sus padres y por el prójimo; en la fe y en la caridad, en la ayuda desmedida a los demás para la construcción de un mundo mejor. Papás quienes creen que criar hijos bajo estos y otros invaluables principios, dejará un futuro próspero y vivible para las futuras generaciones.
 
Debemos entonces, festejar diariamente y en especial este día, el Día del Padre; no olvidando por supuesto a todas esas personas que han tenido que ser Padre y Madre a la vez, me refiero a las madres solteras, a aquellos hombres que han asumido el rol de papás progenitores sin serlo, aquellos que deseando serlo, no han podido y decidieron adoptar a un niño huérfano. A todos los demás que en algún momento de su vida ha hecho las veces de padres y madres, dando un consejo y ayudando a los hijos perdidos y olvidados. A todos ellos un “Feliz Día del Padre”

A los pies de la Virgen del Parto

La Basílica de San Agustín en Roma, ubicada en proximidades de la plaza Navona,  es una de las primeras iglesias romanas construidas durante el Renacimiento en el año de 1420,  y reconstruida entre los años 1479 y 1483. Todos los días, esta Basílica recibe miles de peregrinos, entre turistas y devotos católicos, quienes la visitan para apreciar las bellas obras de arte como la Virgen de Loreto de Caravaggio, un fresco del Profeta Isaías de Rafael, la tumba de Santa Mónica, madre de San Agustín, y un lienzo de Guercino representando a los Santos Agustín, Juan Evangelista y Jerónimo, entre otros.
 
Cuando entras a la Basílica,  a tu mano izquierda, encuentras uno de los lugares más visitados por las parejas. Se trata de la Virgen del Parto, obra de Jacopo Sansovino (1518), donde la leyenda cuenta que la estatua fue realizada adaptando una antigua esfinge que retrata a Agrippina con su hijo Nerón en brazos.
 
Las parejas embarazadas o con el anhelo de serlo, postrados ante la virgen, le imploran a ella por un parto sano o el milagro de ser padres.  Nosotros no fuimos la excepción; tuvimos la fortuna de estar ante los pies de la Madre de Jesús y pedirle a ella para que cuide todo el proceso de embarazo de Andrea, siga bendiciendo en su desarrollo a nuestro hijo Thomás y nos conceda la dicha de tenerlo en nuestros brazos el 23 de noviembre.
Son muchos los milagros que  las parejas han obtenido. Basta con mirar alrededor de la virgen los detalles con la foto de los niños nacidos que le llevan a la Virgen a manera de promesa. 
 
Compartimos con ustedes la bella oración a la  Virgen del Parto, para que juntos encomendemos a las parejas que esperan en los próximos meses el nacimiento de su hijo; o por aquellas que desde la fe inagotable en Nuestro Señor, serán bendecidos con un bebé, en el tiempo de Dios.
 
Santa Madre de Dios y Virgen del Parto Divino,
venimos a tus pies para alabarte: Tú eres la hija predilecta
de Dios Padre, Tú eres la Madre de Dios Hijo hecho hombre,
Tú eres Templo de dios Espíritu Santo.
Tú eres la Virgen elegida desde la eternidad para
colaborar en la obra de nuestra salvación.
Pide a tu Hijo Jesús para nosotros una fe fuerte,
una esperanza sólida, una caridad generosa.
Virgen Madre, Confiamos a tu protección todas las madres
que te imploramos la salud para sus hijos y un parto sano,
de modo que la vida que llevan en su seno sea
defendida de todo peligro.
Concédeles poder volver ante ti con su criatura
para dar gracias a Dios, que obra maravillas
en quienes se acogen a Él con confianza.
Virgen del Parto, protege y defiende con amor todos los niños,
para que regenerados en el agua del bautismo
e incorporados a la Iglesia, crezcan serenos, llenos de vida,
se conviertan en testimonios valientes de tu Hijo Jesús y perseveren,
con la gracia del Espíritu Santo, en el camino de santidad. Amén.
Ave María…
Virgen del Parto Divino – Ruega por nosotros.

