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Por Tu Matrimonio

Lecturas del Nuevo Testamento para la liturgia nupcial

Las lecturas en la liturgia de una boda católica son una proclamación de la Palabra de Dios y de la fe de la Iglesia sobre el matrimonio. Por esta razón, se limitan a lecturas de la Sagrada Escritura (la Biblia). Hay catorce opciones para la segunda lectura del Nuevo Testamento.

Puede resultarles útil reflexionar en oración sobre cada lectura y elegir las que hablan de sus esperanzas y sueños para su matrimonio cristiano. A continuación se encuentran cada lectura en su totalidad, así como un comentario para proporcionar algo de contexto y destacar los temas clave de cada lectura.

Nuevo Testamento

Lectura de la Carta del apóstol San Pablo a los Romanos

Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra?
El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo?
¿Quién acusará a los elegidos de Dios?
Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene?
¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros?
¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo?
¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado;
pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios,
ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo,
ni creatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.


   Comentario:

Esta lectura concluye una larga sección inicial de la carta de Pablo a la comunidad cristiana que vive en Roma. Predica que el Evangelio anuncia la salvación para todos los pueblos, sean judíos o gentiles. Después, él ofrece reflexiones sobre nuestra justificación ante Dios. Así, las preguntas de este pasaje suenan un poco como una discusión de ida y vuelta. Es Cristo cuya muerte y resurrección nos ha justificado y ahora intercede por nosotros ante Dios (vs. 34). El amor que Cristo demuestra al morir por todos nosotros es un vínculo de amor que no puede romperse por nada – terrenal, sobrenatural o de otro tipo – (vs. 38-39).

La Iglesia ofrece un matrimonio sacramental, algo diferente y adicional al matrimonio civil. Los sacramentos son un encuentro y una participación en la vida de Jesucristo. Las parejas que se casan en la Iglesia Católica enraízan su relación en esta visión inspiradora del amor de Cristo. Es un amor que une y un amor inquebrantable. Los esposos que comparten esta fuerza de amor pueden tener la misma confianza que San Pablo, sabiendo que cuando surjan dificultades y sufrimientos, su amor les ayudará a salir adelante. Ninguna dificultad del cielo o de la tierra, de las criaturas, de los gobernantes o de los ángeles puede destruir su vínculo matrimonial. El amor de Cristo fue victorioso, y cualquier amor que lo imite compartirá el mismo don.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos

Hermanos: Por la misericordia que Dios les ha manifestado,
los exhorto a que se ofrezcan ustedes mismos como una ofrenda viva, santa y agradable a Dios,
porque en esto consiste el verdadero culto.
No se dejen transformar por los criterios de este mundo;
sino dejen que una nueva manera de pensar los transforme internamente,
para que sepan distinguir cuál es la voluntad de Dios,
es decir, lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Que el amor de ustedes sea sincero.
Aborrezcan el mal y practiquen el bien;
ámense cordialmente los unos a los otros, como buenos hermanos;
que cada uno estime a los otros más que a sí mismo.
En el cumplimiento de su deber, no sean negligentes y mantengan un espíritu fervoroso al servicio del Señor.
Que la esperanza los mantenga alegres; sean constantes en la tribulación y perseverantes en la oración.
Ayuden a los hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad.
Bendigan a los que los persiguen; bendíganlos, no los maldigan.
Alégrense con los que se alegran; lloren con los que lloran.
Que reine la concordia entre ustedes.
No sean, pues, altivos; más bien pónganse al nivel de los humildes.
A nadie devuelvan mal por mal.
Esfuércense en hacer el bien delante de todos los hombres.
En cuanto de ustedes depende, hagan lo posible por vivir en paz con todo el mundo.

Palabra de Dios.


  O bien: Forma breve:

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos

Hermanos: Por la misericordia que Dios les ha manifestado,
los exhorto a que se ofrezcan ustedes mismos como una ofrenda viva, santa y agradable a Dios,
porque en esto consiste el verdadero culto.
No se dejen transformar por los criterios de este mundo,
sino dejen que una nueva manera de pensar los transforme internamente,
para que sepan distinguir cuál es la voluntad de Dios,
es decir, lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Que el amor de ustedes sea sincero.
Aborrezcan el mal y practiquen el bien;
ámense cordialmente los unos a los otros, como buenos hermanos;
que cada uno estime a los otros más que a sí mismo.
En el cumplimiento de su deber, no sean negligentes y mantengan un espíritu fervoroso al servicio del Señor.
Que la esperanza los mantenga alegres; sean constantes en la tribulación y perseverantes en la oración.
Ayuden a los hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad.

Palabra de Dios.


   Comentario:

Cuando San Pablo habla de un sacrificio vivo, la gente pensaría inicialmente que se trata de una contradicción imposible. Los sacrificios implicaban la sangre de un animal ofrecida en el templo. Esto se hacía para expresar la vida moral, para compensar las propias faltas y para agradar a Dios. No obstante, San Pablo predica después de que la sangre de Jesús fuera derramada en la cruz. Ese sacrificio de su propia vida fue el cumplimiento de todos los sacrificios.

El Apóstol sugiere que los que siguen a Cristo deben ofrecer sus cuerpos como sacrificios vivos. Esta es la paradoja de la fe: el sacrificio, sobre todo el de la cruz, da la vida y evita la muerte. En otras palabras, San Pablo está diciendo que algo completamente nuevo tiene lugar por la muerte de Cristo en la cruz y su resurrección. La vida de los creyentes cristianos ha de ser diferente, y han de adoptar una nueva forma de vivir en el mundo a causa de las creencias que tienen.

Los maridos y las esposas deben comprometerse. Un compromiso exitoso implica el sacrificio de ambos. Los votos matrimoniales establecen que cada uno está dispuesto a sacrificarse amorosamente por el otro, cueste lo que cueste. La segunda parte de esta lectura delinea una serie de acciones externas y visibles que podemos hacer para reflejar un amor sacrificado que beneficie a los demás y al mismo tiempo agrade a Dios. Esta lista de altos ideales inspirará a muchas parejas, pero pretende ser una señal para todos los creyentes.

Las parejas que elijan la forma breve de esta lectura se perderán algunos pasajes maravillosos: “lloren con los que lloran”, “Que reine la concordia entre ustedes”, “A nadie devuelvan mal por mal”, “En cuanto de ustedes depende, hagan lo posible por vivir en paz con todo el mundo”. Estas imágenes expresan las esperanzas de muchas parejas, y deberían ser los ideales de todas. Proclamarlas aumentará la alegría de la celebración.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos

Hermanos: nosotros, si realmente somos fuertes,
debemos cargar con la debilidad de quienes no tienen esa fuerza
y no buscar nuestro propio agrado.
Que cada uno busque lo que agrada a su prójimo, ayudándole a crecer en el bien.
El mismo Cristo no hizo lo que le agradaba.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a ustedes vivir en perfecta armonía unos con otros,
conforme al espíritu de Cristo Jesús, para que, con un solo corazón y una sola voz
alaben a Dios, Padre de nuestro señor Jesucristo.
Por lo tanto, acójanse los unos a los otros como Cristo los acogió a ustedes, para gloria de Dios.
Que el Dios de toda esperanza los colme de gozo y paz en el camino de la fe
y haga crecer en ustedes la esperanza por el poder del espíritu santo.

Palabra de Dios.


   Comentario:

Esta lectura subraya la firme esperanza de San Pablo de que la comunidad cristiana de Roma pueda vivir en armonía. Hoy en día, en nuestra sociedad global, se habla mucho de vivir en paz con todos. Usamos frases como “estamos de acuerdo en no estar de acuerdo”; “nos respetamos unos a otros”; o “toleramos las cosas que no nos gustan”. Algunos matrimonios encuentran que estas frases pueden equilibrar las diferencias en su relación. Sin embargo, San Pablo pide una expresión particular de armonía, basada en la imitación de Cristo.