Nosotros Oramos 3860 días…y Dios respondió

“Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol” Eclesiastés 3,1
 
Nos casamos el 16 de julio del año 2005 en la capital colombiana. Al año, mi esposa fue diagnosticada con endometriosis (quistes en el Ovario), la cual la llevó a una cirugía conocida como laparoscopia para remover y limpiar los ovarios (encargados de producir los óvulos). El ginecólogo después de la cirugía, nos advirtió que en el futuro, podría volver  a aparecer nuevamente estos quistes.  Efectivamente, en el 2014, Andrea, fue nuevamente a cirugía; en este caso el pronóstico era más delicado, ya que había una infección en el útero que comprometía la trompa de falopio de la izquierda (tubos que conectan los ovarios con el útero); la cual fue removida con una segunda laparoscopia.
 
Estas dos cirugías, la falta de ovulación,  junto con la baja producción de esperma, la inmigración hacia los Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades, el trabajo excesivo, el estrés, entre otros, hacían parte de la lista de situaciones que no permitían que a nuestro hogar llegara la bendición que a largo de más de diez años estábamos esperando: Un hijo.
 
El 29 de febrero del presente año, un médico especializado en fertilidad, nos presentó cuatro razones por las cuales naturalmente no podíamos tener hijos. La única opción posible, según el especialista, era a través de la fecundación in vitro; opción que inmediatamente descartamos por nuestras creencias, ya que estas técnicas que provocan una disociación de la paternidad por intervención de una persona extraña a los cónyuges (donación del esperma o del óvulo, préstamo de útero) son gravemente deshonestas. Estas técnicas (inseminación y fecundación artificiales heterólogas) lesionan el derecho del niño a nacer de un padre y una madre conocidos de él y ligados entre sí por el matrimonio. Quebrantan “su derecho a llegar a ser padre y madre exclusivamente el uno a través del otro” (Catecismo de la Iglesia Católica No. 2376)
 
Fue entonces que el 24 de marzo, a vísperas de comenzar el triduo pascual, después de orar por 3860 días, sirviendo como esposos en la oficina de pastoral familiar hispana de la Diócesis de Raleigh, elaborando, desarrollando e implementado  proyectos a nivel de Cursos Pre-Matrimoniales, Encuentros de Pareja, Escuela de Padres, Programas de Educación Sexual para Padres, Métodos Naturales de Planificación Familiar y Ciclos de Catequesis para las familias, Dios nos respondió… Thomas Cardona-blanco tiene vida y se está formando en el vientre de mi bella esposa con 14 semanas, haciendo que nuestra existencia tenga un sentido más profundo en los que esperan en Dios y alcanzan recompensa.
 
Entendimos que los hijos llegan, no desde nuestros planes, sino el en el tiempo de Dios. Comprendimos que el Señor, desde su infinita sabiduría te utiliza como instrumento, a pesar de nuestras limitaciones, para fortalecer el matrimonio y la familia. Sin importar los dictámenes médicos, que en ocasiones te invita a ir en contra de la fe, Dios se toma su tiempo para pulirnos en el crisol de la fe, la perseverancia y la esperanza.
 
Si eres padre de familia, te invitamos para que hoy le expreses desde lo más profundo de tu corazón, cuanto amas a tus hijos. Si todavía no los tienes, te invitamos a orar a Dios, sin desanimarse, ya que hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol.
 