Esta lectura recordará claramente a los novios que el éxito de su matrimonio llegará cuando pierdan de vista su propio yo y centren sus energías en su cónyuge. Los esfuerzos que se hagan por el bien del otro construirán el matrimonio. Cristo nos ha aceptado e incluso acogido con todos nuestros defectos y faltas. La pareja que se ama procurará que su amor vaya más allá de sí mismos, hacia los amigos, la familia e incluso los desconocidos. Las parejas con convicciones de mejorar su sociedad y su comunidad de fe querrán considerar esta lectura. Los matrimonios más jóvenes que esperan largos años de matrimonio también apreciarán la oración por la resistencia, el ánimo, la alegría y la paz.

Lectura de la Primera Carta del apóstol San Pablo a los Corintios

Hermanos: El cuerpo no es para fornicar, sino para servir al Señor; y el Señor, para santificar el cuerpo.
Dios resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros con su poder.
¿No saben ustedes que sus cuerpos son miembros de Cristo?
Y el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él.
Huyan, por lo tanto, de la fornicación.
Cualquier otro pecado que cometa una persona, queda fuera de su cuerpo;
pero el que fornica, peca contra su propio cuerpo.
¿O es que no saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo,
que han recibido de Dios y habita en ustedes?
No son ustedes sus propios dueños, porque Dios los ha comprado a un precio muy caro.
Glorifiquen, pues, a Dios con el cuerpo.

Palabra de Dios.


   Comentario:

El apóstol Pablo escribe algunos de sus pensamientos más extensos a los corintios. En estas cartas responde a varios problemas que ocurren en Corinto. Algunos de ellos no difieren tanto de la sociedad actual, como las obligaciones matrimoniales y la inmoralidad sexual. Cuando esta lectura se proclama ante una asamblea reunida para una boda, todos sabrán que la inmoralidad a la que se refiere la frase inicial es de naturaleza sexual. Cuando se lee en la boda, esta lectura no tiene por qué sentirse severa ni como regaño. Por el contrario, defiende la belleza sobrenatural escondida el cuerpo humano.

Este pasaje de la Escritura apoya la enseñanza católica de abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio, precisamente por la dignidad que se otorga a cada cuerpo humano. Las relaciones sexuales afectan tanto al individuo como al cuerpo colectivo cristiano: la comunidad. Así como las acciones corporales pueden causar daño a otros y derribar el reino de Dios, también pueden utilizarse para glorificar a Dios (vs. 20). Pablo afirma que el cuerpo debe conformarse con el Señor. Se refiere al Señor resucitado (vs. 14) porque el cuerpo resucitado de Jesús es radiante y glorifica a Dios – una imagen de lo que nuestros cuerpos pueden ser. Además, nuestros cuerpos son un lugar apropiado para el Espíritu Santo (vs. 19). Cuando se considera que tiene el potencial de glorificar a Dios, las parejas pueden llegar a ver su intimidad sexual como un signo de lo sagrado.

Lectura de la Primera Carta del apóstol San Pablo a los Corintios

Hermanos: Aspiren a los dones de Dios más excelentes.
Voy a mostrarles el camino mejor de todos.
Aunque yo hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles,
si no tengo amor, no soy más que una campana que resuena o unos platillos que aturden.
Aunque yo tuviera el don de profecía y penetrara todos los misterios,
aunque yo poseyera en grado sublime el don de ciencia y mi fe fuera tan grande como para cambiar de sitio las montañas,
si no tengo amor, nada soy.
Aunque yo repartiera en limosnas todos mis bienes y aunque me dejara quemar vivo,
si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia;
el amor no es presumido ni se envanece; no es grosero ni egoísta;
no se irrita ni guarda rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad.
El amor disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites.
El amor dura por siempre.

Palabra de Dios.


   Comentario:

Este pasaje es conocido como el himno del amor. Es muy popular entre los católicos y otros cristianos, y toca cada fibra sensible del corazón de los novios en cuanto echan un vistazo a las opciones. La mayoría no se da cuenta inicialmente de que San Pablo no se dirige directamente a los esposos. Él está abordando muchas preocupaciones dentro de la comunidad cristiana de Corinto y busca fortalecer su unidad general. La comunidad parece haber perdido parte de la visión de la vida evangélica. Por eso, el apóstol ofrece estos pensamientos.

Ésta audaz visión cristiana del amor demuestra claramente que no puede reducirse a una emoción romántica. El amor se parece a algo. Aquí, San Pablo lo describe con detalle poético. Dice lo que es el amor – paciente, bondadoso, duradero – así como lo que no es – envidioso, arrogante, presumido, grosero, ni se irrita fácilmente. La lectura también predice lo que ocurre cuando el amor está ausente. Sin él, las vidas y las relaciones son como un gong ruidoso (un instrumento de percusión musical del este y sudeste asiático). Podemos acumular cosas, recibir una lluvia de regalos, e incluso regalar cosas, pero sin amor, todo es inútil. En realidad, lo que Pablo está describiendo, es un amor que se parece a Cristo, el que es el Amor encarnado.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1-6

Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor,
los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido.
Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor;
esfuércense en mantenerse unidos en el Espíritu con el vínculo de la paz. Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu,
como también una sola es la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido.
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos,
que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.

Palabra de Dios.


   Comentario:

En la primera parte de esta lectura, San Pablo da algunos atributos necesarios para vivir en la vida matrimonial: humildad, mansedumbre, paciencia, unidad y caridad. Son necesarios para vivir el “llamamiento que han recibido”, que es una gran responsabilidad en la vida de la Iglesia. El sacramento del matrimonio da muchas gracias a los cónyuges, especialmente cuando se establece la rutina y surgen las dificultades; estas gracias ayudan a los matrimonios a vivir con alegría su vocación.

La idea de unidad impregna la Misa Nupcial. Los dos esposos cristianos se unen primero a Jesucristo y a la Iglesia por medio del Bautismo. En la recepción de la Eucaristía, se les da una participación más íntima en la vida divina y se les introduce más profundamente en el Cuerpo de Cristo. Y en el mismo sacramento del matrimonio, los cónyuges se administran mutuamente el sacramento y se realiza una alianza indisoluble.

Los matrimonios están llamados a ser verdaderamente uno: un solo hogar, una sola familia, una sola carne, un solo corazón, una sola mente. Pero esta unidad no anula la personalidad individual. Más bien, la unidad matrimonial ayuda a cada persona a ser más ella misma. En el matrimonio, habrá momentos de desacuerdo y conflicto, pero la unidad de la pareja casada siempre será más fuerte. En última instancia, Dios mismo mantiene esta unidad y la fortalece. Con la gracia de Dios, cualquier división entre los cónyuges puede ser superada.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Efesios

Hermanos: Vivan amando, como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros.
Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo:
que las mujeres respeten a sus maridos, como si se tratara del Señor,
porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza y salvador de la Iglesia, que es su cuerpo.
Por lo tanto, así como la Iglesia es dócil a Cristo, así también las mujeres sean dóciles a sus maridos en todo.
Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella
para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, pues él quería presentársela a sí mismo toda resplandeciente,
sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e inmaculada.
Así los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son.
El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie jamás ha odiado a su propio cuerpo,
sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
Éste es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
En una palabra, que cada uno de ustedes ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.

Palabra de Dios.


  O bien: Forma breve:
Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Efesios

Hermanos: Vivan amando, como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros.
Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella
para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, pues él quería presentársela a sí mismo toda resplandeciente,
sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e inmaculada.
Así los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son.
El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie jamás ha odiado a su propio cuerpo, sino que le da alimento y calor,
como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
Éste es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Las parejas que buscan una imagen clara y fuerte del matrimonio sacramental gravitarán hacia este pasaje. Es el pasaje más expresivo del Nuevo Testamento sobre el matrimonio. También es complejo. Algunas parejas lo descartarán por considerarlo objetable para una perspectiva contemporánea del amor conyugal. El lenguaje de la lectura puede plantear desafíos pastorales. Sin embargo, las parejas que oran con este pasaje podrían cambiar sus objeciones iniciales por un abrazo animado de la visión del matrimonio que se ofrece aquí.