El significado del día de Acción de Gracias

El día de Acción de Gracias, es una de las fechas nacionales más importante en los Estados Unidos; fue celebrada por primera vez en 1621 por los pobladores de la Colonia de Plymouth, Massachusetts.
Cuenta la historia que estos Pilgrims (peregrinos o primeros inmigrantes) en el año de 1620 escaparon  de la pobreza en Inglaterra y se embarcaron en el “Mayflower” buscando libertad en el Nuevo Mundo. Una tormenta los sacó de su ruta y en noviembre de ese mismo año, llegan al norte de Plymouth. El primer invierno fue de grandes penurias para los colonizadores, sin embargo, aquellos que sobrevivieron, continuaron luchando y en la primavera sembraron su primera cosecha de maíz gracias a Squanto, un indio guerrero, que se hizo amigo de ellos. Les  enseñó a los colonizadores cómo sembrar y cultivar el maíz, y los ayudó a establecer buenas relaciones con las tribus indias vecinas. En 1621 en un gesto de amistad, los Pilgrims invitaron a los indios vecinos para que juntos celebraran una fiesta, en la que compartieron pavos y gansos, maíz, langostas, almejas, calabazas y frutas secas.
 
Este gesto realizado entre la comunidad indígena y los primeros inmigrantes, nos hace reflexionar que esta fecha no es solamente para que en familia nos reunamos y alrededor de una cena y demos gracias a Dios por todos los dones recibidos. Es un día para que junto a lo mencionado, reflexionemos a manera de examen de conciencia, las actitudes que hemos tenido con el prójimo, es decir, con la persona próxima a mi familia, que tal vez no es de aquí sino de allá; que tal vez no habla el idioma de aquí sino el de allá; que tal vez no tiene “papeles” de aquí sino los de allá; que tal vez se le dificulta adaptarse al estilo de vida de aquí porque todavía actúa como si estuviera allá. Que tal vez…    
Manifestémosle a Dios nuestro agradecimiento no solamente por todo lo que hemos recibido, sino por las acciones que él nos permitió hacer por el otro. Imitemos el gesto realizado hace tantos años atrás por el indio guerreo Squanto, quien sin importar la condición de los Pilgrims, les brindó su ayuda para que salieran adelante y vencieran el hambre y las incomodidades que como inmigrantes se vive al llegar a tierra extranjera.
 
¡Feliz día de “Acción de Gracias”! 

¡Solo Tres Meses Hasta La Boda!

Quedan más o menos tres meses hasta la boda y las preparaciones ya están bien en proceso. De hecho, justo el otro día Juan publicó en Facebook que habíamos alcanzado el hito de “cien días hasta la boda” y mi mamá me contó más tarde que cuando ella la vio casi entró en un pánico pensando en todo lo que hay que hacer todavía. A pesar de la locura del horario actual de Juan y yo en cuanto a trabajo y estudio, hemos logrado hacer algunas cosas desde nuestro último blog. Después de elegir las lecturas, pudimos hacer algunas decisiones de la música. Queremos tener música un tanto más tradicional, con “Oh Dios, sé mi visión” para la canción del ofertorio y un hermoso preludio de Ave María. Estoy todavía considerando tener partes de la Misa en latín. Puede ser una manera bonita de reflejar la iglesia universal ya que vamos a tener representados dos grupos idiomáticos.

En adición a las preparaciones de boda, hemos también entrado en un tiempo de preparación de matrimonio más intenso. El lunes pasado, tuvimos nuestra primera reunión con Juan y Carmen, el matrimonio monitor que va a trabajar con nosotros en el programa de preparación de matrimonio del arzobispado de Santiago. Estuvimos un poco nerviosos, por no saber qué esperar, y con un poco de aprehensión en cuanto a compartir detalles personales con desconocidos, ya que el programa es diseñado para cubrir temas sensibles, para asegurar que los novios han pensado y enfrentado a algunos de los temas más polémicos del matrimonio.

Nuestra primera sesión empezó con un poco de aventura y por aventura, quiero decir que nos perdimos completamente. Salimos para la reunión desde la universidad, después de estar todo el día trabajando (habíamos estado fuera de nuestros departamentos ya para 12 horas fijas). La casa de nuestro matrimonio monitor estaba bastante lejos de la universidad y no estuvimos seguros de cómo llegar. Solo teníamos una idea general de la ruta y los nombres de algunas calles, así planeamos llegar a la última parada del metro, de allí tomar un bus, y usar google maps para confirmar nuestra trayectoria. Fue un buen plan hasta que se murieron los dos celulares en el metro. Luego, no pudimos encontrar la parada de bus que no estaba donde pensábamos que iba a estar. Empezamos a caminar unas calles que sabíamos que eventualmente nos llevaría a la dirección correcta, con la esperanza de tomar un taxi cuando pasó.