El autor hace una extensa meditación sobre el segundo relato de la creación y lo cita directamente (Génesis 2:18-24, 2ª opción del Antiguo Testamento). El autor está muy familiarizado con el Evangelio de Jesucristo, crucificado y resucitado. Las acciones de Cristo de sufrir, morir y resucitar marcan toda la diferencia del mundo, incluso para los esposos. El versículo inicial (2) indica cómo interpretar este pasaje: “Hermanos: Vivan amando, como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros”. Cristo lo hizo por la Iglesia, el cuerpo vivo de los creyentes. Los matrimonios constituyen la Iglesia doméstica. Su amor mutuo debe reflejar el amor que demostró Cristo. No se espera que den su vida por todo el mundo, pero sí que ofrezcan su vida por su cónyuge, al que aman. Es un amor que se ofrece y se da por el otro, o como dice el autor, “Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo” (vs. 21).

Algunos creen que este pasaje trata injustamente a las mujeres. El pasaje utiliza diferentes verbos – subordinar/respetar/ser dócil y amar – para describir las acciones de las esposas y los esposos, pero la intención es la misma. Ambos deben darse mutuamente y amar libremente al otro por el bien y la unidad de su familia.

El autor destaca la unidad presente en toda la creación. Cuando los esposos se dan y se aman mutuamente a imitación de Cristo, contribuyen a reforzar la unidad de la sociedad. Todo está conectado, y esta exhortación a los cónyuges a vivir como Cristo forma parte de su misión más amplia de “llevando su proyecto salvador a su plenitud al constituir a Cristo en cabeza de todas las cosas, las del cielo y las de la tierra” (1:10).

La forma breve elimina las dos referencias más evidentes a las esposas subordinadas. Esta podría ser la opción más sabia, especialmente si la persona que predica no tiene la intención de elaborar esta imagen bíblica en particular.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Filipenses

Hermanos: Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡alégrense!
Que la benevolencia de ustedes sea conocida por todos.
El Señor está cerca. No se inquieten por nada;
más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios
en la oración y la súplica, llenos de gratitud.
Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia,
custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Por lo demás, hermanos, aprecien todo lo que es verdadero y noble,
cuanto hay de justo y puro, todo lo que es amable y honroso,
todo lo que sea virtud y merezca elogio.
Pongan por obra cuanto han aprendido y recibido de mí,
todo lo que yo he dicho y me han visto hacer;
y el Dios de la paz estará con ustedes.

Palabra de Dios.

 Comentario:

Este pasaje insta al pueblo cristiano de Filipos a vivir plenamente en los ideales de la verdad, la justicia y el amor, saboreando al mismo tiempo la paz de Dios que los seguirá. Es un pasaje digno de una liturgia matrimonial, sobre todo porque la Iglesia Católica cree que los matrimonios y las familias son los pilares de la sociedad. Una pareja que ora humildemente a Dios mantiene sus corazones enraizados en Cristo y busca la verdad, la justicia y el amor, será una pareja que promueve la paz en su hogar y en la sociedad.

Las bodas en Estados Unidos se convierten con demasiada facilidad en elaboradas producciones y pueden ser fuente de enorme estrés para la pareja y sus amigos. Las parejas llevarán sus dudas y preocupaciones a la celebración de la boda. Algunas preguntas persisten: ¿Seremos capaces de establecer un hogar que nos guste? ¿Qué clase de padres seremos? ¿Cómo resolveremos nuestros problemas económicos? Este pasaje ayuda a poner todas esas cosas en perspectiva, ya que anima con audacia: “No se inquieten por nada”. Promueve una dependencia radical de Dios, cuya paz “sobrepasa toda inteligencia”. Comenzar una relación de alianza con la firme creencia y proclamación de que “el Dios de la paz estará con ustedes”, es una verdad reconfortante, y será motivo de alegría para la novia, el novio y los invitados.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Colosenses

Hermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él y les ha dado su amor,
sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes.
Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro,
como el Señor los ha perdonado a ustedes.
Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo,
esa paz a la que han sido llamados como miembros de un solo cuerpo.
Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza.
Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan.
Con el corazón lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales,
y todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús,
dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Esta selección de la carta a los Colosenses describe al pueblo lo que debe hacer ahora, a la luz de su resurrección con Jesucristo. A lo largo de gran parte del Nuevo Testamento se describe lo que es necesario para una comunidad cristiana buena y floreciente. Estas lecturas funcionan bien para la liturgia nupcial, pues los ideales de una buena sociedad son los ideales de un buen matrimonio.