Pero no pasó ningún taxi.

Al final caminamos/corrimos más o menos 3 km en una calle residencial (estaba llevando tacones además) y por suerte llegamos solo diez minutos atrasados, lo cual, por estándares chilenos, fue casi temprano.

Tocamos el timbre, sin saber que esperar y también un poco autoconsciente con respecto a nuestra apariencia un tanto desordenada después de tanto correr en ropa de trabajo. Carmen y Juan contestaron la puerta y amablemente nos dieron bienvenida. Empezamos con presentaciones y a Juan y yo nos gustó averiguar que son del movimiento Schoenstatt (un movimiento católico de sacerdotes, religiosos, matrimonios, y  hombres y mujeres solteros) con lo cual Juan y yo habíamos estado involucrado desde el año pasado.

Empezamos la sesión con una oración y Juan y Carmen nos invitaros a hablar sobre las actividades del libro de preparación matrimonial que habíamos preparado la semana antes. Aunque, como dije, entramos en la reunión con bastante aprensión, fue muy rico hablar sobre las actividades con ellos. Fueron muy atentos a lo que dijimos y compartieron sus propias experiencias con respecto a lo que nosotros estamos viviendo. Específicamente, nos dimos cuenta mientras leíamos el capítulo del libro que necesitamos manejar mejor el estrés provocado por nuestros horarios difíciles. Entre las clases que enseño y mi tesis, y el semestre difícil de Juan, hemos estado con frecuencia trabajando hasta las once por la noche, solo para despertarnos temprano el día siguiente. Ha sido tan loco que es suficientemente difícil encontrar tiempo para cocinar y lavar la ropa, y aún más difícil pasar tiempo juntos sin que el trabajo nos distraiga.

Cuando explicamos nuestra situación a Carmen y Juan, ellos nos recordaron que estos tiempos más difíciles o estresantes vendrán en ciclos durante nuestra vida, así es importante que cuando llegan, encontramos equilibrio entre nuestra relación y trabajo de una manera en que los dos podamos estar de acuerdo, enfoquemos en ayudarnos el uno al otro, y que no dejamos que el estrés cree discusiones.

Mientras Juan y yo lo hablamos más tarde, decidimos que necesitamos hacer una prioridad de tener una cita semanal, fuera de nuestros departamentos, y preferiblemente fuera del barrio donde vivimos. Aunque hemos preferido pasar nuestras citas viendo una película o cocinando juntos en uno de nuestros departamentos, mayormente para no gastar dinero y también porque vivimos en el centro de la cuidad así que el exterior está un tanto contaminado y ruidoso y no muy relajante. El problema es que nosotros estudiamos en nuestros departamentos, y yo hago la mayoría de mis planificaciones de enseñanza allí también. Nuestros departamentos efectivamente son nuestras oficinas y por lo tanto, es muy importante que nosotros salgamos, aun si solo para dar un paseo en el parque.

Nos sentimos muy bien al haber hecho una resolución para nosotros que creo que tendrá un impacto muy positivo en nuestra relación. Después de esta primera sesión, estuvimos emocionados para las próximas sesiones, las cuales involucrarán temas como el dinero, el planeamiento familiar y la sexualidad, la familia de origen, y otros temas importantes.

Si tienen un programa parecido en su diócesis y se sienten nerviosos o aprensivos al respecto, no se preocupen. Van a ganar mucho de la experiencia y aprender tanto de las áreas de su relación donde Dios te está pidiendo que mejoran como pareja.

Pero un consejo: Averiguen bien de antemano la ubicación de la reunión.