La lista de características que abre el pasaje es una que toda pareja debería revisar regularmente. Pasar toda la vida creciendo ricamente en la compasión sincera, la humildad, la gentileza, el perdón, etc. será una vida bien empleada. La perfección de estos atributos será el amor. La imagen bíblica del amor no es una emoción o un sentimiento, sino que aquí es el pegamento y el motivador para que cada persona persiga una forma de vida más parecida a la de Cristo.

El versículo 15 hace referencia al “Cuerpo”, que es la Iglesia como Cuerpo de Cristo. Pero en la liturgia de la boda, podría referirse al hecho de que los dos se convierten en uno a través de este sacramento. Esta lectura sería un buen complemento de las lecturas del Génesis y del Evangelio que hacen referencia a que los dos se convierten en una sola carne, en un solo cuerpo.

El pasaje termina con un inspirador mandato: “Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza”, y en todas las cosas, “dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo”. Para los católicos, esto puede ser un suave recordatorio de la importancia de la Misa dominical. Abrimos nuestros corazones para recibir la palabra de Cristo cuando se proclaman las Escrituras en la Misa, y damos gracias en el altar del Señor. Vamos a Misa no por mera obligación, sino por amor, un amor que nos une a los demás y a Dios, que es Amor.

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Hebreos

Hermanos: Conserven entre ustedes el amor fraterno y no se olviden de practicar la hospitalidad,
ya que por ella, algunos han hospedado ángeles sin saberlo.
Acuérdense de los que están presos, como si ustedes mismos estuvieran también con ellos en la cárcel.
Piensen en los que son maltratados, pues también ustedes tienen un cuerpo que puede sufrir.
Que todos tengan gran respeto al matrimonio y lleven una vida conyugal irreprochable.
Que no haya entre ustedes avidez de riquezas, sino que cada quien se contente con lo que tiene.
Dios ha dicho: Nunca te dejaré ni te abandonaré; por lo tanto, nosotros podemos decir con plena confianza:
El Señor cuida de mí, ¿por qué les he de tener miedo a los hombres?

Palabra de Dios.


 Comentario:

En la preparación del matrimonio, una frase citada a menudo es que se necesitan tres para que el matrimonio tenga éxito: el marido, la mujer y Dios. Este breve pasaje habla de las formas en que Dios puede entrelazarse con la vida de la pareja. La hospitalidad generosa puede conducir a encuentros con las realidades divinas. Compartir los sufrimientos y las dificultades de los demás es una virtud. Está claro que amar a Dios y amarse unos a otros debe tener mayor prioridad que las preocupaciones por el dinero. Estos breves ejemplos ilustran cómo el Señor nos sostiene amorosamente.

Las parejas que han tenido dificultades en su vida pueden sentirse atraídas por este pasaje. Los que se resisten a las expectativas sociales de una celebración de boda extravagante y los que no tienen abundantes recursos económicos se encontrarán a gusto con este pasaje. En lugar de regalos para la casa de los novios, algunos piden a los invitados que hagan contribuciones a organizaciones benéficas. Este pasaje refuerza ciertamente esa conciencia social. Aquellos que han visto al Señor con ellos en su necesidad en el pasado podrían utilizar este pasaje como una proclamación de fe, de que confía en la presencia de Dios con ellos al embarcarse en su vida matrimonial.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro

Ustedes, mujeres, sean respetuosas con sus maridos,
para que, incluso si algunos de ellos se resisten a creer en la palabra de salvación,
sean ganados no por palabras, sino por la conducta intachable y recatada de ustedes.
No se preocupen tanto del adorno exterior: los peinados, las joyas y los vestidos,
sino de adornar interiormente el corazón con la belleza inalterable de un espíritu apacible y sereno.
Esto es lo que vale a los ojos de Dios.
Así se engalanaban en otro tiempo las santas mujeres,
que tenían puesta su esperanza en Dios y eran dóciles con sus maridos,
como Sara, que obedecía a Abraham y lo llamaba su señor.
Pues, si ustedes hacen el bien y no se dejan intimidar por nada, serán dignas hijas de ella.
En cuanto a ustedes, maridos, vivan la vida matrimonial en un clima de comprensión y respeto,
teniendo en cuenta que la mujer es una persona más delicada
y que, junto con ella, ustedes participan de la vida de la gracia.
Así, tendrán asegurado el fruto de sus oraciones.
Finalmente, vivan todos en armonía, sean compasivos,
ámense como hermanos, sean bondadosos y humildes.
No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto;
al contrario, pídanle a Dios cosas buenas para todos,
pues han sido llamados por él a poseer como herencia los bienes del cielo.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Esta carta fue enviada originalmente a cinco provincias romanas de Asia Menor, donde el cristianismo había echado raíces en algunas pequeñas regiones. Los romanos estaban nerviosos ante religiones externas como el cristianismo. Su sociedad era fuertemente patriarcal y temían que las nuevas religiones extrañas provocaran revueltas. Por eso incluye códigos domésticos y declaraciones éticas para las esposas, los esclavos y los niños.

Esta información puede ayudar a entender el duro tono de este pasaje para los lectores del siglo XXI. La mayor parte de la lectura está dirigida a las esposas. Se menciona: “En cuanto a ustedes, maridos, vivan la vida matrimonial en un clima de comprensión y respeto”. Los lectores se sentirán más a gusto con la visión de la vida matrimonial en las últimas líneas, que los animan a vivir todos en armonía, amándose compasiva y humildemente. Desafía a la pareja a resistir la tentación de jugar al juego de la culpa: “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto”. Los llama a una manera más elevada de relacionarse, esforzándose por ser una bendición el uno para el otro.

Lectura de la primera carta del apóstol San Juan

Hijos míos, no amemos solamente de palabra, amemos de verdad y con las obras.
En esto conoceremos que somos de la verdad,
y delante de Dios tranquilizaremos nuestra conciencia de cualquier cosa que ella nos reprochare,
porque Dios es más grande que nuestra conciencia y todo lo conoce.
Si nuestra conciencia no nos remuerde, entonces, hermanos míos, nuestra confianza en Dios es total.
Puesto que cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada,
ciertamente obtendremos de él todo lo que le pidamos.
Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo,
y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio.
Quien cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él.
En esto conocemos, por el Espíritu que él nos ha dado, que él permanece en nosotros.

Palabra de Dios.


 Comentario:

La primera carta de San Juan fue escrita como respuesta a algunas personas que se habían separado de la comunidad cristiana primitiva y se oponían a algunas de las enseñanzas básicas sobre Jesús. Por eso el pasaje se abre con referencias a la verdad. El amor no es una cuestión de palabras. También debe implicar acciones reales. Los pensamientos y las creencias de cada uno (cosas del corazón) deben coincidir con lo que se hace en el exterior, porque “Dios es más grande que nuestra conciencia y todo lo conoce”.

La lectura hace hincapié en la verdad. En el centro de la liturgia nupcial están los votos, durante los cuales la pareja dirá: “Prometo serte fiel”. Tradicionalmente esto se ha referido a la fidelidad sexual, pero puede incluir una gama más amplia de la verdad. Las parejas también deben ser fieles en cuanto a sus finanzas, sus esperanzas en cuanto a la familia, sus historias personales, sus luchas y adicciones, sus creencias sobre Dios y mucho más. Ser veraz en todas las cosas es una imitación de la forma en que Jesucristo nos ama.

El pasaje describe un amor que es sincero. Dios nos ha ordenado creer en Jesucristo, y el Espíritu Santo nos ayudará a saber cuándo hemos cumplido los mandatos de Dios.

Lectura de la primera carta del apóstol San Juan

Hermanos míos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios
y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama, no conoce a Dios porque Dios es amor.
El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que
envió al mundo a su Hijo unigénito para que vivamos por él.
El amor consiste en esto: No en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.
Si Dios ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros,
Dios permanece en nostros y su amor entre nosotros es perfecto.

Palabra de Dios.


 Comentario:

Este pasaje se adentra en el misterio y la espiritualidad cristiana del amor. Nos amamos los unos a los otros, no por nada que hayamos hecho, sentido o experimentado. Más bien, amamos sólo porque Dios nos ha amado primero. En otras palabras, el amor no depende de nosotros ni de nuestras capacidades. El amor depende de Dios. Dios, que no se ve, nos ha mostrado cómo es el amor: el amor es su Hijo, Jesús. Más especialmente, el amor es su abrazo a nuestra pecaminosidad (pecado) y la nueva vida que sigue en la resurrección.

Las lecturas no dicen nada específicamente sobre el matrimonio. Sin embargo, el matrimonio tiene todo que ver con el amor. Las parejas suelen creer que el amor tiene que ver con los sentimientos y las emociones que comparten entre sí. Eso puede ser una pieza, y esta lectura puede ayudarles a ver que su amor es realmente un regalo de Dios y una participación en Dios.

La lectura ayudará a las parejas a ver que amar auténticamente a su cónyuge incluirá en algún momento un sacrificio, como el amor visto en las acciones del Hijo. Sin embargo, amarse mutuamente es una forma de experimentar la presencia permanente de Dios, y confiar en que Dios perfeccionará su amor mutuo.

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan

Yo, Juan, oí algo parecido a la voz potente de una gran muchedumbre, que decía en el cielo:
“¡Aleluya! Nuestro Dios es un Dios salvador, lleno de gloria y de poder”.
Y del trono de Dios salió una voz que decía: “Alaben a nuestro Dios,
todos sus siervos, los que lo temen, pequeños y grandes”.
Oí entonces algo como el rumor de una muchedumbre inmensa,
como el estruendo de un río caudaloso y el retumbar imponente de los truenos.
Decían: “¡Aleluya!” El Señor, Dios nuestro, todopoderoso, ha establecido su reinado.
Llenémonos de gozo y alegría y alabemos la grandeza del Señor,
porque ha llegado el tiempo de las bodas del Cordero, y su esposa ya está preparada.
Dios le ha concedido vestirse de lino finísimo y deslumbrante”.
El lino representa las obras bue­nas de los santos.
Entonces un ángel me dijo:
“Escribe: ‘Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero’ ”.

Palabra de Dios.


 Comentario:

El libro del Apocalipsis era un género de escritura antiguo. Un apocalipsis era cuando un autor revelaba (de ahí el título de Apocalipsis) visiones sobre el futuro o el cielo. Este pasaje es una visión de un banquete de bodas celestial. Cristo es la figura central, y su novia es toda la iglesia, el pueblo de Dios. La gran multitud es la multitud de ángeles y santos. Se hace referencia a un vestido brillante y limpio. En una boda, uno pensaría en el vestido de la novia. En este caso, se trata de la vestimenta blanca de los santos, y de la vestimenta bautismal de los nacidos a la vida de Cristo a través de las aguas del bautismo.

Se hace referencia a una boda dos veces, pero es una imagen mística de Cristo y la Iglesia. Nos dice algo sobre la naturaleza del sacramento del matrimonio. El matrimonio sacramental cristiano pretende mostrar al mundo el tipo de unidad que Dios tiene con su pueblo. La sobreabundancia de alegría en el cielo por la unión de los fieles con Cristo es similar a la alegría de los esposos cristianos.

Esta lectura es de naturaleza mística y podría no ser fácilmente atractiva para la pareja de novios y sus amigos reunidos. Podría atraer a quienes han estudiado a fondo las enseñanzas de la Iglesia, que tienen un amor común por la Eucaristía (símbolo del banquete) y que esperan una vida en juntos en la tierra y en el cielo.

Sobre el autor de los comentarios

Estos comentarios han sido preparados por el Reverendo Darren M. Henson, sacerdote de la archidiócesis de Kansas City, en Kansas. El Padre Henson es licenciado en teología sagrada por la Universidad de Santa María del Lago. Ha sido profesor de la Universidad de Loyola en Chicago y profesor adjunto del Benedictine College, Atchison, KS, enseñando liturgia y sacramentos. Los comentarios fueron traducidos por Verónica López Salgado.

 

Opciones para las lecturas de una Boda Católica:

Lecturas del Antiguo Testamento

Salmos Responsoriales

Lecturas del Nuevo Testamento

Lecturas de los Evangelios